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17 de julio de 2019

Crónicas proletarias 351

Fábricas en la década de 1920 (3)

Como hemos dicho en anteriores columnas, luego del fin de la primera confrontación de las potencias imperialistas en el siglo 20, la Primera Guerra Mundial, a lo largo de la década de 1920 creció el desarrollo de algunas ramas industriales, de grupos nacionales y de monopolios imperialistas. Así fueron surgiendo fábricas, frigoríficos y talleres de mediano y gran tamaño, en los que la clase obrera fue haciendo sus experiencias de lucha.

Dentro de este crecimiento industrial, mostrando la consolidación del carácter dependiente de nuestra economía, entre 1921 y 1930 se instalaron en el país 43 grandes empresas extranjeras en el sector industrial. Muchas de estas en un principio fueron filiales comerciales, luego importadoras y ensambladoras, y muchas de ellas comenzaron a fabricar en nuestro país. Ese es el caso de las automotrices, los talleres ferroviarios, laboratorios, metalmecánica, etc.

Entre 1919 y 1920 se da en Italia, al calor de oleada revolucionaria mundial, lo que se conoció como el “bienio rosso”, un gigantesco proceso de luchas obreras y ocupaciones de fábricas que, particularmente en las grandes empresas del norte italiano, tuvieron como protagonistas a los consejos de fábrica, el equivalente de lo que conocemos como nuestras comisiones internas de reclamos, elegidas en cada fábrica por los trabajadores en las secciones de las empresas, independientemente de su afiliación a tal o cual sindicato. Estos consejos estuvieron en un principio inspirados en los soviets surgidos con la triunfante revolución rusa.

La influencia del “bienio rojo” se hizo sentir también en nuestro país. Dentro de las filas de las diversas corrientes obreras: sindicalistas, anarquistas, socialistas y comunistas, se discutía el método de organización en los lugares de trabajo, y su relación con los gremios. Los anarquistas que hegemonizaban la FORA del V° Congreso, en 1920 por ejemplo, avalaban el reconocimiento por la patronal de los delegados en la fábrica de cerveza Palermo. Con el correr de la década, el naciente Partido Comunista va a profundizar el trabajo en las fábricas, y de la mano de un complejo proceso de celularización de sus militantes, el PC impulsa la elección de delegados en las empresas, planteando, en algunos casos de luchas importantes, la necesidad y posibilidad de un control obrero de la producción. El PC, en este recorrido, desarrolló una profusa propaganda, expresada en los “boletines de empresa”, editados por las células y secciones comunistas, en los que se denunciaba la explotación concreta del lugar de trabajo.

Hoy N° 1774 17/07/2019