Fueron meses duros, donde se fue decidiendo cada medida en asamblea. Hasta la última reunión con la empresa en el Ministerio, seguían en la planta con la medida de retención de pallets de mercadería. Medidas de lucha que se tomaron con independencia y firmeza.
Fueron meses duros, donde se fue decidiendo cada medida en asamblea. Hasta la última reunión con la empresa en el Ministerio, seguían en la planta con la medida de retención de pallets de mercadería. Medidas de lucha que se tomaron con independencia y firmeza.
Porque los trabajadores las impusieron a un gremio que, desde que la empresa anunció que había vendido el predio en octubre del año pasado, diciendo que daba vacaciones adelantadas a todos para despedir masivamente, no tuvo ninguna iniciativa de lucha para enfrentar los planes empresarios.
Estando todos prácticamente afuera, Daer fue a la fábrica una sola vez en 8 meses, sin avisar a nadie, diciendo que las categorías que tenían en Barracas eran muy altas (¡eso le dijo a la asamblea!), hecho repudiado por los trabajadores.
Parte importante de la pelea fue asegurar cada párrafo y palabra del acuerdo colectivo marco, ya que la empresa intentaba “borrar con el codo” lo que había firmado en las audiencias anteriores. Las intenciones de la empresa en la discusión del borrador del acuerdo estuvieron centradas en que el texto quedara de tal forma que los traslados se hicieran a su antojo (no presentaban la planilla del personal ni las etapas como pedía la Comisión Interna).
Tampoco quería detallar los derechos adquiridos internamente. Derechos que se fueron conquistando, también con lucha, durante estos últimos años, desde el 2009 cuando se cambió la Interna; como las categorías más altas de convenio para horneros, amasadores, ayudantes, maquinistas, adicionales por sector, el adicional del 15% en el básico de los mensualizados, que el presentismo no se descontara a los quincenales por falta o llegada tarde, el valor de las horas extras al 100% y al 200%, etc.
El gremio coincidió en reiteradas oportunidades con la empresa. Pero la firmeza de la Interna y los trabajadores los hizo retroceder en su postura y se vieron obligados a acompañar. En el texto del acuerdo definitivo se logró fijar las cuatro etapas de traslado del personal, con los nombres de los que se trasladaran en cada una de ellas, para que no pudieran elegir arbitrariamente buscando dividirlos, y detallar las conquistas internas para que las respeten en la nueva planta.
Se logró también que en cada una de las etapas se traslade un delegado al que se le respete el mandato vigente. En medio de la discusión la empresa quiso imponer un párrafo en el que decía que las condiciones en que se trasladaban los operarios de Barracas no podían ser reclamadas por ningún trabajador de Planta Echeverría ni actual ni los que se incorporen en el futuro.
Esto fue repudiado por la Comisión Interna y por las asambleas, dando por tierra con el chantaje con el que pretendían imponer un costo a la Comisión Interna, que se negó en forma terminante a firmar ese párrafo. Para esta lucha fue fundamental el acompañamiento del Partido, de la CCC y de un abogado de Liberpueblo, que estuvo en todo momento a disposición de los delegados.
Durante varios años se fue haciendo un camino para unir y organizar a todos los compañeros. Gracias a esa unidad lograda, se pudo derrotar la maniobra de la empresa para despedir a todos los trabajadores y a la interna en el verano, con las supuestas “vacaciones” y comprometerla con la continuidad laboral y de los derechos adquiridos en Barracas.
Se logró también, en arduas negociaciones, un micro para traslado del personal desde la estación de Lomas de Zamora a la Planta Echeverría, un viático de 300 pesos, un adicional por desarraigo de 150 horas de convenio por única vez (equivalente a medio aguinaldo extra).
En una situación nacional donde el gobierno y los monopolios avanzan con el ajuste, los despidos y las suspensiones, los trabajadores de Molinos Barracas dieron un paso importantísimo. La lucha seguirá y no se puede aflojar.
Esta semana arrancÓ la primera etapa de traslados con un delegado. Este año hay dos etapas más y el año que viene la última, y hasta ese día hay que mantener la guardia en alto para que la empresa cumpla lo que firmó. Los trabajadores sienten que su lucha valió la pena. Con alegría se vivió cada asamblea de turno donde se comunicó el acuerdo.
Hacer respetar a sus delegados en la otra planta, mantener el contacto y el apoyo a los que aún no se trasladan hasta que estén todos en sus puestos de trabajo definitivos, será parte de la tarea actual, para lo que es fundamental mantenerse unidos y trabajar para unirse fuertemente con los trabajadores de Echeverría.
Aprender del camino recorrido en Barracas, lograr una Comisión Interna fuerte también allí, con una línea independiente y clasista, apoyada en la construcción de una fuerte agrupación, es el compromiso de trabajo para adelante desde el Partido Comunista Revolucionario de la zona, que siempre estuvo acompañando este proceso.