En las primeras dos décadas del siglo 20, el fútbol se popularizó en nuestras tierras. En los principales centros urbanos, de la mano del crecimiento de la clase obrera y las barriadas populares, se multiplicaron los clubes y equipos.
En las primeras dos décadas del siglo 20, el fútbol se popularizó en nuestras tierras. En los principales centros urbanos, de la mano del crecimiento de la clase obrera y las barriadas populares, se multiplicaron los clubes y equipos.
Entre las principales corrientes obreras hubo muchas idas y vueltas con respecto a las prácticas deportivas de los trabajadores en el poco tiempo libre que dejaban las extenuantes jornadas de trabajo. En un principio, con argumentaciones más o menos similares, tanto los anarquistas, como los socialistas y los sindicalistas se opusieron especialmente al fútbol entre los obreros. Con el correr de los años, fue variando esta posición y las corrientes obreras se metieron a organizar clubes, ligas y torneos propios, diferenciándose de los campeonatos organizados por la Federación Argentina de Fútbol y la Asociación Argentina de Fútbol, las dos entidades que existieron hasta la década del 30.
La influencia de los sectores obreros se hizo sentir en clubes que hasta el día de hoy participan del fútbol profesional. Brevemente, porque no es el centro de estas columnas, podemos recordar que clubes como Independiente, Argentinos Juniors, Chacarita Juniors, El Porvenir, Defensores de Belgrano, y Colegiales, para hablar sólo de la ciudad de Buenos Aires y alrededores, tuvieron en su origen participación de militantes socialistas y anarquistas. Influencia que se ve en los colores de las camisetas (el rojo de Independiente, Argentinos y Chacarita es adjudicado a los socialistas). Uno de los clubes fundantes de Argentinos Juniors se llamaba Mártires de Chicago, y Chacarita Juniors fue fundado un 1º de Mayo. Las rayas blancas y negras de la camiseta de El Porvenir fueron sugeridas por los anarquistas en homenaje a los presos que tenían que lucir ese uniforme.
El club Colegiales, hoy en Munro, tiene su origen en el barrio porteño de Retiro y su primer nombre fue Club Atlético Libertarios Unidos, hasta que una noche de 1916, el jefe policial de la zona interrumpió una reunión de la Comisión Directiva del Club y los amenazó con cerrarlo si no cambiaban de nombre. Así pasaron a llamarse Sportivo del Norte, y unos años después, rebautizado como Colegiales.
El fútbol, como otras actividades deportivas y recreativas (bailes, veladas teatrales, picnics, etc.) fue objeto de disputa entre las patronales de las empresas y los sindicatos. Un sector de las patronales, particularmente los ferroviarios ingleses, ya en esos años, quería generar la imagen de que la empresa era “una gran familia” en la que podían convivir jefes y empleados, desatando el repudio de los gremios.