Unas 4 mil personas calentaron la fría ciudad. El pueblo chilecitense realizó un acto de protesta en la plaza principal. Poco a poco comenzaron a llegar vecinos de Chilecito y Famatina para marchar en contra de la decisión del gobernador Beder Herrera acerca de explotar El Famatina.
Unas 4 mil personas calentaron la fría ciudad. El pueblo chilecitense realizó un acto de protesta en la plaza principal. Poco a poco comenzaron a llegar vecinos de Chilecito y Famatina para marchar en contra de la decisión del gobernador Beder Herrera acerca de explotar El Famatina.
Los cero grados de temperatura no impidieron que la muchedumbre gritara a viva voz que no quieren la megaminería a cielo abierto, ni saqueo, ni contaminación, en proporción equivale a una concentración de 500.000 personas en el Obelisco. Claro, lo que sucede en estas ciudades del interior no interesan a la gran prensa, más si se trata de afectar a los intereses de las empresas imperialistas.
Niños con sus padres, adolescentes que se invitaron por las redes sociales, bebés en cochecitos, padres jóvenes fueron los protagonistas de una de las asambleas de mayor convocatoria desde que comenzó la pulseada con los gobiernos cómplices del saqueo de nuestros recursos.
Los presentes, ciudadanos chilecitenses famatinenses y de otras localidades aledañas, con sus sueños a cuestas, todos respirando el mismo aire y bebiendo las mismas aguas que llegan desde las montañas del majestuoso Famatina, desde que nacieron gritan al viento su decisión de “El Famatina no se toca”. Este grito va para los Beder y para Cristina, responsables de los convenios firmados con la compañía canadiense Osisko Mining Corporation, que invertirá 10 millones de dólares en las tareas de exploración. Hipócritamente, Beder exigió ¡que sea cuidando el medio ambiente!
Envalentonado por el triunfo de Cristina, Beder expresó: “nos sometimos al voto popular y la gente nos ha dado el 68% de consenso, estamos habilitados y legitimados para tomar decisiones en nombre del pueblo de La Rioja”. En su alocución se refirió a Facundo Quiroga y a Joaquín V. González en respaldo a su política pro minera, vaya desvergüenza. Y agregó: “los recursos naturales son del pueblo”. Esto sonó como cachetada al pueblo riojano que lucha contra el saqueo y la agresión al medio ambiente.
La respuesta popular fue contundente, expresada en los carteles que enarbolaba la multitud: “Por los hijos de mis hijos El Famatina no se toca”, “Beder mentiroso y traidor”, “No es no, el agua somos todos”, “Queremos trabajo digno y no esclavos en la mina”, “gobierno genocida”.
