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24 de noviembre de 2010

El sábado 13 de noviembre, a 34 años de su desaparición, se repuso por cuarta vez la baldosa que lo recuerda, frente al que fuera su domicilio, en la Av. Independencia 2942, en Capital Federal.

Eugenio Cabib, camarada y hermano

Hoy 1345 / No olvidamos. No perdonamos. No nos reconciliamos.

La baldosa fue colocada por su hermana, la camarada Cristina Cabib, integrante de la Comisión Permanente de Homenaje a las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes. Asistieron otros compañeros de la Comisión, de Liberpueblo, del Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial (Eatip), familiares y amigos.
Uno de los miembros de Vecinos de San Cristóbal contra la Impunidad leyó un documento, del cual extractamos los siguientes párrafos:

La baldosa fue colocada por su hermana, la camarada Cristina Cabib, integrante de la Comisión Permanente de Homenaje a las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes. Asistieron otros compañeros de la Comisión, de Liberpueblo, del Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial (Eatip), familiares y amigos.
Uno de los miembros de Vecinos de San Cristóbal contra la Impunidad leyó un documento, del cual extractamos los siguientes párrafos:
“Eugenio Cabib tenía 32 en 1976, cuando pasada la medianoche, un grupo de tareas del ejército lo secuestró de este lugar, que era su domicilio, Av. Independencia 2942, dpto. N°2.
“El 10 de diciembre de 2006 colocamos por primera vez una baldosa por Eugenio y hoy la volvemos a colocar porque ya van tres veces que la destruyen.
“Y qué mente pequeña pueden tener algunos, ¿no? Porque estas baldosas se hacen con cemento, arena y un poco de ferrite para que tenga color, cada barrio debe utilizar medidas similares, cada barrio tiene sus técnicas y modo de trabajo y hablamos de cada barrio porque estas baldosas están en todos los barrios. Almagro, Balvanera, San Telmo, Palermo, La Paternal y Villa Mitre, Pompeya, La Boca. En provincia de Buenos Aires y en el interior del país también se recuerda a los compañeros, su compromiso y su trabajo, sus ideales.
“Y qué mente pequeña hay que tener para pensar que con un martillito se puede destruir ideas.
“Y qué mente pequeña hay que tener para pensar que un mural se puede tapar, que se puede borrar, no, los murales se reproducen en todos los barrios, con las mismas consignas. Se copian de las remeras, de las fotos se mezclan los luchadores populares de ayer con los de hoy, Darío y Maxi marchan con Julio López, porque son nuestros compañeros. Mujica con el Pocho Leprati y los caídos el 19 y 20 de Diciembre, las madres con Fuentealba, con Mariano Ferreyra.
“Estas baldosas no solo simbolizan la memoria sino que también simbolizan la lucha de nuestros compañeros detenidos-desaparecidos, dijimos hace un tiempo en este mismo lugar y esta lucha continúa y nuevos compañeros la hacen propia.
“Y cada tanto, desde las escuela y las universidades nos sacuden la conciencia y llega el ejemplo, como meses atrás fueron las tomas, en muchos colegios de manera solidaria, o como en Filosofía y Sociales pintan murales y se realizan jornadas por Luciano Arruga.
“Y las fábricas, cuando las fábricas quedan en manos de los trabajadores, y se organizan y trabajan y la cosa resulta, y la sociedad apoya esos nuevos espacios que en muchos casos se abren al barrio con bibliotecas, con radios, con salitas, con universidades, con bachilleratos populares.
“Y qué mente pequeña, de arveja, del otro lado solito con su martillito, en la noche de esta avenida sin siquiera dar la cara ¿qué pensará los 24 de Marzo cuando el país se vuelca a las plazas para repudiar el golpe de Estado? Seguro le hubiese gustado el partido político para la democracia social, que intentó llevar adelante Massera, recientemente fallecido, que sabía el destino de nuestros compañeros y el de los bebés nacidos en la ESMA.
“Y en los juicios hay que reservar un capítulo aparte para los compañeros que van a declarar, que con su testimonio permiten enjuiciar a los genocidas, pero también dejar bien en claro cómo fue la historia para que después no la escriban cambiada, que se sepa la vedad para que no se repita. Y necesitan nuestro apoyo porque sufren amenazas, porque relatan el dolor vivido en reiteradas causas y porque hay antecedentes de compañeros desaparecidos y asesinados, Julio López y Silvia Suppo.
“¡Eugenio Rafael Cabib, presente! ¡30.000 compañeros y compañeras detenidos-desaparecidos, presentes! ¡ahora y siempre!”