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02 de octubre de 2010

Extractado del Informe político del Comité Zonal del Partido Comunista Revolucionario de Jujuy, del 10 de noviembre de 2007.

Extraordinaria cantidad de votos en blanco y nulos en Jujuy

Las elecciones del 28 de octubre

El viernes 9 de noviembre finalizó el escrutinio definitivo de las elecciones del 28 de octubre, después de que la justicia electoral rechazara el pedido de nulidad de las elecciones por parte de Snopek, Martiarena, Daza y Tell.
Con un resultado definitivo que no modifica mucho las cifras del escrutinio provisorio en lo que hace a los votos de los partidos del sistema, el hecho político más notable es la difusión de la extraordinaria cantidad de votos en blanco y nulos. Para presidente hubo 32.107 votos en blanco y 4.459 nulos, para diputados nacionales 39.496 votos en blanco y 4.748 nulos, para gobernador 40.400 votos en blanco y 4.214 nulos y para diputados provinciales 43.407 votos en blanco y 4.472 votos nulos.
Tomando como referencia la categoría de gobernador los votos en blanco y nulos sumados dan 44.614, lo que representa el 14,40% del total de los que fueron a votar y el 10,86% del total del padrón.
En la Municipalidad de San Salvador de Jujuy ganó Cristina Kirchner sobre la base que iba en cuatro boletas del justicialismo. Pero para la Intendencia ganó el radical Raúl “Chuli” Jorge que sacó 26.207 votos, mientras que los blancos y nulos suman 17.156. En concejales ganó por paliza el voto blanco y nulo, con 31.073 votos, en tanto los radicales salieron segundos con 23.022 votos.
El gobierno, a través de Walter Barrionuevo, salió a destacar la gran concurrencia del pueblo en estas elecciones. Mintió, de la misma manera que lo hizo el gobierno nacional. A esto se suma que no dicen ni una palabra sobre los votos en blanco y nulos.
El padrón habilitado para votar era de 411.020 electores. Para candidatos a la gobernación votaron 310.224, lo que significa 75,5% de concurrencia. No fue a votar el 24,5% del padrón, o sea 100.646 electores.
La abstención es una de las más elevadas de los últimos doce años. En 1995 se abstuvo el 23,9%, en 1999 el 19,6% y en el 2003 el 24,3%. En estas elecciones el “voto bronca” se expresó masivamente con el voto blanco y el anulado. Del total de votantes, en la categoría gobernador sumados los blancos y nulos en 1995 fue el 3,7%, en 1999 el 3,8%, en el 2003 el 3,6%. En estas elecciones llegó al 14.4%. Es decir que se multiplicó por cuatro.
El voto en blanco y los anulados junto a una parte de los que se abstuvieron son la expresión más avanzada del repudio popular a este sistema electoral. En las localidades donde nuestro Partido y la CCC hicieron campaña el voto bronca logró los más altos porcentajes.
El gobernador electo sacó 95.734 votos, lo que significa un 23,3% del padrón. Es decir que representa aproximadamente a uno de cada cuatro electores jujeños. Este es un componente importante de la debilidad del gobierno que asumirá el próximo 10 de diciembre.
El Partido Justicialista llegó a las elecciones con múltiples fracturas, como consecuencia de la decisión de Fellner de acordar con los “colombianos”. En el año 1996 Eduardo Fellner presidía la legislatura y dirigía el bloque que se denominaba la “medianera”. Fue en ese momento donde este bloque bautizó al grupo Rivarola-Segura como “los colombianos”, por sus vinculaciones con la droga. En noviembre del 2005, tras las elecciones de Misiones, Fellner fue obligado por Kirchner a bajarse de la re-reelección. Ante las internas previas a las elecciones generales, que se realizaron en agosto pasado, Fellner por temor a perderlas, según dijo uno de sus allegados, arregló con “los colombianos” la formula de gobierno y el PJ entró de manera inevitable en una profunda crisis. Barrionuevo superó a Snopek (que armó lista dos meses antes de las elecciones) con solo 16.022 votos. En el Departamento General Belgrano Fellner, como candidato a diputado nacional, salió segundo, tras el candidato radical y su candidato a gobernador, Barrionuevo, tercero tras Snopek y los radicales.
Párrafo aparte merece la derrota del candidato oficialista a la intendencia de San Salvador de Jujuy. Pablo Lozano salió cuarto. Ganó la interna con el apoyo público y notorio de la CTA. Sacó 16.887 votos, un 10,4% del padrón y un 15,5% de los que fueron a votar. En los días previos a las elecciones se había instalado como opinión política que si ganaba Lozano ganaba Milagro Sala. Con la derrota catastrófica del Frente para la Victoria en San Salvador perdieron Fellner y la CTA. Fellner desapareció de la escena desde el día de las elecciones.

Una debilidad de origen

La izquierda electoralista sumados los votos a gobernador del PC, el PO y el MST, sacó 5.200 votos, el 1,26%.
Con estos resultados electorales el gobierno elegido tiene una debilidad de origen. El oficialismo perdió la mayoría en la Legislatura y varias ciudades importantes están en manos de la oposición interna del PJ o de los radicales. Pero no serán estos hechos los que harán tambalear al futuro gobierno, porque conocemos las transas permanentes entre oficialistas y “opositores” parlamentarios. Tenemos que investigar más a fondo las contradicciones en el seno de las clases dominantes de Jujuy y estar atentos a sus manifestaciones. No-sotros apostamos al desarrollo de las luchas populares, en un momento donde se siguen agudizando los problemas sociales y el fenómeno de la inflación galopante carcome los bolsillos de los trabajadores asalariados. Según un documento elaborado por la propia Unión Industrial de Jujuy y la Unión de Empresarios los datos oficiales sobre pobreza e indigencia no tienen nada que ver con la realidad. El documento dice que la pobreza abarca al 70% de la población, de los cuales el 34% son indigentes. Esto significa que hay 490.000 pobres y 238.000 indigentes.
La desocupación verdadera, incluida en ésta a los que reciben el subsidio de Jefes y Jefas de Hogar, es del 26% de la Población Económicamente Activa (PEA), aproximadamente unas 80.000 personas. El gobierno dice que no llega al 8 % de la PEA.
Como dijimos en nuestra campaña por el voto bronca sólo un gobierno y una política revolucionaria puede sacar al pueblo de Jujuy de la pobreza y el atraso. El enfrentamiento electoral en el seno de los partidos del sistema son expresión de la división en el seno de las clases dominantes de Jujuy que permanentemente se preocupan por manifestar su vocación de adherentes a las bases de la política económica y social imperante, que en esencia son la continuidad de la política menemista.