–Se reunió la mesa de desocupados…
–Se reunió la mesa de desocupados…
–Sí, realizamos la última reunión del año, creo que ha dado resultado. Nos dimos tiempo para discutir algunos nudos de nuevos escenarios políticos. Además, nos tomamos un tiempo para reeditar el “guión de línea” para que llegue la información hasta el último compañero. Esto ha desatado una gran discusión.
En muchos lugares del conurbano y en varias provincias, la CCC ha crecido. Por ejemplo en Misiones nos tenían en la lona hasta hace cuatro o cinco meses atrás; pegamos un salto e hicimos un plenario con mil delegados. Eso fue posible por la línea, que tienen que discutir todos los compañeros, porque hay una sola, no hay dos.
Hay una gran disputa de línea, eso tiene que ver con el tipo de organización que tenemos. Tenemos una línea que impulsa la participación y el protagonismo de los compañeros: conocer quiénes están en la lista de espera, quiénes son los que entran, qué planes tenemos, cuántos somos, qué aportes económicos hacen, qué se hace con el dinero.
Nuestra definición política es que entendemos que el gobierno nos va a desangrar, por eso tenemos que ir con esta línea al debate, al encuentro de los que el gobierno ha intentado permanentemente dividir, cooptar, etcétera. La pelea es la lucha contra el caudillismo. No contra el liderazgo porque en toda organización se precisa de liderazgo para integrar la línea permanentemente.
El caudillismo hace que quede como buena persona el que está al frente; éste hace y deshace. Es una desviación de línea que lleva a que no protagonicen ni decidan los compañeros; va y en una asamblea hace un discurso político, “baja línea” y no hay protagonismo de la gente. En una asamblea donde hay 500-600 compañeros, si opinan 5 o 10 compañeros es una mala asamblea porque con esa cantidad de compañeros lo bueno es que opinen unos 70-80. Eso lo hemos visto con claridad en Misiones donde la participación de los delegados ha sido enorme.
–¿Qué han recogido en esta reunión donde hubo gente de todo el país?
–Veníamos haciendo desde hace unos meses atrás el análisis de cómo se venía agravando la situación económica y social y lo planteamos en innumerables jornadas de lucha. En el mes de agosto empezamos a trabajar con todo por el bono de fin de año para los trabajadores, los planes sociales, y los jubilados. En el escrito que llevamos en la marcha del 11 de septiembre a la Corte Suprema están esos puntos. Se ha comprobado que el análisis que veníamos haciendo era acertado, y también se vio el brutal ajuste que estamos sufriendo en los últimos meses.
Hemos visto que hay alrededor de 600 mil nuevos desocupados. El Indec reconoce un número mucho menor pero de los que estaban en blanco. Nosotros hablamos de los que están tercerizados, precarizados, que también han sufrido despidos. No solo suspensiones sino además despidos. Esto lo vimos en distintos lugares y acá en La Matanza, con los compañeros de Edenor, una empresa tercerizada que quebró, 72 compañeros quedaron en la calle y sin cobrar por cuatro meses y eso se logró revertir. También se mostró la línea. La línea fue ocupar, aunque no sea visible mediáticamente, como hacen los que salen de la fábrica a la calle.
La inflación supera el 40% anual, devora los salarios, las jubilaciones y los planes sociales. Los planes Argentina Trabaja son insuficientes, 2.000 pesos por mes no es lo mismo ahora que hace un año atrás. Por eso la pelea por seguir luchando por un paro nacional pero también luchar por un bono de fin de año para que miles de familias no tengan una Navidad amarga y triste.
–¿Qué opinás sobre las últimas declaraciones de Berni sobre los saqueos?
–Sergio Berni, la presidenta, Capitanich y funcionarios de alto rango del gobierno nacional descalifican usando el fantasma del saqueo. Nosotros decimos: va a haber saqueo masivo si ellos no toman medidas de emergencia. Los saqueos del año pasado han sido, con claridad, impulsados en algunos casos por las fuerzas policiales, o empujados por alguien más. Esto se vio con claridad en Tucumán y en Córdoba. Nosotros estamos en contra de los saqueos, pero tomen nota de la realidad que está pasando.
–¿Qué zonas participaron de esta reunión de Mesa?
–Participó La Matanza, zona Norte de GBA, Capital Federal (Norte, Sudoeste, Barracas), La Plata, Quilmes-Berazategui-Varela, Gualeguaychú, Tucumán, Zona Oeste, Misiones, Salta, Santa Fe, Rosario, y han participado por primera vez los compañeros de Catamarca y Santiago del Estero. Hemos discutido también ir a preguntar a los compañeros que no vienen participando de la Mesa hace mucho tiempo, para ver cuál es la dificultad porque no ayuda que no protagonizan la discusión nacional. Pensamos que no ayuda para nada la no participación de la mesa.
Acordamos ir a un plenario nacional de Desocupados en la provincia de Salta el 14 y 15 de febrero.
Tuvimos la visita del compañero Humberto Tumini, dirigente de Libres del Sur que vino con el hijo que está haciendo un trabajo para la Universidad con respecto a las cooperativas, e hizo un saludo a la Mesa.
–¿Cómo viene diciembre, cuáles son las perspectivas?
–Tenemos que ir más a fondo con nuestros reclamos, con el bono de fin de año. Se vio como el gobierno se ha endurecido y el déficit fiscal que tiene, por no tocar a los poderosos. Otra de las cosas muy importantes que se resolvieron en la mesa es que se tienen que hacer asambleas, plenarios en todo el país para elaborar el programa para hacer un aporte desde la Corriente al frente político: con reclamos específicos por lugar y de dónde saldría la plata para resolver los problemas de emergencia y cómo entendemos que debería resolverse.
Se discutió cómo darle pelea a la droga y la trata, la necesidad de organizar a los jóvenes para que no los sigan esclavizando, es una preocupación enorme. Vamos a elaborar un documento para que en todos los lugares los jóvenes se organicen en la Corriente, y diferenciar bien del trabajo entre los estudiantes. Vimos cómo los chicos de 16, 17 años ya tienen familia y el principal reclamo de ellos es el trabajo. Está bien el reclamo por deporte, las murgas, pero en ese sector lo principal es el reclamo por trabajo.