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23 de abril de 2025

Otro acuerdo infame

FMI: Una nueva estafa al pueblo argentino

El gobierno finalmente cerró un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que implica otro gigantesco salto del endeudamiento externo de nuestro país. El mismo se realizó sin ser discutido ni aprobado por el Congreso, violando la Ley 27.612 de 2021.

Se trata de un acuerdo de “Facilidades extendidas” por cuatro años, que otorgará un desembolso total de 20.000 millones (M) de dólares (USD), de los cuales USD 15.000 M son de “libre disponibilidad”. Es decir, para que el ministro de Economía Caputo los pueda seguir rifando con la bicicleta financiera y la liberalización del comercio exterior. Al igual que en 2018-2019 bajo el gobierno macrista, asistimos a otro desorbitado préstamo del FMI, ordenado por EEUU, para ayudar al gobierno lamebotas de Milei de cara a las próximas elecciones; una nueva estafa para el pueblo argentino. Insólitamente, la historia se repite. Por si quedaba alguna duda, con los mismos personajes: de un lado, el magnate yanqui Trump, y del otro, Caputo y Bausilli (presidente del BCRA), artífices centrales del endeudamiento externo y la fuga de capitales con Macri. Más casta no se consigue.

La deuda con el FMI se eleva ahora a unos USD 54.000 M y, según el FMI, en 2026 alcanzará un pico de unos USD 58.500 M, “la exposición más alta en la historia del Fondo”. Ya hubo un adelanto de USD 12.000 M -60% del total, algo totalmente inusual- y quedan USD 3.000 M adicionales este año. El gobierno afirma que hay otros desembolsos acordados (Banco Mundial, BID y otros) por unos USD 8.100 M; en suma, USD 23.100 M sólo en 2025. Además, se renovó por un año el tramo activado del swap con China, de USD 5.000 M. Un nuevo festival de endeudamiento externo (para unos pocos). Y afirmaban con cara de piedra que la deuda no iba a aumentar. Insaciable, Caputo también pretendía un préstamo directo del Tesoro yanqui, que por el momento no prosperó.

En otros tiempos, Milei y su vocero Adorni decían que acudir al FMI era la evidencia de un fracaso, de un programa inconsistente. Entonces, ¿por qué ir corriendo otra vez al Fondo por tanta plata, si supuestamente todo iba de maravilla? La realidad es que el gobierno estaba urgido de dólares, debido a la extremada fragilidad de las cuentas externas. Las reservas del Banco Central (BCRA) venían en caída libre hace meses, incluso a pesar de la gran afluencia de dólares que generó el “blanqueo”. Y desde mitad de marzo, el BCRA sumaba ventas por USD 2.500 M, a un insostenible ritmo promedio de USD 130 M por día. Además, en lo que resta del año, la Argentina enfrenta vencimientos de deuda (bonistas privados, FMI, otros organismos internacionales y Bopreal) por USD 11.160 M.

Con el FMI, en 2025, no hay pagos de capital (comienzan en septiembre de 2026) y restan USD 1.800 M de intereses. El anterior programa de 2022, finalizado el año pasado, era exclusivamente para cubrir los vencimientos de capital con el Fondo, pero ahora, en cambio, el grueso del préstamo es de “libre disponibilidad”. Entre 2026 y 2029 -período aproximado que cubre este programa- la Argentina debe pagar al FMI USD 19.880 M de capital y USD 13.024 M de intereses. ¿Qué hará Caputo con este nuevo préstamo, guardará algo para más adelante o se lo patinará todo este año?

Nuevo esquema cambiario y otras medidas

A cambio del dinero fresco, Milei tuvo que ceder con su “tablita del 1%” y efectuar una devaluación del peso, a pesar de haber negado una y otra vez cualquier modificación al respecto. Ahora rige un sistema de bandas, con un piso bajo para preservar el relato oficial. El dólar fluctuará entre 1.000 y 1.400 pesos, y los límites se ampliarán hacia abajo y hacia arriba a un ritmo del 1% mensual (-1% y +1%). De todos modos, el BCRA podrá intervenir comprando o vendiendo dólares dentro de la banda. El nuevo esquema debutó con un salto del tipo de cambio del 12%, que en los días siguientes se acomodó un poco a la baja; según trascendió, con pagos de importaciones pisados y la exigencia de liquidación de divisas a los exportadores, para garantizar un comienzo “tranquilo”. Por el momento, el BCRA declaró no haber intervenido, aunque tanto la entidad como el gobierno tienen otros medios para hacerlo indirectamente.

