El viernes 23 de enero, en el marco de nuevas y grandes movilizaciones a favor y en contra del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela se inició un proceso de golpe institucional contra el mismo a partir de que Juan Guaidó –el presidente de la Asamblea Nacional venezolana de mayoría opositora–, se autoproclamó presidente interino. Los Estados Unidos fueron los primeros en “reconocer” a Guaidó, con el acompañamiento inmediato de algunos gobiernos latinoamericanos como el de Mauricio Macri. En cuanto a los imperialistas europeos demoraron su apoyo, pero exigiendo a Maduro la inmediata convocatoria a elecciones.
Repudiamos la abierta posición intervencionista de los imperialismos de Estados Unidos y la Unión Europea, así como la de los gobiernos como el de Macri que apoyan esa posición, sin dejar por ello de alertar sobre la ingerencia de un imperialismo como el de Rusia que, en su abierta disputa por el dominio del mundo, amenaza con convertir a Venezuela en una nueva Siria. El avance del golpe institucional y la prepotencia de Putin amenazan con llevar al país a una guerra civil. En cuanto al papa Francisco ha resistido las presiones de la propia Iglesia en Venezuela de apoyar el golpe institucional, reiterando su postura de exhortar al oficialismo y la oposición a tender puentes contemplando el interés del país y todo el pueblo de Venezuela.
El pueblo y la patria venezolana están sufriendo duramente las consecuencias de la feroz disputa interimperialista. Sólo el pueblo de Venezuela tiene derecho a decidir su propio destino. Sostenemos con firmeza el principio de autodeterminación de los pueblos, exigiendo el cese de toda injerencia abierta o encubierta por parte de las potencias imperialistas en la hermana República Bolivariana de Venezuela.
Hoy N° 1752 30/01/2019