Colombres es un pequeño pueblo de Tucumán donde nunca se habló de abusos, pero bastó que una niña le contara a su madre que había sido abusada por un vecino para que se destapara la olla de la bronca.
Las mujeres se juntaron para discutir qué se podía hacer, tuvieron dos reuniones donde con mucho dolor se relataron situaciones de abuso que muchas habían sufrido. El encuentro con otras las fortaleció y decidieron salir a denunciar en el barrio el aberrante hecho. El sábado 29 realizaron un escrache en la casa del abusador pegando carteles por todo el vecindario y convocando a otras a que se sumaran a la actividad. A partir de hoy el abusador no podrá ir tranquilo por la calle. Y las mujeres transformaron el silencio de muchos años en bronca y organización.
02 de octubre de 2010
