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02 de octubre de 2010

Lleno de estoicismo, el pueblo palestino sigue resistiendo. A pesar de sufrir a manos del ejército israelí una de las peores agresiones de las que se tenga memoria, Gaza está dando un ejemplo de lucha épica para seguir sustentando el sueño de justicia que une a todos los palestinos.

Estado agresor, pueblo oprimido

Hoy 1249 / El crimen sionista en Gaza

El momento de escribir estas líneas, son ya 12 días transcurridos desde el inicio de la agresión israelí que puso en movimiento toda una parafernalia bélica y tecnológica, cuyo fin último es destruir la moral y la voluntad de lucha del pueblo palestino. Las imágenes que hoy están recorriendo el mundo dan cuenta cabal de hasta dónde es capaz de llegar el Estado sionista -brazo privilegiado del imperialismo- para construir su proyecto hegemónico no ya sólo en Palestina, sino en todo Oriente Medio.
El Estado de Israel sigue actuando a sus anchas y perpetrando crímenes de lesa humanidad en contra de la población civil palestina. Es enorme la proporción de niños y mujeres asesinados en la Franja de Gaza. Según la ONU (que suspendió sus actividades en Gaza debido a la persecución que sufre por parte del ejército sionista) esa cifra es cercana al 50%. Se han destruido hospitales, escuelas, infraestructura esencial; el sistema de salud está colapsado por la carencia de todo tipo de insumos, y nada da abasto para cubrir necesidades básicas y fundamentales para una mínima subsistencia. Los niños heridos son operados en los pasillos de los hospitales que aún subsisten. Un espectáculo dantesco, justificado con la remanida frase “es sólo un acto de defensa” por parte del estado agresor, Israel.

Solidaridad latinoamericana
¿Y qué pasa con la comunidad internacional? A pesar de haber visto vergonzosas complicidades de muchos países en el inicio de la agresión israelí –por supuesto prevalece la de EEUU– poco a poco el mundo va entrando en razón para denunciar las atrocidades de Israel. En un gesto que lo enaltece, el presidente Hugo Chávez expulsó al embajador israelí en Venezuela, dejando en claro que en Gaza se está cometiendo un genocidio en contra de la población palestina. Por otra parte, y luego de un ambiguo comunicado de la Cancillería sosteniendo la “teoría de los dos demonios”, el gobierno argentino fue variando su postura y culminó con la intervención de su embajador en la ONU, condenando drásticamente la entrada de las tropas israelíes en la Franja de Gaza y pidiendo una investigación internacional para dilucidar las responsabilidades criminales en el ataque a una escuela de la ONU, donde fueron asesinados 45 niños palestinos por la artillería de los tanques israelíes.
En nuestro país, las fuerzas políticas de la izquierda argentina, los organismos de derechos humanos y las organizaciones sociales, lograron reunir más de 20 mil personas en un acto de repudio frente a la embajada israelí en Buenos Aires, hecho que no registra precedentes en las expresiones de solidaridad del pueblo argentino para con el pueblo palestino.
Así como la izquierda palestina está unida y cohesionada para enfrentar esta agresión, y sus fuerzas militares están combatiendo en Gaza; en la Argentina, la propia izquierda ha dado una impresionante muestra de unidad para expresarse ante un enemigo común, el Estado colonialista israelí.

Ganar las calles
Es ése sin duda el camino: ganar la calle. Necesitamos que el pueblo se exprese, que exija de las autoridades las más severas sanciones al gobierno en contra de Israel. Que presione ante el Mercosur para desactivar cualquier convenio de cooperación con el Estado sionista. Hay que boicotear a Israel en su economía, en los acuerdos comerciales y hasta en el intercambio académico. No se puede seguir convalidando a un Estado racista que practica la limpieza étnica de un pueblo originario, como lo es el palestino.
Propongo una simple herramienta para combatir el modelo de apartheid del Estado de Israel: cuando compremos algo, veamos el código de barras. Si sus tres primeros números son 729, contando desde el primero de izquierda a derecha, no lo compremos, es un producto israelí. Busquemos un producto nacional para reemplazarlo y, si no lo hubiera, de otro origen. Pero el 729 significa “Hecho en Israel”. No compremos: ése puede ser un comienzo para solidarizarse de manera efectiva en contra del proyecto imperialista en Oriente Medio. Es una forma de decirle NO al Estado de Israel, en tanto y en cuanto está asesinando a ancianos, mujeres y niños.
¡Viva Palestina Libre!
¡Venceremos!

(*) Representante del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP) para Argentina, Brasil y Chile. Secretario general de la Federación Argentino-Palestina.