1. El 9M en las calles y plazas de todo el país
El presidente Alberto Fernández, en su discurso de apertura de las sesiones en el Congreso Nacional, anunció que en diez días va a presentar el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, y el Plan de los 1.000 Días, de atención y cuidado integral de la vida y la salud de la mujer embarazada y de sus hijos o hijas en los primeros años de vida.
También anunció el lanzamiento de un programa de educación sexual integral y prevención del embarazo no deseado. Y el cumplimiento efectivo de la Ley Micaela de formación y capacitación del sector público (el Estado) en materia de género y violencias por razones de género.
Una gran conquista del movimiento de mujeres, arrancada con millones en las calles, y con los 34 Encuentros Nacionales de Mujeres que denunciaron su doble opresión. Esta conquista fue parte de la lucha popular contra la mentira macrista.
El anuncio de Alberto Fernández del envío del proyecto de Ley al Congreso cumple un compromiso tomado en el Frente de Todos, que recogió una prolongada historia de luchas por el derecho a decidir sobre sus cuerpos, a la educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir. Y también, el cuidado y protección de la madre y el hijo o hija en los embarazos deseados.
El 9M a las calles y plazas de todo el país, para consolidar el gran triunfo del movimiento de mujeres.
2. El hambre y la crisis social
El discurso del Presidente realizó un repaso del desastre, para el pueblo y la nación, que dejó el gobierno de Macri, mientras llenaba los bolsillos de sus socios en el poder. El macrismo quedó malparado.
También enumeró Alberto Fernández lo hecho en los 81 días de su gobierno. En particular las medidas positivas contra el hambre, los trabajadores de la economía popular, la Asignación Universal por Hijo, los salarios más bajos, los jubilados que cobran la mínima, y algunas medidas a favor de las PyMES.
La solidaridad en la lucha contra el hambre debe ser bandera, en primer lugar, de la clase obrera, y del conjunto del pueblo. Es clave para unir a los tres afluentes del movimiento obrero. Y para unir a los trabajadores con las amplias masas de productores agrarios, mujeres, jóvenes, artistas, profesionales, intelectuales, las PyMES y la industria nacional, y la burguesía nacional.
No ayudan en esa dirección, las decisiones del gobierno de “achatar la pirámide” de jubilaciones, pensiones y salarios, de amplios sectores en los que sus ingresos están por debajo de la canasta familiar, o que le han ganado a la inflación con la lucha. Los fondos para la crisis social deben ser arrancados a los que se llenaron los bolsillos con la política de Macri. No hay otra manera de salir de la crisis social.
3. La deuda es impagable
El presidente reveló que “el Banco Central está analizando de modo personalizado la manera en que nuestro país recibió divisas en concepto de préstamos y el destino que los mismos merecieron”. Además reiteró que “no vamos a pagar la deuda a costa del hambre y los sueños de los argentinos y las argentinas”.
La deuda es impagable. Hasta el FMI lo reconoció. Y es, en lo fundamental, ilegítima, usuraria, corrupta y odiosa. Alberto Fernández dijo que hay “responsabilidades compartidas por el gobierno que precedió al nuestro, los bonistas y el FMI”. Negociar un acuerdo sin investigar esa deuda será un salvavidas de plomo que impedirá salir de la crisis social y económica.
No hay otra salida que suspender el pago de la deuda para investigarla, no pagar la que es ilegítima, corrupta y odiosa. Y recuperar los fondos de la timba financiera de Macri, castigando a la mafia que se llenó los bolsillos.
En los hechos, la negociación de la deuda ya tiene consecuencias. ¿Cuál es la principal, de las dos opciones que dijo el presidente? 1) “Una fuerte orientación a impulsar las exportaciones”, lo que pone el centro en conseguir dólares para pagar deuda. O 2) “generar una industrialización de base nacional, PyME y tecnológica”, centrando en el mercado interno y la producción nacional.
4. En el campo, hay que segmentar
Ya pasó con la “circular 125” que “cortó ancho” en el campo. Golpeó por igual a obreros rurales, pequeños y medianos productores, y chacareros, que son los que producen los alimentos que consume el pueblo. No pueden ser tratados igual que los monopolios agroexportadores, los grandes terratenientes y pules que se adueñan de la renta agraria.
