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24 de octubre de 2012


Falleció Sara Derotier de Cobacho

Hoy 1442 / Una mujer con coraje militante

Conocimos a Sara en febrero de 1976, cuando estaba detenida a disponibilidad del Poder Ejecutivo Nacional, en el pabellón de mujeres de la cárcel de Villa Devoto. Norma Nassif nos presentó, Sara nos contó que la iglesia de Santa Fe le había salvado la vida, y me pidió que le avisara un tema familiar a un pariente. Con solidaridad de principios cumplí el encargo, vino luego el golpe del 24 de marzo de 1976, y no nos volvimos a ver.

Conocimos a Sara en febrero de 1976, cuando estaba detenida a disponibilidad del Poder Ejecutivo Nacional, en el pabellón de mujeres de la cárcel de Villa Devoto. Norma Nassif nos presentó, Sara nos contó que la iglesia de Santa Fe le había salvado la vida, y me pidió que le avisara un tema familiar a un pariente. Con solidaridad de principios cumplí el encargo, vino luego el golpe del 24 de marzo de 1976, y no nos volvimos a ver.
Treinta años después, las hermanas de Cesar Gody Alvarez, en ese momento histórico uno de los detenidos desaparecidos, me pidieron que las acompañe a una entrevista con la secretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires. Cuando entramos al despacho, la funcionaria me dio un abrazo, era Sara Derotier de Cobacho. Se acordaba los detalles del pabellón, la entrevista, etc. Nos contó que el gobernador Solá la había designado, por pedido de la iglesia, y que contáramos con ella.
A las hermanas le dijo: “Tu hermano fue un cuadro, pero además un héroe”.
Durante los años en que junto a la familia y al Dr. Roberto Carpano buscábamos en el Cementerio de Merlo, los antropólogos forenses y Dora Cobacho fueron amigos leales, con su celular disponible a toda hora, con consejos prácticos, dados desde el campo popular.
Lo demás es conocido, el cadáver de Gody fue encontrado debajo de los restos mortales de V. Gramajo, una víctima de un accidente ferroviario. Se hicieron los estudios de ADN y fue restituido a su familia y a su partido, que movilizó a centenares de militantes hasta el Cementerio de Bolívar. Gody dejó de ser un desaparecido, pasó a ser un asesinado por la dictadura militar.
Ya en ese momento Sara caminaba con dificultad, luego quedó en silla de ruedas, pero con su enfermedad a cuestas, militó hasta los 81 años, y esto es una lección de vida. Tenía dos hijos desaparecidos.
El diario Página 12, cuando por motivos políticos quería desplazarla, escribió: “una octogenaria que se desplaza en silla de ruedas”. Falta de respeto total a una vida de lucha, nosotros en cambio, siendo conscientes de las diferencias políticas que hemos tenido con ella, respetamos su coraje militante, y con este pequeño testimonio, dejamos en claro que los colores no nos son indiferentes, que sabemos distinguirlos, y al mismo tiempo recordamos a Normita, que estamos seguros, hubiera firmado también esta nota.