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16 de enero de 2019

Convertido en un campo de la disputa mundial, el país sangra

Fuera los imperialismos de Venezuela

El jueves 10 de enero, Nicolás Maduro asumió su segundo mandato a la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. A partir de este hecho se redobló una ofensiva del imperialismo yanqui, imperialismos europeos (y de algunos gobiernos latinoamericanos como el de Mauricio Macri) por deponer a Maduro, en una abierta posición intervencionista, que repudiamos.

La Unión Europea, Estados Unidos y el Grupo de Lima (formado por 14 países americanos, entre ellos la Argentina), no reconocen la reelección de Maduro, y no enviaron representantes a su asunción. Por el contrario, el papa Francisco se ha mantenido firme en su postura de exhortar al oficialismo y la oposición a tender puentes, como quedó claro en su discurso ‘Urbi et orbi’ de Navidad. En esa instancia, el Papa deseó que Venezuela pudiera “encontrar de nuevo la concordia y que todos los miembros de la sociedad trabajen fraternalmente por el desarrollo del país, ayudando a los sectores más débiles de la población”.

Maduro, ese 10 de enero afirmó: “El mundo es más grande que el imperio estadounidense y sus satélites. Aquí está presente ese mundo”, haciendo referencia a la adhesión a su juramentación de más de 90 países. También afirmó: “Es claro, público, notorio y conocido que Venezuela es centro de una guerra mundial del imperialismo norteamericano y sus satélites”. Pero nada dijo sobre que a esa situación de Venezuela en el tablero mundial, también ha contribuido grandemente la creciente ingerencia de las potencias imperialistas que disputan el dominio del mundo con Estados Unidos, en particular China y Rusia, dada la política del actual gobierno venezolano de recurrir a “su apoyo”, sometiendo también al pueblo y al país al hambre y la entrega.

Apoyándose en esta situación, Juan Guaidó, el nuevo presidente de la Asamblea Nacional venezolana, dominada por sectores opositores, afirmó al día siguiente de la asunción de Maduro que “está listo para asumir la presidencia de forma interina”. Los Estados Unidos fueron los primeros en avalar este “golpe parlamentario” que ya había tomado estado público. El canciller de Macri, Jorge Faurie, avaló esta “salida” días antes de la asunción de Maduro y llamó a Guaidó “ofreciendo” la “colaboración de Argentina” a la Asamblea Nacional “para que Venezuela recupere el orden democrático”. Otra muestra del cipayismo de este gobierno.

El pueblo y la patria venezolana están sufriendo duramente la feroz disputa interimperialista. Sólo el pueblo venezolano tiene derecho a decidir su propio destino. Sostenemos con firmeza el principio de autodeterminación de los pueblos, exigiendo el cese de toda injerencia abierta o encubierta por parte de las potencias imperialistas en la hermana República Bolivariana de Venezuela.

Hoy N°1750 16/01/2019