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10 de enero de 2019

Córdoba

Exigimos justicia por Daiana

El primer femicidio llegó muy temprano, conmovió a toda Córdoba, y a la CCC nos tocó muy de cerca. Daiana Moyano era la hija, la esposa, la sobrina, la prima de nuestras y nuestros compañeros.

Daiana Moyano tenía 24 años, dos hijas pequeñas, trabajaba cuidando una señora los fines de semana. Hace dos meses su marido había quedado sin trabajo por lo que volvieron a vivir con sus familiares al barrio ciudad mi esperanza.

Los “barrios ciudad” son barrios periféricos, donde durante el gobierno de De la Sota se erradicaron villas del centro, que ocupaban terrenos codiciados por el negocio inmobiliario, bajo el lema de “casa propia” el gobierno instó a los habitantes a instalarse en estos complejos habitacionales situados por fuera del ejido urbano. El barrio ciudad Mi esperanza se encuentra a más de 15 km del centro de la ciudad y la situación ese domingo era de total aislamiento, el camino intransitable, el transporte público no entra, el alumbrado público no existe, los mismos patrulleros se empantanaron esa noche.

El domingo 6 de enero Daiana regresaba de trabajar alrededor de las 20 y le mandó un mensaje a su pareja avisándole que estaba llegando. Como pasaron varios minutos sin novedades, el hombre puso en alerta a la familia, realizó la denuncia y comenzaron a buscarla.

El asesino y la víctima descendieron en una parada más alejada de la habitual, ya que el colectivo cambió el recorrido por el mal estado del camino. A los pocos metros la redujo, la llevó a un descampado, la ultrajó y la asesinó ahorcándola con un cordón de zapatillas. Cerca de la medianoche, la intensa búsqueda de sus familiares dió con el peor de los hallazgos.

El barrio entero se movilizó, cortando la ruta día y noche.

Denunciamos la complicidad del Estado provincial y del Gobierno municipal, la violencia machista violó y mató a Daiana, pero el estado cómplice puso el escenario para la tragedia, la situación de abandono, de incomunicación, la falta de luz, de transporte nos deja a todos los vecinos y a las mujeres en particular en una situación de vulnerabilidad extrema.

Estamos hartas de sufrir violencia por el solo hecho de ser mujeres, no queremos más Daianas, exigimos justicia ejemplar, que se cumpla la máxima condena para su violador, perpetua. No vamos a aceptar más impunidad. Justicia, justicia y sólo justicia. El poder judicial debe empezar a creernos y a condenar a los violadores y femicidas.

Exigimos la emergencia en violencia hacia las mujeres, lo que significa hechos concretos, políticas públicas. Queremos llegar vivas a nuestras casas, una justicia que nos crea y condene a los violadores, atención a las víctimas con agentes formados con perspectiva de género para ello. Luz, caminos, transporte, desmalezamiento.

Exigimos a los medios de comunicación compromiso y responsabilidad para comunicar los casos de violencia hacia las mujeres. Basta de cuestionar a las victimas, basta de proteger a los violadores. Un violador sale con la cara cubierta mientras la privacidad de la victima es ventilada y juzgada, se hacen eco de rumores o los inventan.

También estamos indignadas y pedimos la renuncia del funcionario municipal que sembró sospechas y juzgó a Daiana, quien en el corte de ruta dijo “le pasa por andar en amoríos” justificando el accionar del violador.

Estamos hartas pero también estamos juntas, las mujeres avanzamos cuestionando los cimientos profundos de este sistema, la violencia que sufrimos, rompemos el silencio, nos organizamos y luchamos contra ella. Estamos dispuestas a hacerlo necesario para que haya justicia por Daiana y para que no haya más Daianas. Los compañeros y compañeras de la CCC y del PTP, con mucho dolor y respeto por la familia estamos a disposición para ello.

Corresponsal