Toda Europa se estremece bajo el vendaval de la crisis. Grecia, casi un calco de lo que las potencias imperialistas y sus instituciones financieras internacionales hicieron en la década anterior con la Argentina, sigue bamboleándose al borde de la quiebra: si no recibe ya los 8.000 millones de euros del sexto tramo de la primera “ayuda” de la Unión Europea (UE), en octubre no podrá pagar jubilaciones ni salarios estatales. La UE ya tuvo que aprobar un segundo “rescate”. Y para concederlo la troika FMI-UE-Banco Central Europeo exige más y más recortes y privatizaciones. El desempleo entre los jóvenes ronda el 30%, y entre las mujeres jóvenes toca el 40%. El gobierno socialdemócrata de Papandreu descerraja sobre la población un tarifazo tras otro.
Las burguesías monopolistas europeas, con brutales ajustazos que sólo agravan la desocupación y empujan a millones al hambre, siguen descargando sobre sus pueblos los efectos de políticas que ellas mismas vienen ejecutando desde hace años.
Distintos sectores de esas burguesías se dividen y disputan sobre cómo zafar del descalabro económico que aún no tocó fondo haciéndoselo pagar a los trabajadores: si lo harán con nuevos “estímulos” keynesianos financiados con nuevos préstamos (al precio de redoblar el descomunal endeudamiento público y privado y el riesgo de quiebra de estados enteros como Italia y España, con efectos incalculables en todo el mundo), o si lo harán con más y más “austeridad” fiscal, con más “recortes” presupuestarios, despidos masivos, suba de la edad jubilatoria, achicamiento de la salud, la educación y los servicios públicos, etc. Ambas alternativas auguran perspectivas siniestras para los pueblos.
En toda Europa brama la indignación popular
Italia es la tercera economía de la Eurozona. Con una deuda y un déficit por las nubes, el Parlamento aprobó un ajustazo que pretende “ahorrar” 45.000 millones de euros con recortes de “gastos” y subas de impuestos. El ajuste prevé recortes a los gastos de los municipios, a los programas sociales y a los ministerios, la suba en la edad de jubilación de las mujeres y el aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA). También contempla facilitar los despidos de trabajadores.
Semejante política de “saneamiento” la aplicará el podrido gobierno de Berlusconi mientras diariamente se conocen nuevos escándalos prostibularios de éste. Las calles fuera del Parlamento y en las proximidades del Coliseo eran un caos, con cientos de personas -muchas de ellas miembros de los llamados Cobas, sindicatos de base- intentando ingresar al Senado, chocando con la policía y arrojando petardos. El ex ministro de Políticas Europeas, Andrea Ronchi, recibió insultos y hasta un baldazo de agua mientras sus guardaespaldas lo sacaban de la zona.
El pasado 6 de setiembre, otras decenas de miles de trabajadores en huelga, estudiantes y jubilados se unieron a las marchas contra el programado “plan de austeridad” y lanzaron huevos y bombas de humo a bancos en ciudades como Milán, Turín, Nápoles, Florencia, Palermo y Génova, convocadas por la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL).
En España, miles de profesores, estudiantes y padres manifestaron el martes 13 en el centro de Madrid en protesta contra la política educativa y contra los recortes a la educación pública. Los institutos y colegios llevaban pancartas con la cantidad de profesores que fueron despedidos en cada uno.
En Barcelona, trabajadores de la sanidad del Hospital Sant Pau se concentraron el miércoles 14 ante las puertas del instituto en protesta contra el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), un mecanismo que justifica el despido de trabajadores.
En el Reino Unido, los sindicatos anunciaron un “otoño caliente” con movilizaciones para combatir los recortes de empleados públicos impuestos por el gobierno. Los despidos llueven sobre el sector desde que llegó al poder la coalición de conservadores y demócratas liberales. Los principales sindicatos ingleses, que representan a millones de empleados de la administración pública, el transporte, profesores, bomberos etc. dijeron que convocarán a una gran jornada de huelga… el 30 de noviembre (parece que sus dirigentes no tienen apuro… Pero los recientes estallidos juveniles muestran que las angustiosas necesidades del pueblo no se atienen a calendarios de dirigencias sindicales).