Desde el 25 de enero, los pibes del barrio Alto Comedero pudieron disfrutar de un momento de recreación y deporte, posibilidad que el actual gobierno les niega: “en el barrio nunca se hace nada”, comentaban los jóvenes del lugar.
El flagelo de la drogadicción, fomentado por el narcotráfico que se acrecentó con el kirchnerismo, se hace sentir con todas sus fuerzas en los sectores más golpeados por la crisis y la inflación.
Desde el 25 de enero, los pibes del barrio Alto Comedero pudieron disfrutar de un momento de recreación y deporte, posibilidad que el actual gobierno les niega: “en el barrio nunca se hace nada”, comentaban los jóvenes del lugar.
El flagelo de la drogadicción, fomentado por el narcotráfico que se acrecentó con el kirchnerismo, se hace sentir con todas sus fuerzas en los sectores más golpeados por la crisis y la inflación.
Ante un gobierno que no resuelve trabajo, educación, salud ni espacios culturales o deportivos de recreación para su juventud, le respondemos con lucha y organización. “Yo no quiero que mi hermano se drogue”, confesaba un niño de un barrio vecino que se acercó a mirar el torneo. “Meter el tema de las drogas en el barrio no es fácil, la discusión es complicada, pero los pibes lo necesitan”, nos comentaba Fabio, uno de los organizadores y miembro de la CEPA.
Las jornadas lograron reunir alrededor de 150 vecinos, entre familiares y amigos, que se acercaban a alentar a sus favoritos. La actividad sirvió para discutir, explicar quienes éramos y porqué estábamos ahí, y por sobre todas las cosas, demostrar con la práctica cómo con colaboración, organización y una línea política clara, se puede luchar contra el abandono de la juventud que este gobierno antipopular nos quiere imponer.
