En estas semanas, montaron una estructura de turnos para garantizar la permanencia, mantienen asambleas constantes, deciden marchas, cortes y se reúnen con autoridades municipales, del Concejo Deliberante y gremiales. La comunidad acompaña: organizaciones sociales, vecinos y sindicatos, aportando solidaridad concreta, colaborando en ollas populares, difusión y apoyo moral. Es un gesto auténtico de resistencia y comunidad.
Un conflicto local que refleja una crisis nacional
Este conflicto no se puede leer como un hecho aislado. En todo el país se multiplican los cierres de fábricas, los despidos y las mudanzas de producción hacia importaciones. Según agencias y medios nacionales:
En las últimas semanas, cinco empresas anunciaron cierres de plantas y dejaron en la calle a más de 400 trabajadores, afectando sectores clave como metalurgia, textil, autopartes y electrodomésticos.
En 2025 se suman centenares de cierres y suspensiones en todo el país: la industria manufacturera perdió miles de empleos y la utilización de su capacidad instalada cayó dramáticamente. Las importaciones crecieron notablemente, dejando al mercado local a merced de productos más baratos, en muchos casos producidos en el exterior con costos laborales y ambientales menores.
Las pymes manufactureras denuncian que su producción se hunde: muchas perdieron participación de mercado, y una proporción muy alta admite que, sin regulaciones o protección, su continuidad está en riesgo. Este contexto -de ajustes, apertura importadora indiscriminada y políticas de desprotección industrial- potencia los riesgos de desindustrialización, precarización laboral y pérdida del tejido productivo nacional. Varias organizaciones gremiales e industriales alertan que se está construyendo un modelo económico donde la importación reemplaza a la producción local, y donde el empleo deja de ser una garantía para transformarse en una variable de ajuste. Euro Plus: símbolo de un modo de destrucción productiva.
En este escenario, Euro Plus aparece como un caso paradigmático. Con un pasado que alguna vez representó industria, empleo y producción, hoy su historia combina sanciones ambientales, denuncias de irregularidades, despidos y opacidad societaria.
Las investigaciones mostraron vínculos entre sus directivos y operaciones financieras en el extranjero, cuestionadas por su posible uso en lavado de dinero, procesos opacos de capital y maniobras especulativas. A esto se suman denuncias de contaminación, irregularidades ambientales y falsificación de documentos de exportación. Es un ejemplo concreto de cómo, en este modelo, la empresa deja de producir para transformarse en un instrumento financiero, que puede generar ganancias para unos pocos, pero arruina vidas y destruye producción.
Un llamado a unir fuerzas: la defensa de la producción es de todos
La toma de Euro Plus no es solo una protesta de trabajadores: es una llamada de alerta para toda la comunidad. Defienden sus fuentes de trabajo, pero también defienden la industria nacional, la soberanía, el empleo digno y el derecho a producir antes que a importar.
Hacemos un llamado urgente a que vecinos, instituciones, concejales, sindicatos, organizaciones sociales, pymes e industrias de la zona se unan en una causa común: la defensa del trabajo, de la producción local y de un modelo productivo soberano. No se trata solo de Euro Plus: se trata del futuro de Villa Gobernador Gálvez, de Rosario, del país.
Porque cuando una fábrica cierra -o está por cerrar-, no se pierden sólo empleos: se pierde comunidad, memoria, dignidad. Y eso no lo podemos permitir.
Esta es una lucha de todos. Por el empleo. Por la industria. Por la soberanía.
¡No a los despidos en Euro! ¡Sí a la producción local, al empleo digno y a la soberanía industrial!
Corresponsal
hoy N° 2089 10/12/2025
