“¡Evo no está solo!” y “¡Evo no se va carajo!” un solo grito que atronaba las calles del microcentro porteño entre el colorido de flameantes banderas bolivianas, wiphalas y argentinas. Avanzaron hacia la Embajada de Bolivia y la Cancillería argentina para repudiar el golpe fascista y abrazar al pueblo que deberá emprender una gran lucha por no perder lo que ha conquistado con el gobierno que declaró a Bolivia como Estado Plurinacional.
Desde la gran columna que partió del Obelisco, Diana Kordon dirigente de Liberpueblo, organización de Derechos Humanos, declaraba que “en esta movilización masiva y prácticamente espontánea expresa la solidaridad y la voluntad de lucha del pueblo argentino en momentos en que en toda América Latina hay insurgencias y movilizaciones en defensa de los derechos y contra las oligarquías proimperialistas. Es un deber de honor solidarizarnos con el pueblo boliviano y vamos a seguir en la calle expresándolo”.
Entre los miles movilizados en la Capital Federal se destacaban los grupos de migrantes provenientes de Bolivia por la concentración de wiphalas y banderas del país hermano, pero además porque sus voces se alzaban al cielo en un tono combativo afirmando que Evo es el dirigente que quieren al mando de Bolivia.
Lurdes, una migrante boliviana, integrante de la CCC, nos contaba entre lágrimas que la llegada de Evo Morales al poder fue muy importante para el pueblo, para los campesinos y los más pobres. El primer presidente indígena que tenía una nación en la que aproximadamente el 80 por ciento de la población tiene sangre originaria y el primero que les reconocería derechos avasallados durante siglos. Sin poder detener las lágrimas la compañera boliviana explicaba que “vemos con tristeza que le dieron un golpe de Estado los de la derecha, hoy el pueblo va a ser oprimido nuevamente como hace años estuvimos y los pobres vamos a ser más pobres de lo que estábamos. Si tengo que ir a defender a mi presidente voy a ir a Bolivia, voy a defender la democracia. Hoy están persiguiendo a todos los que han salido a luchar para que el pueblo boliviano sea libre y soberano, hoy nos están pisoteando. Pero le digo a mi presidente que no está solo, el pueblo está con él”.
Juan, oriundo de Oruro, también militante de la CCC, expresaba que “el apoyo que se está dando hoy acá en la Argentina es muy favorable porque no se puede quebrar una democracia como lo han hecho. Hoy se ha visto que la gente blanca de Santa Cruz ha ido maltratando a los indígenas que podían vivir en plena libertad”. Contó que se mantiene en contacto con sus amigos y familiares que residen en su país de origen y que está preocupado porque la represión está siendo brutal. Juan explica que el problema central es el interés de las potencias imperialistas en el litio. Y que “con Evo la política económica y social para los indígenas mejoró, ha habido una nivelación igualitaria en toda la sociedad”, que perderán si se consolida un gobierno de derecha.
Luego de repudiar el golpe fascista frente a la Embajada de Bolivia la gran columna que recorrió la avenida Corrientes marchó a la Cancillería argentina, donde Rosa Nassif, dirigente del PCR, decía que “es inadmisible que el gobierno de Macri todavía no haya expresado el repudio de la República Argentina al golpe que se ha dado en la hermana República de Bolivia. Sin embargo, no nos extraña, porque Macri se ha alineado siempre con los gobiernos más reaccionarios y está seguramente preocupado por seguir lo mismo que está haciendo Bolsonaro en Brasil”.
La dirigente del PCR, continuó explicando que “es muy grave la situación en Bolivia, en los sectores que han confluido para dar este golpe se ve una actitud claramente revanchista frente a los logros que ha tenido el pueblo boliviano con el gobierno de Evo Morales. Estos sectores racistas no toleran que nuestros hermanos originarios de América y de Bolivia hayan recuperado su dignidad, exijan y hayan logrado ser tratados del mismo modo que el resto del pueblo de Bolivia, no hay que olvidar que hasta hace muy poco no podían circular por la misma vereda en la que circulaban los blanquitos de Sucre o de Santa Cruz”.
Para concluir, Rosa Nassif dijo que “desde el PCR planteamos una solidaridad activa, movilizarnos permanentemente y tratar de que se recupere una unidad latinoamericana que nos permita enfrentar en conjunto los embates de los imperialismos que no toleran ni una pequeña muestra de independencia y de soberanía de nuestros pueblos”.
Al llegar a la Plaza San Martín concluyó la movilización frente al edificio de la Cancillería con un acto donde hablaron, entre otros, Esteban el “Gringo” Castro de la CTEP y Mariano Sánchez, de la CCC, quien dijo que “nosotros decimos que ¡Evo no se va!, Evo tiene que seguir siendo el presidente de Bolivia, porque no es una crisis política… es un golpe de Estado”. Afirmó que esta situación es muestra de la disputa imperialista sobre América Latina y advirtió que tenemos que seguir en las calles para defender a nuestra patria y defender a los pueblos latinoamericanos. Luego se cantó el Himno argentino y las comunidades migrantes cantaron el Himno boliviano repitiendo fuertemente y con las banderas en alto su último verso “¡Morir antes que esclavos vivir!”.