Theo fue torturado y violado por los policías de la región parisina (las BTS: Brigadas especializadas de terreno), con un bastón tipo tonfa.
Theo fue torturado y violado por los policías de la región parisina (las BTS: Brigadas especializadas de terreno), con un bastón tipo tonfa.
La descripción hecha por testigos, y filmada por estos, habla de que durante la detención con golpes de bastón, y patadas, “se bajó el pantalón de la víctima, (se bajó solo y de forma accidental por la caída de la víctima, según declaran los policías), y uno de ellos le introdujo el bastón en el ano (de “forma accidental” según declara el policía). El parte médico declara que la víctima presenta desgarros de hasta 10 cm de profundidad en el ano e intestino.
Todo ello sublevó a las masas de los barrios populares, de los suburbios parisinos, y provocó inicios insurreccionales en varios de estos suburbios. Una lucha popular y masiva contra los crímenes policiales que se producen desde mucho tiempo atrás, sobre los jóvenes de origen magrebí y africano subshariano, muy numerosos en dichos barrios periféricos de París.
Estos levantamientos populares son muy temidos por el gobierno, especialmente por la posibilidad de que se desarrollen, como ocurrió en octubre de 2005. A pesar de la violencia ejercida y el desprecio de estos policías, que insultaron a Theo de “petite salope” (equivalente a “hijo de puta” en nuestra lengua), y de “Bamboula” (insulto racista antinegro), el gobierno trata de propagandizar la tesis de “¡violación por accidente”!
El carácter racista de la policía francesa, que incluye individuos de lo más brutales y reaccionarios con lo que cuenta la sociedad, fue abiertamente demostrado por el delegado del sindicato policial, declarando en un reportaje televisivo, que el insulto “bamboula” ¡“es casi conveniente”!
Al tiempo que los medios habían ocultado el precedente de Drancy (comuna situada al norte de París), donde un hombre que se había opuesto a un control sufrió actos de tortura infames, la movilización de los habitantes del barrio de la Rose des Vents, en la comuna de Aulnay-Sous-Bois (nordeste de Paris), inicia un movimiento de rebelión que comienza con anterioridad, por la movilización del barrio Boneval en Baumont Sur Oise (50 Km al norte de Paris), en donde la familia de Adama Traoré, con el apoyo de todo el pueblo de la región, realizaron una movilización nacional enérgica contra las violencias populares.
Adama Traoré fue asesinado por los gendarmes de la policía militarizada, su hermano, Bagui, puesto en prisión por “afrenta y rebelión”. Estos crímenes policiales impunes, y ahora el de Theo son el polvorín que da miedo a la casi totalidad de los partidos burgueses y proimperialistas ya desacreditados, y repudiados por la mayor parte de la población, especialmente en este periodo preelectoral.
Así puede verse que a la inversa del caso Adama Traoré, despreciado y minimizado por el gobierno, la táctica del poder cambia por el de tratar de contener la explosión social. Por primera vez el presidente se trasladó hasta la cama del hospital de una víctima de un crimen policial, y los medios tratan de contener la sublevación popular, reporteando a jóvenes, negros y magrebinos, víctimas de dichas violencias policiales. Pero esta táctica fue en vano. A pesar de la utilización, por parte de estos perros gubernamentales, de los llamados de Theo desde su cama de hospital, “a la calma”, en los barrios populares del país, el odio a la cana está produciendo persecuciones y violencias cotidianas en dichos suburbios parisinos.
El deseo de rebelión y la necesidad de autodefensa llega más allá de estos barrios suburbanos. En la explosión de la localidad de Aulnay-Sous-Bois (norte de París) hubo 11 detenidos, en la manifestación y enfrentamientos con la policía en Bobigny (noreste de París), 37 detenidos, y ahora en Argenteuil (noroeste de Paris), fueron arrestados 11 manifestantes.
Las masas comprenden que jamás un policía criminal ha sido condenado en este país, y ya no pueden ser engañadas por la oratoria mentirosa de la politiquería burguesa, con sus lecciones de “democracia”, mientras minimizan las torturas policiales, queriendo mostrar que se trata de una “minoría de policías” los que actúan de esa manera. Tratan de resguardar la podrida institución policial francesa de la cólera de las masas. Así los medios desacreditan todo movimiento de rebelión que se oponga a la represión y al crimen. Se encarcela a los manifestantes, porque se sublevan contra la tortura.
Pero en realidad es la democracia popular, de la calle, la que se opone a la democracia de papel de la burguesía. Contra la justicia y la policía del poder burgués, las masas comienzan a levantarse y tienden a transformarse en una fuerza prerrevolucionaria. Así están jaqueando el poder imperialista y opresor actual, con sus partidos burgueses “democráticos”, y aquellos partidos revisionistas, y finalmente asociados al poder burgués, que se pretenden partidos de izquierda.