El 15 de julio no fue un día más para la Cuenca Carbonífera, ni para el movimiento obrero de la Argentina. En horas de la tarde se dio a conocer el fallecimiento de Armando Apaza, en un choque frontal ocurrido en la ruta que une 28 de Noviembre con Río Turbio.
El 15 de julio no fue un día más para la Cuenca Carbonífera, ni para el movimiento obrero de la Argentina. En horas de la tarde se dio a conocer el fallecimiento de Armando Apaza, en un choque frontal ocurrido en la ruta que une 28 de Noviembre con Río Turbio.
Armando tenía tres hijos de su primer matrimonio, una nieta y un hijo de 4 años con su actual esposa, quien está embarazada de seis meses, y se encuentra junto al pequeño en la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Hospital Regional de Río Gallegos.
El jefe de ese servicio, Mauro Nieto, nos dijo que el niño ingresó al nosocomio con “traumatismo encéfalocraneano y máxilofacial, sin fracturas, pero con inflamación del páncreas y comprometido su pulmón izquierdo”.
Este compañero, al cual en los últimos días el país vio con el ojo morado por una golpiza de la patota sindical de la Uocra, y luego peleando contra los carros hidrantes en la ciudad de Buenos Aires, no sólo era congresal de Adosac, sino que además fue integrante de la Corriente Clasista y Combativa, de la que fue uno de los fundadores en la provincia de Santa Cruz, junto con el dirigente minero Silverio Méndez, uno de los 14 mineros muertos en el 2004.
Silvio Rotman, integrante de la CCC y amigo de Apaza relató al diario Tiempo sur, con lágrimas en los ojos: “A Armando lo conocí cuando me vine a vivir a Santa Cruz en el 2006, él ya vivía en la cuenca, ya era un dirigente reconocido”.
Aclaró que ésta no es la primera vez que el movimiento obrero es golpeado: “Silverio Méndez fue uno de los que en el accidente del 14 de junio en la mina había muerto (accidente causado por el vaciamiento de Tasselli y Kirchner en 2004), con lo cual ya veníamos golpeados todos los que son del movimiento obrero y más de la Corriente Clasista. Silverio había sido miembro de la Mesa Federal de la Corriente, igual que ‘el Pata’, como lo apodaban a Apaza y ahora que se nos vaya en un lamentable accidente es una pérdida terrible. Primero para el movimiento obrero, segundo para los que queremos un mundo mejor, y tercero una pérdida para la Corriente, porque pierde a uno de sus mejores militantes, y para mí la pérdida de un amigo”.
En estos momentos de dolor, reflexionó: “Retomo unas palabras que me envió por mail Darío Perillo en nombre de la lista docente nacional Azul y Blanca; donde decía ‘que su nombre no se asocie a la tristeza, sino se asocie a la alegría de haber sido un luchador toda la vida’”. Rotman continuó relatando en ese medio gráfico: “Dejó una huella muy grande: Para que se den una idea, esa anoche cuando la ambulancia se iba para hacerle la autopsia a Gallegos, hubo una caravana de más de cincuenta autos llenos, despidiéndolo y ahora lo estamos velando en el Jardín Nº 2 que fue su jardín, donde él trabajó toda su vida, y donde se jubiló”.
Una despedida multitudinaria
Sus restos, cuando retornaron a la Cuenca cerca del mediodía, fueron velados en el Jardín Fuerza Área Argentina N° 2 de Río Turbio, institución educativa donde ejerció la docencia. Luego el féretro fue cargado a pie por familiares y amigos por la Avenida de Los Mineros, acompañado por más de 450 personas, hasta el cementerio local.
