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12 de julio de 2011

PTP y PCR: avanza el reagrupamiento de fuerzas obreras y populares, para las elecciones y para los centros coordinadores de luchas ante el ajuste que se viene.

Frentes en todo el país

Hoy 1377 > Hora política

1. La elección porteña

Macri (PRO) ganó la primera vuelta electoral para la Jefatura de Gobierno de la Capital Federal, con una diferencia de casi el 20% con el segundo, Filmus (Frente para la Victoria), y a solo 3 puntos del 50% necesario para ganar la segunda vuelta. Pino Solanas (Movimiento Proyecto Sur) fue tercero con el 12,8% de los votos, renovó 3 legisladores y sumó uno, y salió tercero en todas las comunas (ver pág. 3).

1. La elección porteña

Macri (PRO) ganó la primera vuelta electoral para la Jefatura de Gobierno de la Capital Federal, con una diferencia de casi el 20% con el segundo, Filmus (Frente para la Victoria), y a solo 3 puntos del 50% necesario para ganar la segunda vuelta. Pino Solanas (Movimiento Proyecto Sur) fue tercero con el 12,8% de los votos, renovó 3 legisladores y sumó uno, y salió tercero en todas las comunas (ver pág. 3).

Aunque era la primera vuelta, la elección se polarizó y nacionalizó. Pesaron, como dijo Solanas, los dos grandes aparatos de gobierno, el nacional y el de la Capital. Una parte de los porteños votó a Macri para castigar al gobierno K, por distintas razones. El PRO, a los votos obtenidos en el 2007 le sumó unos 40.000 más. Otra parte votó a Filmus para castigar a Macri, y también aumentó sus votos en relación al 2007.

Las dos derechas tienen votos que no son cheques en blanco. El kirchnerismo se autoproclama “ganador”, porque pasó a la segunda vuelta, pero esconde que gobernó la ciudad, en alianza con Ibarra, y en la primera vuelta de aquella elección tuvo 100.000 votos más que ahora. Antes y ahora, aliado con Ibarra. ¿Mantendrá la decisión de ir a la segunda vuelta? Esconde esto de la misma manera que oculta que descarga la inflación sobre el pueblo, y que llena sus bolsillos con el “capitalismo de amigos”, de lo cual el “caso Schoklender” es un buen ejemplo.

Desde 1983, cuando Raúl Alfonsín sacó el 60% de los votos en la Capital Federal, a hoy, hubo momentos en los que la ciudad “se corrió” hacia la izquierda o el centroizquierda. Uno fue, en medio de la crisis, cuando irrumpió el voto bronca, en las elecciones que anticiparon y siguieron al Argentinazo del 2001. La otra fue luego de la rebelión agraria y federal, y golpeado por la crisis económica internacional, en el 2009, los votos de Proyecto Sur, más los blancos, nulos y abstenciones (descontado el ausentismo estructural), y otras fuerzas que hoy están en alianza con Proyecto Sur, superaron ampliamente al PRO y al kirchnerismo.

En el 2001 la elección contribuyó a herir de muerte a la Alianza y a De la Rúa, que fue barrido con la pueblada. En el 2009, el kirchnerismo había quedado muy golpeado por la rebelión agraria y federal, a lo que se le sumaba la crisis, pero la mayoría de las direcciones agrarias y de las fuerzas reformistas frenaron las luchas y buscaron una salida electoral con la que confiaban en “acorralar” al gobierno K evitando un nuevo estallido. Las dos situaciones se dieron a partir de un amplio despliegue de la lucha social y política de las masas, y lo fundamental que estuvo en juego no fue qué tipo de ciudad, sino qué salida para el país, y en ese contexto los cambios en la ciudad.

Las brasas del Argentinazo siguen encendidas, perola situación no es la misma que en 2001 o el 2009, entre otras cosas por el repechaje del kirchnerismo. En estas nuevas condiciones, se logró un paso importante de avance en distintos frentes en todo el país, y nacionalmente en Proyecto Sur.

