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18 de abril de 2013

Conversamos con Jesica, estudiante de Medicina de la Universidad de La Plata, quien cuenta el trabajo que vienen desarrollando en dos barrios de La Plata y cómo se organizaron frente a la necesidad durante el temporal que azotó esa ciudad.

Estudiantes salen a los barrios inundados

Grupos de trabajo barrial (GTB) en La Plata

Jesica cuenta que desde los estudiantes de Medicina, vienen trabajando en los barrios hace varios años. Esa experiencia les permitió, en el medio de las inundaciones, ponerse a la cabeza para organizar en el Centro de Estudiantes de Ingeniería, un centro de donaciones, donde la gente pueda acercarse para dar una mano. Durante esos días se acercaron más de dos mil personas, fueron a más de 250 puntos para ponerse a disposición de la gente. Eso también les abrió la posibilidad de conocer a muchos estudiantes de las distintas facultades, y proponerles los grupos de trabajo barrial.

–¿Cómo fue la  reunión de GTB?
–El miércoles pasado realizamos una reunión regional, para presentar el GTB: qué es, para qué lo hacemos y para ver qué ideas también tenían nuestros compañeros. La discusión también fue desde dónde partimos para hacer el trabajo barrial, porque queremos poner en debate la situación real en Argentina, cómo es la situación de nuestros barrios, cuáles son los planes de estudios en las carreras.
A esa reunión fuimos 25 estudiantes de Trabajo Social, Ingeniería, Medicina, Exactas, Psicología, Económicas y Educación Física. El primer punto que vimos es que de esta situación hay responsables. Si bien hay muchas cosas que se agudizaron ahora, lo que vimos es que hay una causa que es crónica y que muchas de las cosas que vimos durante esta semana de arduo trabajo son las que vemos todas las semanas cuando vamos al barrio. Entonces, esto no empieza ni termina acá, sino que durante muchos años la gente está viviendo en las condiciones que vimos durante estos días. Que un nene no tenga calzado porque se lo llevó el agua es un punto, pero antes tampoco lo tenía porque sus papás no tienen trabajo o por lo que fuera.
Tratamos de enmarcar el laburo dentro de lo interdisciplinario: el día de mañana, ¿cuál va a ser nuestro equipo de trabajo, cómo vamos a abordar estas problemáticas? Durante estas semanas el tema fue la vivienda: tiene un aspecto socioeconómico pero también tiene un aspecto habitacional. Desde ingeniería, arquitectura, económicas ¿qué aporte le van a poder dar a esa problemática? Inevitablemente lo de la vivienda trae repercusiones en la salud, entonces ese chico que esta semana que estuvo con broncoespasmos por el frío, la humedad, el agua, también tiene una explicación, porque vive en una casilla, el agua se irá pero va a seguir viviendo en la misma casilla, entonces su problema no se va a terminar cuando le baje el agua.

–Desde Medicina, ¿en qué barrios están trabajando?
–En la actualidad estamos yendo a dos barrios: uno es la Comunidad Mocoví de Berisso, donde coordinamos con la CCC, la particularidad allí es que son originarios. También vamos al barrio El Peligro donde coordinamos con Asoma. Con medieros, campesinos pobres, con chicos que laburan desde muy pequeños para ayudar a su familia. Por lo pronto, el plan es sumar dos barrios más: Margarita y Futuro, en Melchor Romero.
El primer paso, y es en lo que estamos, es conocer la realidad del barrio, con fechas y horarios, para ir y charlar con la gente para ver qué es lo necesario.

–¿Cómo fue la experiencia en barrios inundados?
–Durante estos días fuimos a distintos tipos de barrio. Hay gente que ha perdido todo pero que por su condición, en algunos meses puede recuperar lo perdido. Nosotros lo que vemos es una gran crisis habitacional: casillas con piso de tierra, la falta de cloacas, falta de calles, veredas, luz, agua potable. Muchísimos barrios sin hospitales o con dificultades para acceder a las salitas, falta de profesionales, herramientas para poder trabajar.
Hemos hecho atención primaria, relevamiento, hasta para tomar unos mates con la persona que estaba triste, para limpiar la casa, para discutir.
El primer día fueron 150 compañeros de la universidad, toda la estructura la fuimos armando sobre la marcha; los días subsiguientes ya estábamos organizados. Hicimos contactos por facebook y telefónicamente para armar grupos de laburo, para que la gente se sumara, para saber la situación de los barrios, saber la principal demanda en ese lugar si era articulo de limpieza, colchones o comida…

–¿Y cómo fue particularmente la experiencia en Berisso?
–En la Comunidad Mocoví de Berisso viven aproximadamente unas 40 familias, que están organizadas en múltiples aspectos cotidianos. Ellos, apenas se desató el temporal, evacuaron a los vecinos en el salón de usos múltiples de la comunidad. Nosotros hicimos base ahí pero nos íbamos a los barrios vecinos, que en algunos casos triplicaba la cantidad de familias, recorrimos barrios enteros, asentamientos, cada uno en peor situación, adonde tampoco había llegado nada. A partir de que hicimos contacto con los estudiantes del Ceilp y de que hiciéramos el relevamiento, se enviaron autos y camionetas con cosas para ir resolviendo ollas populares, disponer de artículos de limpieza, ropa, colchones, comida para que puedan comer ese día.
La tarea durante esos días fue recorrer los barrios vecinos. Ningún funcionario del gobierno había ido, así que hicimos un relevamiento, casa por casa, para ver quién tenía agua y quién no, qué necesitaban, armamos lista y con eso marchamos a la municipalidad de Berisso para que supieran cómo era la situación, para que pisaran el barro y lo que estaba pasando la gente.
Logramos que de la Municipalidad fueran a llevar cosas, aunque no fueron hasta el fondo del barrio donde estaban los más golpeados, gente que hasta una semana tuvo agua en sus casas hasta la rodilla, donde flotaban las ratas, las víboras, había de todo. Hay que hacer montón de controles para prevenir enfermedades. El problema es que piensan que la gente tiene que ir a la salita. El problema es que el sistema de salud no pisa el barrio.