Hace poco más de nueve años, Javier Chocobar -cacique de la comunidad originaria Chuschagasta- fue asesinado por el terrateniente Darío Amin. Transcurrieron nueve largos años de vaivenes inexplicables para que al fin se hiciera efectivo el juicio.
El asesinato ocurrió cuando Darío Amin, respaldado por los ex comandos “Atila”, Luis Humberto Gomez y Eduardo Valdivieso, pretendieron extraer piedras lajas del territorio Chuschagasta con la usual prepotencia y con la excusa de siempre: declararse dueños del territorio. El cacique Javier Chocobar, con un grupo de comuneros, les salieron al cruce, dispuestos a impedir el saqueo, y Amin disparó a quemarropa hiriendo de muerte a Javier Chocobar y gravemente a dos comuneros, (Andres y Emilio Mamani).
“Turco hijo de puta, me has baleao”, fueron las últimas palabras de Javier Chocobar, repetidas por el comunero Delfin Cata durante estos largos nueve años, y repetidas muchas veces en el recinto judicial durante las audiencias.
Al fin, después de trece audiencias, quedó claramente definida la culpabilidad de Amin y sus secuaces. El Tribunal, presidido por el juez Wendy Kassar e integrado por los jueces Emilio Paez de La Torre y Gustavo Romagnoli, condenó a los acusados: 22 años para Darío Amin, 18 años para Luis Humberto Gómez, y 10 años para Eduardo Valdivieso, con prisión preventiva inmediata. Este fallo constituye un hecho histórico ya que por primera vez en la Argentina se da ese tipo de condena a un terrateniente por asesinar a un originario.
Es importante aclarar que los pueblos originarios de Tucumán vienen luchando por justicia y contra la impunidad de los terratenientes usurpadores. En el Caso Javier Chocobar, la Comunidad Chuschagasta en especial no dejó de luchar ni un día, y al fin obtuvo este gran triunfo acompañada por la mayoría de las organizaciones populares de la provincia.
Corresponsal
Hoy N° 1741 31/10/2018
