Innumerables sufrimientos deben soportar los pacientes que quieren hacerse atender en el Hospital “Eva Perón” de San Martín, desde hace más de un año. La rotura de los ascensores centrales, primero, y luego la de los laterales, los obliga a subir y bajar por las escaleras, no importa cuál sea su condición física. Además, deben volver una y otra vez a realizarse estudios, porque los aparatos, obsoletos, se rompen con frecuencia, y la mayoría no tiene service permanente.
Pero los que más sufren este deterioro son los pacientes agudos que se internan allí, y los que están ya internados. La rotura del tomógrafo desde hace más de un mes, y la de otros aparatos de alta tecnología, demora el diagnóstico y los expone a tener que ser llevados –a veces a largas distancias– para realizarse los estudios.
La Dirección del Hospital, que rápidamente convocó al personal a apoyar al gobierno Kirchnerista contra el paro agrario, no fue tan enérgico a la hora de defender el Hospital. Aunque sostiene haber “amenazado” al gobierno provincial con declararlo en estado de emergencia y pedir su evacuación, finalmente concilió con él. Por esto, lo que tendría que haberse reparado de inmediato con una partida complementaria del exiguo presupuesto 2008, tendrá que repararse ahora con el aún más exiguo del 2009 (1% menor al del año pasado). ¿Cuánto tardaría en arreglarse un ascensor en la Casa Rosada o en la del gobierno provincial?
Dijeron ¡Basta!
La muerte de dos pacientes muy graves que no pudieron ser tomografiados y operados a tiempo, hizo que la bronca estallara. Los profesionales, directamente implicados por su responsabilidad personal en la atención de los pacientes, y el personal que día a día debe subir y bajar las escaleras varias veces para realizar trámites o para llevarle la comida a los enfermos internados en el 2°, 3° y 4° piso, dijeron basta. No iban a ser cómplices de esto.
Entre el 14 y el 21 de enero se recolectaron firmas de los profesionales de la salud, solicitándole a la Asociación de Profesionales del Hospital que intercediera ante la Dirección, para presionar al ejecutivo provincial a fin de efectuar las reparaciones necesarias y para tomar medidas inmediatas hasta que eso se concretara.
El 21 se llamó a una asamblea de todo el personal, donde se invitó al director Ejecutivo para plantearle estas medidas, con el apoyo de 275 profesionales que firmaron la nota. La asamblea consensuó lo que debía repararse de inmediato: los ascensores, el tomógrafo y los equipos de aire comprimido con el que funcionan los respiradores de las Unidades Críticas.
Se propusieron cuatro medidas de emergencia: No recibir derivaciones de otros hospitales, tener prioridad en la derivación de pacientes graves que llegaran a la guardia, evacuación de los internados que el hospital no pueda atender como corresponde, y tener la Unidad de Terapia Intensiva Móvil de la Región Sanitaria 5 en la puerta, para las derivaciones de urgencia.
El 22/1 se formó un comité de emergencia con representantes de las diversas áreas y de la Dirección. Se conformó una nota que sería faxeada a la Región Sanitaria y al Ministerio de Salud de la Provincia, declarando el Hospital en emergencia y con las cuatro medidas resueltas en la asamblea del día anterior.
El fax salió el mismo día, pero con 2 de las 4 medidas. Esto se advirtió al día siguiente, cuando copias de la Resolución fueron puestas a disposición de los Servicios. No mencionaba la prioridad para derivar pacientes graves llegados a la guardia ni la evacuación de pacientes internados que no pudieran ser atendidos correctamente. Esto se consiguió mediante una nueva gestión el sábado 24, a la que hizo lugar uno de los directores adjuntos.
Algunas mejoras
Al día de la fecha, 4 de febrero, se ha conseguido bloquear las derivaciones desde otros hospitales, se ha habilitado un quirófano de urgencia en el primer piso para pacientes quirúrgicos que lleguen a la guardia y no puedan aguardar su derivación, se han empezado los arreglos en los dos montacargas laterales (que implican menos costo que los ascensores), se ha hecho un acuerdo con un tomógrafo privado que queda a diez cuadras del hospital (cuyas prestaciones serán pagadas por la Cooperadora) para estudiar pacientes de suma gravedad para su traslado, ha llegado el ascensor central nuevo, que –dicen– estará en funcionamiento a fin de mes, y el repuesto del tomógrafo estará instalado –dicen– a mediados de mes.
Nunca apareció la Unidad de Terapia Intensiva móvil en la puerta del hospital, y hay que llamarla al Hospital Cetrángolo para que la mande en caso de urgencia, con la demora correspondiente. Ningún paciente llegado a la guardia pudo ser derivado con la facilidad solicitada a la Región y ningún paciente del hospital fue evacuado. Nada se sabe de la reparación o cambio de los compresores de aire comprimido para las Unidades Críticas.
Sintetizando: la unidad de todos los trabajadores, desde abajo, encabezada en este caso por los profesionales de la salud, permitió conseguir en una semana, mejoras que habían estado ausentes durante meses.
Queda claro que la lucha recién empieza porque se ha hecho muy poco, y detrás de estas dilaciones se esconde el achicamiento presupuestario que seguirá golpeando cada vez con más fuerza a medida que la crisis se profundice. ¡Que la paguen los que se enriquecieron todos estos años!, no tienen por qué pagarla los pacientes ni los trabajadores del hospital “Eva Perón” de San Martín.