 

2. Las dos derechas

El kirchnerismo, con las listas armadas a dedo por la presidenta, provocó el disgusto en gran parte del PJ y del aparato sindical. Esas listas con mucho “cristinismo”, en el caso de  Cabandié, un “K puro”, uno de los máximos dirigentes de La Cámpora, sacó la mitad de los votos que tuvo Filmus, el 14%. Ya le había ido, y peor, a la lista K pura, en Salta. En Tierra del Fuego una aliada del kirchnerismo derrotó a una “K pura”. En La Pampa las candidatas impuestas por el dedo de Cristina K provocaron la renuncia de Verna e hicieron estallar al peronismo. En Misiones y La Rioja ganaron aliados, y en este último caso declaran ser discípulos de Carlos Menem, al que le hacen upa para renovar como senador y pueda seguir con fueros que lo protegen de la justicia. En la Capital Federal, fue el kirchnerismo el que empujó la nacionalización de la elección, y el resultado fue engordar a Macri y dejarlo al borde de la reelección.

El resultado de las elecciones porteñas, al mostrar los límites de la ofensiva política del “cristinismo”, va a alentar los “pases de factura” del peronismo. ¿Hasta dónde? Ya se verá. No es una cuestión menor, porque hay sectores peronistas que hay que trabajar para que confluyan con la oposición popular.

El triunfo de Macri volvió a colocarlo como una figura clave en el armado de la derecha opositora al kirchnerismo. Con un pragmatismo digno de Néstor K, Ricardo Alfonsín se apuró a prometerle el voto radical, devaluado a apenas el 2% de los votantes, muy lejos de aquél 60% que sacó Raúl Alfonsín, en la Capital, en el 2003. Se hereda el apellido, pero no necesariamente los votos. El aparato de la UCR, que ha perdido las cinco provincias que gobernaba a manos del gobierno K, se ha convertido en un esqueleto que va juntando los pedazos de la derecha no K que le va arrimando Duhalde.

 

3. Nuevos desafíos

Los próximos desafíos serán el 24 en Santa Fe, el 31 la segunda vuelta porteña, y el 7/8 en Córdoba. Hasta el mamarracho de las internas proscriptivas el 14/8.

El gobierno K debe pelear las elecciones en Santa Fe, ante la más que posible derrota en la segunda vuelta de la Capital (si se hace), y que en Córdoba se quedó sin candidato a gobernador. La otra derecha presiona para la segunda vuelta porteña, y trabaja para el triunfo de De la Sota en Córdoba (o del radical Aguad, partidario desde el inicio de la alianza con Macri), pero deben enfrentar a Luis Juez (al que en el 2007 De la Sota y Schiaretti le robaron la elección).

La unidad en una tercera fuerza popular, patriótica, democrática y antiimperialista, sigue siendo posible. El PTP y el PCR, desde el Movimiento Proyecto Sur, siguen peleando para lograrlo, y por mantenerla y ampliarla en los frentes provinciales en los que se logró concretar o se puede avanzar en esa dirección. No solo es posible;es necesaria esa tercera fuerza ahora para romper la polarización en cada batalla electoral con una propuesta política nacional; y fundamentalmente, para avanzar en formas de coordinación con todas las fuerzas, sectores y personalidades que contribuyan al despliegue de las luchas sociales y políticas de las masas obreras y populares, que han sido, son y serán la base para enfrentar la política K de descargar la inflación sobre el pueblo, y para avanzar en un camino emancipador, desnudando a la otra derecha.

La cuestión fundamental que exige avanzar en una fuerza opositora popular, es la perspectiva para el día siguiente a las elecciones. La economía argentina está enferma, con un déficit fiscal que el gobierno K cubre saqueando la ANSES y el Banco Central. En los últimos 6 meses las reservas del Banco Central cayeron 437 millones de dólares. En los últimos 4 años se “fugaron” del país 65.000 millones de dólares; y esa fuga se ha acelerado en los últimos meses. Por esas y otras razones la inflación galopa. Nadie sabe qué va a pasar si China y Brasil enfrían su economía para contener su inflación.

Tiene razón Filmus cuando dice que éste es “un modelo” con “utopía”. En el mundo la crisis golpea sin piedad, como se ve en el nuevo “ajuste” de Grecia. Y en respuesta a los ajustes de las burguesías imperialistas estallan luchas obreras y rebeliones gigantescas, como las que continúan en los países árabes.. Siguen los vientos de tormenta en el mundo, y la política de “hacer lo posible” sin hacer posible lo necesario, deja al país desarmado frente a esos tsunamis. También aquí en la Argentina siguen las luchas. Lo peor que le puede pasar a las fuerzas populares es “comprar” la utopía de Cristina y Filmus, que preparan “ajustes” para después de las elecciones. A los cantos de sirena de la derecha opositora ya los conocemos, sabemos que estrellan el país en el ajuste y la devaluación.