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02 de octubre de 2010

Así definía Juan Carlos Alderete la situación en que están las familias de los barrios de La Matanza, en una charla que mantuvo con el corresponsal de Hoy.

“Estamos viviendo un infierno sin calor”

El frío y los aumentos de precios

Esta semana que pasó, ha sido la que más frío hemos soportado. Con lo único que se puede dar calor en las casas es con leña o con carbón. ¡Ni pensar en una garrafa! Aumentó tanto que en nuestros barrios vale $ 28, si la conseguís a $ 27, es de oferta… Lo que carga un automóvil para llenar un tubo de gas vacío cuesta $ 8, y una garrafa, que tiene la misma capacidad que un tubo de gas, la pagamos $ 28. La garrafa, que es lo que hay para los más pobres, es lo más caro. Esto siempre ha sido así, pero en estos momentos se siente mucho más.
“La leña también ha aumentado, más del 100 %; y el carbón se fue de $ 1 a $ 3,80. Entonces la gente busca leña de cualquier lado, de cualquier forma.
“Muchos compañeros, tomando el ejemplo de nuestros abuelos que no tenían con qué calentarse, usan bolsa de dormir o ladrillos. Los ladrillos se ponen al fuego y luego se los envuelve con un trapo, y así podés dar calor en los pies. También se busca cartón y diarios viejos, como se hacía antes en el campo que envolvían a los chicos con eso para que dé calor. Pero sabemos que trae consecuencias en la salud, porque uno traspira y se moja con esa transpiración que queda en el cuerpo. Además, con estos fríos, cuando empieza a amanecer, las casas de chapa se llueven más adentro que afuera, porque caen las gotas tremendamente heladas…
“En los barrios donde la CCC tiene presencia, el 85/90% no tiene gas corriente, ni siquiera está cerca la red. Esta es una de las cosas por las que tenemos que luchar, es un servicio indispensable para nosotros.
“También se han encarecido los viajes dentro de los barrios. Los coches que andan por acá –que les decimos los ‘0,50 o 0,75’– son más baratos que los colectivos, y hacen recorridos dentro de los barrios donde no entran las líneas de transporte. Esos coches andan con GNC, y como han cerrado las estaciones de servicio, ese remis tiene que cargar nafta, entonces cobran mucho más el viaje y no lo podés hacer. Acá en La Matanza son muchísimos los que sobreviven haciendo viajes con un autito, que esté como esté le echan gas y salen. Estos días no pudieron sobrevivir, porque tendrían que cobrar mucho más, y el vecino no tiene capacidad de pagarlo.
“La tarifa de la luz también nos aumentó una barbaridad: los que venían pagando $ 70 bimestralmente, hoy están pagando $ 100.

Los alimentos
“Con la lucha hemos logrado que uno de los productos indispensables venga en algunos planes y bolsones: la leche en sachet aumentó tanto que si no fuera por esto no podríamos comprarla.
“La verdura también subió. Acá es un poco más barato que en la Capital Federal, porque compramos lechuga de tercera calidad, ni siquiera de segunda, toda machucada, o los tomates ya medio picaditos…
“De esa forma podemos comer eso. No en la misma cantidad que antes, pero podemos a veces seguir consumiendo verdura.
“Si hablamos del pan, también la calidad ha bajado enormemente en los barrios populares, porque de lo contrario los panaderos tampoco podrían trabajar.
“El precio al que se vende fuera de nuestros barrios nosotros no lo podríamos pagar, y ni siquiera pan podríamos poner en la mesa”.