Ante la problemática del recorte del presupuesto educativo, los estudiantes logramos imponer nuestra voz y romper el cerco mediático del gobierno de Cambiemos en la ciudad de Buenos Aires. El primer colegio en tomarse fue el Mariano Acosta, el viernes 23 de septiembre durante la tarde. Rápidamente la medida de fuerza se replicó en otros colegios. Los reclamos principales son: mayor cantidad de viandas y de mejor calidad, mejoras edilicias en los colegios, basta de prácticas laborales que no están vinculadas a los contenidos curriculares y basta de persecución política a les estudiantes.
La movilización comenzó a hacer visibles otros reclamos, como la falta de implementación de la ESI, la necesidad de becas para comprar útiles y zapatillas, la falta de material pedagógico, y otras necesidades específicas de cada colegio.
La respuesta de la ministra de Educación, Soledad Acuña, no se hizo esperar. Pero lejos de escuchar y plantear soluciones para estas problemáticas, lanzó una feroz persecución a los estudiantes y a sus familias, a docentes y a directivos. Mediante la activación de sus protocolos “anti-toma” inició una persecución mediática y policial a las familias de los estudiantes que sostenían las tomas en los colegios, iniciando contravenciones y denuncias policiales. Los patrulleros rondaron las puertas de los colegios tomando fotos de los, las y les menores que permanecían en los establecimientos. También se registraron otros ataques como cortes de luz y de Internet en los colegios tomados.
Los medios hegemónicos reproducen incansablemente el discurso de la ministra. Buscan deslegitimar la lucha estudiantil, no reconocen los reclamos, dicen que no son justos. Intentan aislar la lucha estudiantil diciendo que son pocos y que están “dirigidos” por gremios docentes o por partidos políticos.
Pero la realidad es que la rápida adhesión de gran cantidad de colegios a la lucha demostró que los, las y les estudiantes estamos sufriendo cada vez más necesidades. Muchas escuelas que no se llegaron a tomar hicieron asambleas masivas y apoyaron los reclamos con abrazos, cortes y adhesiones. El debate recorre todos los cursos y pasillos. Cada vez quedan más expuestas las problemáticas de miles de jóvenes y adolescentes de nuestra ciudad que no pueden terminar la escuela por la creciente crisis económica y la inflación. Los que podemos continuar lo hacemos enfrentando todos los días el abandono y la precarización de las escuelas públicas.
Durante 15 años de gobierno del Pro y Cambiemos en la Ciudad de Buenos Aires, el presupuesto de educación se ha reducido más de 10 puntos. Del 28% en el 2008 pasó a un 17% en el 2022, sin contar los hachazos al presupuesto generados por la creciente inflación. Esta es la realidad de la ciudad más rica del país. En contrapartida al recorte del presupuesto de la escuela pública, la ministra Acuña no ha dejado de subir la transferencia de fondos a escuelas privadas. Esto pone en evidencia su objetivo: destruir la educación pública y privatizar la educación. Profundizar la desigualdad en nuestra ciudad, beneficiando a los sectores más ricos, y condenando a la pobreza a millones.
Ante los permanentes ataques de la ministra a la educación a los estudiantes, a nuestras familias y a los docentes, empieza a crecer desde abajo la consigna ¡Acuña renunciá! Es expresión de la bronca que crece en la masa contra estas políticas reaccionarias y antipopulares del macrismo.
Es un ejemplo el que hemos dado los, las y les estudiantes saliendo a luchar para poner un freno a estás políticas. Es necesario seguir masificando la lucha con asambleas en todos los cursos y en todos los colegios donde participe hasta el último y la última compañera ¡Ganemos las calles por nuestras necesidades y por la defensa de la educación pública!
Corresponsal
Hoy N° 1933 05/10/2022