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20 de octubre de 2010

Sarkozy juega al desgaste. Pero el movimiento contra la reforma jubilatoria reaccionaria no decae: crece, y se suman masivamente los estudiantes secundarios.

Francia: aires de Mayo en octubre

Hoy 1340 / Obreros, estudiantes, y la sombra del ’68

Como una bola de nieve, día a día crece y se intensifica el movimiento contra la reforma jubilatoria antipopular del presidente Sarkozy. Ahora, a la movilización de la clase obrera, se suman masivamente los jóvenes, especialmente los estudiantes secundarios, haciendo que la burguesía francesa y su prensa otra vez vean despuntar fantasmas terribles para ellas, como el de la gran pueblada obrero-estudiantil de Mayo del ’68, y el de la impresionante movilización que hace una década y media (en 1995) obligó a retroceder al gobierno conservador de Alain Juppé, también en un proyecto reaccionario de reforma de las pensiones.
 

Manifestaciones “renovables”
Los sindicatos pusieron en marcha una nueva modalidad de lucha, dirigida a mantener el movimiento permanentemente en las calles y al mismo tiempo evitar el desgaste al que viene jugando el gobierno. Ahora las huelgas son “renovables”: cada día van a la huelga por 24 horas y salen a manifestar sectores distintos de trabajadores, y de diversas regiones. El viernes 15 tomaron la posta los trabajadores de todas las refinerías petroleras de Francia y los estudiantes secundarios.
Ese día fue el cuarto de protestas y huelgas contra la reforma que pretende retrasar la edad de jubilación. Obreros petroleros y camioneros paralizaron las 12 refinerías del país, tomando la posta que en los días anteriores habían ocupado los obreros ferroviarios. El paro y bloqueo de las plantas y depósitos petroleros se había iniciado el jueves, y el viernes se sumaron la de Esso, en Normandía, y la de Reichstett, en Alsacia. Cientos de estaciones de servicio debieron cerrar por falta de combustible.
El reaccionario gobierno de Sarkozy ordenó a las fuerzas de “seguridad” que desalojaran a los huelguistas que impedían el paso de los camiones a los depósitos de combustible en las cercanías de Marsella, Burdeos y Clermont Ferrand. Pero, en una impresionante muestra de determinación y disciplina, nuevos grupos de trabajadores volvieron a ocuparlos.
El violento desalojo no melló sino más bien endureció la protesta. Entre las consecuencias inmediatas de la medida se produjo la paralización del oleoducto que provee de combustible a los aeropuertos franceses de Orly y Roissy. Además, mientras los gendarmes desalojaban a los manifestantes del depósito de Toulouse, otros grupos tomaban por asalto los de Caen, Ouistreham y La Rochelle. En Bretaña (noroeste), el depósito de Vern-sur-Seiche, cerca de la ciudad de Rennes, fue bloqueado por grupos numerosos de obreros y estudiantes.
El sábado 16 hubo otra vez movilizaciones gigantescas en París, Toulouse, Rennes, Marsella, Burdeos, Montpellier, Lille y Estrasburgo. Los trabajadores ferroviarios y los transportistas reforzaron el paro, en preparación de la nueva jornada de huelga y manifestaciones convocada para el martes 19.
 

Que vivan los estudiantes
Los estudiantes de liceo (secundarios), por su parte, volvieron a tomar centenares de institutos, realizaron protestas callejeras y protagonizaron enfrentamientos con la policía.
El ministro del Interior, Brice Hortefeux, intentó amedrentarlos dejando caer una amenaza siniestra: “Podría suceder que grupos de matones se mezclen con grupos de jóvenes”. El ministro de Educación Luc Chatel se descolgó también con una advertencia brutal: “manifestar en la vía pública es peligroso”.
Sin embargo, los centros de estudiantes bloquearon más de 700 escuelas. Casi 200 estudiantes fueron detenidos, y uno de ellos, de 16 años, sufrió una herida grave en el rostro por un disparo policial frente al Liceo Paul Eluard en los enfrentamientos producidos en Montreuil, en el departamento de Seine-Saint-Denis, un suburbio de París (según fuentes policiales, también resultaron heridos 11 policías). Los jóvenes también combatieron con la policía en Nimes, Lyon, Lens, Chartres, Dijon, Chambery y Burdeos. En Lyon las fuerzas represivas detuvieron a un grupo de jóvenes que “recorrían las calles ‘en grupos móviles’”. Sólo en Orleans salieron 2.000 estudiantes a las calles. También marcharon en ciudades del oeste francés como Brest, Caen, Nantes, Rennes, Le Havre donde participaron unos 7.000 estudiantes. En Laval 1.500 secundarios desfilaron desde el centro hasta la alcaldía.
Pese a la represión y las amenazas la movilización de los estudiantes contra la reforma de las pensiones no se debilita. Incluso se está extendiendo, según un dirigente de la UNEF, la mayor organización estudiantil.
Para el martes 19 está programada la décima movilización masiva en un mes: el 20 tendrá lugar la discusión de la reforma en el Senado.