Durante todo el velatorio se hicieron presentes docentes de Río Turbio, Río Gallegos y 28 de Noviembre, municipales, médicos, mineros. Acompañaron muchos dirigentes de movimientos gremiales, concejales de la ciudad, el secretario general de Adosac, Pedro Muñoz, quien expresó en esta despedida: “Nos representó tan bien en tantos lugares, el esfuerzo que hizo siempre para mantener la Adosac, cada vez que había un conflicto él era el primero en llamar, dejó de lado intereses personales. Su objetivo siempre fue la unidad de los trabajadores, no era un trabajador más, no era solamente un docente, él representó a todos los trabajadores. ¡Compañero Armando Apaza, hasta la victoria siempre!”.
Otro de los presentes en esta despedida fue Luis “Ángel Negro” González, quien dijo: “Vengo a rendir homenaje y gratitud a este compañero que siempre estuvo presente en cada lucha de cada trabajador, siempre listo en solidaridad con otros compañeros”.
Durante todo el velorio, su féretro fue rodeado por trabajadores mineros de la Cuenca. Como parte de esa guardia minera, el compañero Páez dijo: “Las tizas y el carbón van de la mano. Gracias por acompañarnos en cada lucha Armando Apaza”.
En la caminata sus familiares, amigos, colegas docentes coreaban: “¡Compañero Armando Apaza: presente!”. Este grito se escuchó durante toda la caminata hacia el cementerio acompañando el féretro con redoblantes y banderas de sus colegas, los docentes. En el velatorio hubo múltiples expresiones de emoción y dolor, pero también de firmeza cuando se cantaban las canciones representativas del gremio docente y el típico “unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode se jode”.
Pasaron cientos de personas durante todo el día, pero a la hora del responso, una multitud se apretujó en el Jardín para acompañar a los familiares y tributar su adiós. Pocas autoridades políticas, tan sólo los concejales Carlos Godoy, Omar Zeidán que llegó junto al diputado nacional Eduardo Costa, y varios dirigentes políticos de la Adosac, de la Corriente Clasista y Combativa, Miguel del Plá del Partido Obrero, y Emilio Poliak del MST entre otros, dado que en la puerta del jardín colgaba un pasacalle que decía: “Peralta persona no grata”. A tal punto que en determinado momento el interventor y ex intendente Matías Mazzud quiso entrar al sepelio y Ramiro Apaza, hijo de Armando, lo frenó en la puerta y le solicitó que por respeto a la memoria de su padre se retirara del lugar.
También minero
Luego de las emotivas palabras del párroco de la localidad quien entre otras cosas dijo: “para Armando, Jesucristo fue el primer revolucionario”
Don Máximo Apaza, su padre, habló desde la profundidad de su pesar; no sólo agradeció la presencia de la gente, sino que respaldó el espíritu de lucha de su hijo, su hombría de bien, su solidaridad y desprendimiento para ayudar siempre a los que más lo necesitaban. Entregó su casco de minero, el que guardaba luego de la muerte de Silverio, y también una gorra de la CCC, dos de los sentimientos con los que se identificó Armando Apaza. Muy gráficamente puso la gorra de la CCC dentro del casco, se los entregó a los mineros Páez, Mario y Carlos que hacían de guardia del cajón, y dijo: “esto era mi hijo”.
Luego siguieron palabras de amigos y referentes sindicales como Luis González, Pedro Muñoz, Sandra Campana (sec. general de Adosac Río Turbio), Marcelo Barab en representación de “Chiquito” Ardura, de la CCC nacional, el SOEM de Río Turbio, jóvenes, y el minero Ramón Páez que recordó el apoyo que siempre brindó Apaza a la lucha de los trabajadores mineros, y parafraseó a Hugo Giménez Agüero al decir “vos Armando, también fuiste minero”.
Pata querido, nos dejaste muchas enseñanzas, nos dejaste tu ejemplo de lucha, de humildad, de valentía, de perseverancia. Los clasistas, los revolucionarios, los que te conocimos, jamás te olvidaremos: Seguiremos tu ejemplo, trataremos de honrarte, sabemos que en algún lado debes estar tomando mate y discutiendo con Silverio, con Fuentealba. Patita, eternamente gracias, y como vos siempre decías ¡Hasta la victoria siempre!