Este nuevo asesinato fue en Marsella, donde un joven de 27 años recibió un disparo de «flash-ball», un arma de defensa supuestamente no letal utilizada por las fuerzas de seguridad, mientras iba en su motocicleta.
En respuesta a esto, alrededor de 90 organizaciones convocaron a una marcha de protesta el 9 de Julio, que fue multitudinaria, con el objetivo de pedir que se mantengan las libertades públicas e individuales, y exigir al gobierno de Macron que asuma su responsabilidad y brinde respuestas inmediatas para poner fin a la confrontación.
Entre las medidas reclamadas se encuentra una profunda reforma de la policía, tanto en sus técnicas de intervención como en su armamento. También se cuestiona la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN), que se pretende reemplazar por un organismo independiente.
Por otro lado, se propone la creación de un servicio dedicado a abordar la discriminación que afecta a los jóvenes, sobre todo los inmigrantes, bajo la supervisión del “defensor de los derechos”. Consideran que los disturbios en los barrios obreros son consecuencia del abandono de estas comunidades y de décadas de políticas policiales abusivas, así como del racismo sistémico que está en la sociedad.
Mientras tanto, 45.000 policías volvieron a desplegarse por las calles de las principales ciudades y drones recorrerán París para grabar y registrar.
El gobierno teme lo que podría suceder el 14 de julio, cuando se celebra la fiesta nacional en los Campos Elíseos.
Hoy N° 1969 12/07/2023
