Noticias

05 de enero de 2011

Experiencia en el Taller de aborto

Paraná fue mi cuarto Encuentro y fue mi tercera participación en el Taller de Aborto. Un taller muy discutido y disputado. Participamos alrededor de 50 mujeres, estábamos en el subsuelo de la escuela en un aula grande que fue nuestro lugar de reunión. Al principio estábamos en otra aula, pero un grupo de mujeres no nos dejaban arrancar, cuando ni siquiera habíamos empezado a discutir. Por eso decidimos buscar otro lugar, porque si algo tuvo de particular y de fabuloso Paraná fueron las ganas de participar en los talleres, de que esos talleres se realicen, las ganas que se mezclan con la necesidad de que todas podamos hablar, sin importan nuestro color de piel, nuestra ocupación, ni las diferencias de ideas: todas podemos hablar en los talleres y eso conseguimos en nuestro taller de aborto. Después de la mudanza y alejadas de las interrupciones incesantes, los gritos y el ruido que lo único que hacen es reproducir la lógica de acallar a las voces de las mujeres, pudimos comenzar. Y la palabra circuló, y a cada una nos llegó el turno. El taller de aborto es uno de los más discutidos, pero también muy sentido por cada una de las participantes.
Hablar de aborto no es sencillo, más en una sociedad donde el aborto se asocia a lo clandestino, a la muerte, a la violencia y a la miseria. Todas tenemos posición con respecto al tema: en mi taller había mujeres que pertenecían al sector más reaccionario de la iglesia, que por momentos parecían olvidar uno de los mandamientos más repetidos por la iglesia “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, por momentos parecía que para ese sector no había ningún prójimo en ese aula, solo mujeres asesinas dignas de la hoguera, no exagero, es más, creo que me quedo corta. Las escuchamos, algunas más respetuosamente que otras, es verdad, pero fueron escuchadas. Había también un grupo de mujeres que por momentos sostenían la importancia de que el aborto sea legal, seguro y gratuito, que era necesario que los derechos de las mujeres se hagan cumplir y que de a ratos empezaban a los gritos diciendo que los Encuentros no servían para nada, que había que salir de los talleres (no se sabía bien a dónde y a qué), que todas las mujeres que estábamos ahí íbamos a llorar y que en realidad no resolvíamos nada, que había que votar, en fin… Tan contradictorias como aquel sector de la iglesia que mencionaba anteriormente; tan funcionales a todos los que nos niegan la voz a diario; tan funcionales a todos los que no quieren que los Encuentros sigan siendo de todas las mujeres. También las escuchamos, era imposible no hacerlo y a pesar de que parecía que el taller no les importaba demasiado tomaron la palabra.

 

Las voces de todas, todas las voces
Había mujeres que fueron a contar su experiencia. Experiencias que reflejaron la situación por la que atraviesan más de 500 mil mujeres por año en nuestro país cuando deciden realizarse un aborto. Hablamos de las situaciones denigrantes por las que deben pasar las mujeres que deciden abortar, por diferentes motivos. El aborto, en muchos casos, está asociado directamente a situaciones de violencia, maltrato y abusos. Se habló en el taller de la diferencia entre tener la plata para realizarse un aborto en condiciones dignas y el caso de las mujeres pobres, muchas de las cuales dejan su vida cuando deciden interrumpir su embarazo. Se habló de las 500 mujeres que mueren año tras año en nuestro país a causa de abortos clandestinos y que son la principal causa de muerte materna en Argentina. Le pusimos nombre y apellido a la responsable de que esas muertes sigan ocurriendo: Cristina Fernández de Kirchner. Dijimos que este gobierno no hace nada para evitar la muerte de esas mujeres, que este gobierno no atiende nuestros reclamos, que este gobierno no garantiza ni la educación sexual para decidir, ni los anticonceptivos para no abortar, ni el aborto legal para no morir. Todo lo que se avanzó en las reivindicaciones de las mujeres fue por la lucha. Fuimos las mujeres las que le arrancamos a Kirchner la ley que creó el Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable. Fuimos las mujeres las que le arrancamos a este gobierno la ley de trata y la de violencia con todas las falencias que tienen. Coincidimos que los Encuentros Nacionales de Mujeres fueron y son centrales para el fortalecimiento del movimiento de mujeres en la Argentina.
Escribimos nuestras conclusiones, donde todas las voces quedaron plasmadas, las que estuvieron a favor del aborto legal seguro y gratuito y las que no; las que reclamaban la importancia de que se cumpla la ley de educación sexual en todas las escuelas y desde el nivel inicial y las que no; las que pensamos que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su propio cuerpo y que el Estado debe garantizar que en esa elección no se nos vaya la vida con políticas claras y efectivas, y las que no. Se escribió que había mujeres del taller que planteaban la adopción como una alternativa al aborto y que había otras que pensaban que obligar a las mujeres a continuar con un embarazo no deseado era violar sus derechos. Planteamos el aborto como última opción, como aquella situación por la que ninguna mujer desea pasar, pero también como una práctica cotidiana en un país donde no hay educación sexual, donde no hay plata para anticonceptivos, donde las mujeres más pobres dejan su vida en el intento. Ante esta situación algunas mujeres en el taller reclamamos la inmediata despenalización del aborto, para que ninguna mujer vaya presa y la necesaria legalización, para que el Estado garantice el aborto legal, seguro y gratuito.
Desde el taller repudiamos la violencia y las provocaciones de algunos sectores, que pretenden terminar con los Encuentros, hombres que ingresaron violentamente a la escuela y golpearon a las mujeres, mujeres que tiraron gas pimienta en la cara a integrantes de la Comisión Organizadora, entre otras acciones. De la misma manera, también repudiamos a los grupos minúsculos que participan del Encuentro, que no dejaron discutir a las mujeres en los talleres interrumpiendo a los gritos, y echando a las que expresan otras opiniones. Al mismo tiempo expresamos nuestra solidaridad con la comisión organizadora ante los innumerables ataques recibidos antes y durante el transcurso del Encuentro. Celebramos la realización del exitoso 25 Encuentro Nacional de Mujeres y el hecho de haber podido discutir manteniendo su espíritu: terminamos diciendo que en el taller, ¡el Encuentro fuimos todas!