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02 de octubre de 2010

Fogonean una guerra civil

Bolivia: la oligarquía de Santa Cruz reflota su proyecto separatista

Aunque hasta ahora viene perdiendo, la oligarquía de los departamentos orientales bolivianos no abandona sus sueños de dividir el país en nombre de las “autonomías regionales” para quedarse con las regiones petroleras y gasíferas, y burlar así –en interés de los monopolios energéticos imperialistas de los que es socia– las políticas nacionalizadoras de Evo Morales.
Sus representantes usan la Asamblea Constituyente como trampolín para sus provocaciones separatistas. Y también racistas: según el proyecto las autoridades departamentales regularán los “movimientos migratorios masivos” entre los distintos departamentos… obviamente no para impedir la instalación y el saqueo de los monopolios imperialistas, sino para limitar el ingreso y radicación en Santa Cruz –y harían lo mismo en Beni, Pando y Tarija, los otros departamentos secesionistas– de originarios y campesinos que después puedan reclamar derechos sobre los recursos naturales de la región.

Fogonean el separatismo
La llamada “Asamblea Provisional Autonómica de Santa Cruz” dio a conocer un “Estatuto de Autonomía” que resume las pretensiones que ya habían formulado en el referéndum autonómico del año pasado. Y las fundamenta en la Constitución actual, que es la que precisamente desaparecerá cuando la Asamblea vote la nueva, donde se definirán la nueva estructura político-administrativa del Estado, qué entidades territoriales y políticas serán autónomas (esto, en momentos en que las comunidades indígenas le contraponen su propio y ancestral reclamo de autonomías comunitarias) y cuáles serán sus competencias.
De modo que la propuesta tiene el único objetivo de volver a enturbiar el funcionamiento de la Constituyente y el clima político boliviano y movilizar a la “tropa” oligárquica del Oriente por sus supuestos “derechos”. Entre los que el proyecto inlcuye, desembozadamente, el de “ciudadanía”, como si los cruceños no debieran ostentar la ciudadanía boliviana.
Por otra parte, como explica Alberto Montero Soler (Rebelión, 20-7-07) mientras el referéndum autonómico limitaba la autonomía a la elección directa de las autoridades locales y a las funciones administrativas correspondientes, el proyecto de la oligarquía “camba” extiende esas competencias a las funciones políticas.
Los oligarcas cruceños reencienden así los motores para embatir nuevamente contra la soberanía del pueblo boliviano. Desde su inauguración, la lucha política para la reglamentación del funcionamiento de la Constituyente insumió la mitad del tiempo previsto para su funcionamiento; ahora su proyecto de estatuto busca enturbiar y demorar, también como vía para desacreditar la Asamblea y legitimar sus propias demandas antinacionales.
La oligarquía regional entiende y plantea la autonomía como un primer paso en dirección a su separación definitiva, y no le temblará la mano en arrastrar a Bolivia a una guerra civil.
Las organizaciones sociales y políticas populares ya han dicho que defenderán la integridad nacional del país hermano. Y como pueblo hermano, su lucha es también la nuestra.