Entretanto, el dato de inflación minorista de marzo escaló al 3,7% mensual, tirando por la borda el relato de Milei acerca de la supuesta baja de la misma (que además el Indec viene subestimando sistemáticamente). Esto a pesar de que el tipo de cambio oficial venía prácticamente planchado, con jugosas ganancias para los especuladores que se subieron a la bicicleta financiera.

Fracasó así su mentada convergencia de la inflación al 1%, con la que procuraba posicionarse favorablemente de cara a las elecciones. Para colmo, con el debut del nuevo esquema, se ha producido un festival de remarcaciones de precios, como es el caso de los oligopolios proveedores de alimentos. Muchas consultoras estiman que la inflación de abril y mayo será holgadamente superior.

Para tratar de matizar todo esto, el gobierno anunció el levantamiento del “cepo”, que ha sido parcial. Se eliminó el límite de compra de 200 dólares en el mercado oficial para las “personas humanas”, no así para las empresas. Quienes no están bancarizados con cuenta en dólares solo pueden acceder a 100 dólares por ventanilla. En cuanto a las empresas, se habilitó la remisión al exterior de utilidades generadas a partir de 2025; para cancelar las utilidades acumuladas, se anunció un nuevo bono “Bopreal”, en lugar de mantener la restricción y obligar a reinvertirlas en la producción. Se eliminó el “dólar blend”, que permitía a los exportadores liquidar el 20% de las divisas al dólar paralelo en la bolsa. Continúan flexibilizándose los pagos de importaciones. Por otro lado, se autorizó la entrada de capitales externos a través del mercado oficial de cambios, fijando un plazo mínimo de permanencia de seis meses, luego de los cuales podrán acceder al dólar oficial para remitir sus ganancias al exterior; es decir, habilitan la bicicleta financiera al dólar oficial para fondos especulativos externos.

Metas y reformas

Entre las metas, el BCRA debe acumular reservas netas (propias) por USD 4.000 M en 2025, que dada la caída observada en los primeros meses requiere sumar desde ahora casi USD 9.000 M hasta fin de año. Meta muy complicada, considerando el creciente déficit de la cuenta corriente (saldo comercial de bienes y servicios, intereses y otros).

Asimismo, el FMI plantea el objetivo de avanzar en una serie de reformas estructurales, entre las que incluye: “una reforma más amplia de los mercados laborales”, con “negociaciones salariales más flexibles y la simplificación de los despidos laborales”; reforma tributaria, con reducción de los derechos de exportación, del impuesto a las ganancias para sociedades, los subsidios y otros impuestos; y reforma previsional, que seguramente buscará aumentar la edad jubilatoria, entre otros objetivos nefastos.

En este marco, la Argentina sigue siendo terreno de la aguda disputa interimperialista entre EEUU y China. En su reciente visita, el secretario del Tesoro yanqui reclamó que nuestro país debería cancelar el swap con China. La embajada china criticó el “carácter hegemónico” yanqui y el “intento de sembrar discordias” en su relación con la Argentina.

El gobierno procura ganar tiempo y patear la grave situación de las cuentas externas hacia adelante, incrementando vertiginosamente la deuda externa. En 2026-2027, los vencimientos de deuda (títulos, FMI, Bopreal, swap y otros) superan los USD 25.000 M, cronograma claramente insostenible. El propio FMI alerta en su reporte que la capacidad de repago de Argentina continúa sujeta a “riesgos excepcionales” y que el “riesgo de estrés soberano” (default) es alto.

La apuesta del gobierno parece ser poder retornar a los mercados de deuda para ir refinanciando parte de la misma, junto con la esperanza de un crecimiento exportador, pero el brutal saqueo al que somete al país no hace más que agravar a cada paso la crítica situación de las cuentas externas.

Este nuevo acuerdo con el FMI al que nos lleva Milei implica más deuda, más ajuste y más entrega para los sectores populares, en beneficio de una minoría de especuladores. Como explicamos en una nota previa (ver hoy N° 2051), sobran argumentos para denunciar y repudiar todo este proceso de endeudamiento fraudulento con el FMI, que constituye una verdadera estafa para el pueblo argentino.

 

Escribe Ramiro Suárez

 

hoy N° 2056 23/04/2025