Luchamos por la segmentación de las retenciones, para mejorar los salarios del obrero rural, ayudar al campesino pobre y medio, y al chacarero, que son los que vienen sufriendo las embestidas de los que concentran y extranjerizan la tierra. Hay un millón de obreros rurales, de los cuales el 83% está en negro, con una dirección sindical que impide la organización y trata de aplastar a los que buscan organizarse.
Hay una masa de pequeños y medianos productores y chacareros que hacen de la tierra un bien de trabajo y no de especulación. No se puede poner los mismos impuestos a unos y a otros. Luchamos para proteger el trabajo y la producción de la quinta, la chacra y la comunidad originaria: para segmentar.
Además, la quinta o la chacra debe vender su producción por monedas. Mientras que un puñado de monopolios, que pagaron monedas al productor, impone precios en las góndolas que no paran de subir. No se puede parar la inflación sin acabar con las superganancias de esos monopolios.
5. Reformas democráticas
En su discurso, Alberto Fernández anunció reformas democráticas, algunas de ellas ya en funcionamiento. Terminar con “los sótanos” de la “inteligencia” controlando sus fondos, prohibiendo el espionaje político, etc. Publicar los archivos de la AMIA. Gendarmería y Prefectura que retomen su función de garantizar la seguridad. Hubo cambios en las cúpulas impuestas por Macri. Planteó Fuerzas Armadas para la defensa nacional y no para la represión.
Alberto Fernández anunció una reforma de la Justicia, con el nombramiento de numerosos jueces en la CABA que rompan el monopolio de unos pocos. Otro aumento de jueces en Rosario, como parte de una política para enfrentar al narcotráfico, la trata y el lavado de dinero. Y la implementación del juicio por jurados.
En una conferencia en París, Alberto Fernández se definió así: “Los conservadores no quieren que nada cambie. Los revolucionarios tiran todo por la ventana. Yo quiero cambiar la realidad con las reglas establecidas. Soy un reformista”.
¿Se puede democratizar este Estado oligárquico imperialista? Lo intentó el peronismo y vinieron los golpes de Estado de 1955 y 1976. También Illia y lo voltearon en 1966. A Allende en Chile lo derrocó Pinochet. El caso más cercano es el golpe de Estado en Bolivia.
Una cosa es “barrer” a la mafia macrista de las posiciones que conserva, como parte de la disputa por la hegemonía en el poder. ¿Podrá hacerlo el gobierno? Nunca se logró sin sangre.
Otra cosa es que el pueblo se rebele, tire por la ventana este Estado podrido y tome en sus manos la construcción de uno nuevo, de los trabajadores y el pueblo, con la democracia grande de los de abajo.
6. Fortalecer al PCR
Con la derrota de Macri se abrió una situación nueva en el país. El pueblo fue el gran protagonista de esa derrota, en las calles y en las elecciones, discute todo, tiene urgencias y también tiene esperanzas y expectativas.
“Este es un momento favorable para que el Partido pegue un salto numérico y organizativo que nos permita cumplir nuestro rol histórico, no va a ser fácil ni sencillo, pero si este momento no lo aprovechamos y las condiciones cambian, cometeremos un gran error que pagaremos” (Informe del Comité Central del PCR, enero de 2020).
En una situación cambiante y de transición, lo que está en juego es la disputa por la dirección política de las masas, para que sigan siendo protagonistas en las calles y en la política.
Escuchar a las masas y discutir, encabezando las luchas, jerarquizando el hambre y las emergencias por sus problemas económicos, sociales y políticos. Construyendo círculos de lectores en los que sean protagonistas de la discusión política. Creando condiciones para que el PCR y la JCR sean habitables para la afiliación y el funcionamiento colectivo. Fortaleciendo las organizaciones de masas en las que participamos. Trabajando con los aliados en los Cayetanos y en el Frente de Todos.
Y preparándonos para ser vanguardia reconocida de esas masas en las tormentas que se avecinan. Será el mejor homenaje a nuestro querido Otto Vargas, y se expresará con los actos en todo el país y nacionalmente.
Escribe Ricardo Fierro