Estudiando la pueblada de General Belgrano, en setiembre de 1983, nos encontramos con la novedad de que los campos cuya privatización la dictadura intentaba, habían sido expropiados en 1951, durante el primer gobierno peronista. Hasta esa fecha, ingresaron a la legislatura de la provincia de Buenos Aires proyectos de expropiación de campos y estancias, pero solo unos pocos se efectivizaron; esta política terminó con algunos acuerdos y no se impulsaron nuevas expropiaciones.
Estudiando la pueblada de General Belgrano, en setiembre de 1983, nos encontramos con la novedad de que los campos cuya privatización la dictadura intentaba, habían sido expropiados en 1951, durante el primer gobierno peronista. Hasta esa fecha, ingresaron a la legislatura de la provincia de Buenos Aires proyectos de expropiación de campos y estancias, pero solo unos pocos se efectivizaron; esta política terminó con algunos acuerdos y no se impulsaron nuevas expropiaciones.
En los primeros años del gobierno peronista, el plan agropecuario nacional procuró desligar la producción agropecuaria argentina de la exclusiva demanda externa a través de la diversificación productiva para abastecer, por una parte, el aumento del consumo del mercado interno y, por otra, las industrias que se estaban desarrollando. La ley de Colonización Nº 5.286, promulgada en 1948 y el Instituto Autárquico de Colonización se abocaron a la elaboración de planes de expropiación, colonización, arrendamiento, administración y venta de las tierras; también asistencia técnica.
Un primer indicio de la inquietud de Domingo Mercante, en el gobierno de la provincia de Buenos Aires (1946–1952), por esta problemática lo constituye la elevación de la Dirección Agropecuaria al rango de Ministerio de Asuntos Agrarios en 1949. Entre 1946 y 1951 se debatieron en las Cámaras de la provincia aproximadamente 60 proyectos de expropiación y colonización; muy pocos se convirtieron en ley.
Después de 1949 –en el marco de la crisis agraria–, la mayoría pasó al archivo por caducidad, y desde 1951 no se presentaron nuevos proyectos.
La expropiación de la estancia Santa Narcisa, propiedad de Ernesto Aguirre, fue un caso sin precedentes en General Belgrano.
El Dr. Aguirre contaba con campos en las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Cruz y Río Negro; era un gran terrateniente. Una de sus grandes propiedades agrarias era Santa Narcisa, de General Belgrano; enclavada en un parque diseñado por Charles Thays, la estancia ocupaba una superficie 3.117 hectáreas. Ubicada a orillas del río Salado y dedicada a actividades agropecuarias y agroindustrial, había pasado por herencia de Claudio Stegmann a dominio de Carolina Stegmann de Aguirre en 1875 y a las manos de Ernesto Aguirre en 1944.
Expropiada la estancia, se colonizaron 24 familias en la misma, dedicadas a la producción de leche y quesos para el mercado interno, y en el casco y su jardín de 124 hectáreas, funcionó la escuela agraria.
Esta es una primera aproximación a este tema. Queda por estudiar en detalle, cómo fue el futuro de las 24 familias beneficiadas por la expropiación, algunos de cuyos miembros, son todavía hoy propietarios de esos campos. Saber si eran campesinos de la zona y cómo comercializaban sus productos, cómo fue el debate de la expropiación, cómo lo trataron los medios etc., y si se pudiera, hacer un estudio comparativo con las otras colonizaciones de que da cuenta el programa de nuestro partido. También investigar si además de la provincia de Buenos Aires, existieron otras expropiaciones durante el primer peronismo.
Todo esto sobre la base de que sabemos que el latifundio en lo fundamental, persistió durante todo el periodo y se reacomodó luego de 1955, siendo la ley de prórroga de arrendamientos rurales y el estatuto del peón rural, las bases principales de la política agraria peronista de ese momento histórico, pero ello no quita la necesidad de estudiar en concreto como fueron estas expropiaciones.