El trabajo de las distintas corrientes sindicales en los lugares de trabajo, como no podía ser de otra manera, implicó polémica sobre el papel de los consejos de fábrica, y de las células partidarias impulsadas por el Partido Comunista a partir de mediados de la década de 1920.
Si bien la mayoría de los sectores: anarquistas, sindicalistas, socialistas y comunistas buscaron disputar estas comisiones internas, cuerpos de delegados o consejos de fábrica, hubo algunos, como los anarquistas que dirigían la Federación Obrera del Calzado, que reivindicaban al delegado individual por sobre las comisiones, negándole a estas formas colectivas de organización el derecho a representar colectivamente a los obreros frente a la patronal.
Otro sector anarquista, simpatizante de la Revolución Rusa y por eso conocido como anarco-bolcheviques, creó en 1923 la Alianza Libertaria Argentina (ALA), que promovía “propagar los sindicatos de industria, los consejos de fábrica, aconsejando el uso de las armas de la acción directa, prefiriendo las acciones de conjunto para la obra revolucionaria del anarquismo”. Este sector se alejó de la FORA de V Congreso, anarquista, y se integró a la Unión Sindical Argentina (USA), hegemonizada por los sindicalistas.
Según Diego Ceruso: “La izquierda y la organización sindical en el lugar de trabajo”, desde el Partido Socialista hubo intentos aislados para desarrollar consejos de fábrica, como los impulsados por el dirigente Enrique del Valle Iberlucea, quien en 1920 escribió un folleto “La doctrina socialista y los consejos obreros”, al calor del cual se hicieron experiencias en la industria del calzado.
Desde el Partido Comunista Obrero, conformado por los “chispistas” expulsados del Partido Comunista en 1926, se impulsaban los concejos de fábrica y las células partidarias. Ya en su programa en disidencia en el VI Congreso partidario, este sector planteaba “la Organización de los Consejos de Fábrica debe ser ahondado con más seriedad y preocupación por el Partido durante este período. Es menester que el Partido no le ha prestado casi ninguna atención al asunto. Es necesario que se comprendan las ventajas del Consejo de Fábrica sobre los actuales ‘Delegados de Sindicato’, la superioridad de ese organismo y su adaptabilidad para la lucha y la expresión del interés de todos los obreros, así como el nuevo concepto y realidad del control obrero sobre la producción que él implica” (Proyecto de Programa de Reivindicaciones Inmediatas).
Hoy N° 1777 07/08/2019