El martes 30 y miércoles 31 de marzo se realizó un gran paro de los trabajadores/as de viña y bodega con piquetes en las bodegas y una movilización final por el centro de Mendoza. El paro arrancó ante la propuesta de un aumento del 30% en cuotas, que fue rechazado y partió de exigir un salario igual a la canasta familiar.
El contundente paro fue gestándose desde abajo, centralmente ante los bajísimos salarios que no superan los 30 mil pesos al obrero inicial por 8 horas de trabajo, es decir sueldos que están a la mitad de la canasta familiar, en momentos que hay más de 40% de inflación anual.
Aparte de los salarios bajísimos, la situación y condiciones de trabajo son sumamente precarias, con una gran cantidad de trabajadores bajo el formato de contratos por empresas tercerizadas, falsas cooperativas o utilizando distintas formas de contratos precarios.
Distintos compañeros comentaban las malas condiciones de trabajo, estar parados 8 horas frente a una cinta de fraccionamiento, tiempos limitados y sumamente reducidos para ir al baño y el almuerzo.
Las compañeras comentaban la situación de sueldos diferenciales y la necesidad de jardines maternales.
Los trabajadores de viña planteaban la situación desastrosa en la que se trabaja en las fincas, los mecanismos de extorsión que utilizan las empresas, y las malas condiciones laborales (elementos de protección, vestimenta, la falta de agua, etc.) que no tienen en cuenta la situación de pandemia.
Las bodegas ganan a costa de la miseria de sus trabajadores
La situación precaria de los trabajadores se contrapone con las superganancias de las grandes bodegas, la mayoría de ellas extranjeras, que obtienen ganancias en dólares y pagan sueldos miserables en pesos.
Durante el 2020 el consumo de vino creció 7% en el mercado interno con respecto al 2019, y las exportaciones crecieron un 35% comparado al año anterior, sobre todo la venta de vino a granel.
Sólo las exportaciones representaron 720 millones de dólares. Las 8 bodegas más importantes, la inmensa mayoría extranjera, concentran el 80% de esas exportaciones.
En la última cosecha el tacho de uva varietal se pagó a 40 pesos y alrededor de $20 el de uva común.
Se calcula que de un tacho de 18,5 kilos, se pueden producir un poco más de 16 litros de vinos (estas son aproximaciones y dependen del tipo de uva, entre otros factores). Esos 16 litros se traducen en 21 botellas de ¾, que en promedio equivalen a unos 5 mil pesos. Es decir que al trabajador de viña se le pagó el 0,8% del valor total.
Un paro que desbordó desde abajo
El paro convocado por Foeva (Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas) se fue gestando por abajo ante la miseria de la propuesta por parte de la patronal, con gran protagonismo de delegados independientes y sobre todo de un gran sector juvenil.
Gran parte de este movimiento se fue autoorganizando y autoconvocando en las distintas bodegas y fincas. Han surgido nuevas agrupaciones como la Agrupación de Viñateros Unidos y la propia 8 de Octubre perteneciente a la CCC.
El paro arrancó con piquetes con quemas de cubiertas en distintas bodegas de la provincia, sobre todo en las que representaban la mayor concentración y extranjerización.
Se fueron articulando e intercambiando para que el personal de una empresa bloqueara otra bodega, buscando el mayor grado de adhesión y protección a la vez.
El sector bodeguero demostró su poder y acudiendo al gobierno, desplegó las fuerzas policiales en varios establecimientos intentando impedir el paro. Hubo amenazas de despidos, incidentes y presiones de todo tipo.
En algunos casos se han conocido despidos concretos que han despertado mucha indignación y que han pasado a ser parte de los nuevos reclamos.
El miércoles 31 se realizó una gran movilización convocada por el sector autoconvocado, que fue muy importante y recorrió el centro de la ciudad, terminando en un acto y en declaraciones a la prensa.
El papel de la 8 de Octubre y la CCC
La agrupación de trabajadores rurales 8 de Octubre y toda la CCC jugaron un papel muy importante. La jornada fue debatida y planificada, se buscó que en cada departamento, la Agrupación y la Corriente fueran a volantear y participar de los piquetes en las bodegas.
La solidaridad de la CCC fue muy bien recibida y empalmó con la corriente de autoconvocados y delegados independientes. La CCC participó con una importante columna en la movilización del miércoles y puso a disposición el asesoramiento del abogado de la agrupación que ya realizó una charla virtual.
Los compañeros de la 8 de Octubre, la gran mayoría que trabajan como obreros rurales, se pusieron al frente del reclamo, organizando las brigadas y volanteos. A la vez, en la corriente se puso de manifiesto la necesidad de ubicar la importancia de los centros de concentración y el trabajo organizado en este sector.
La “Ocho” se sumó a la protesta sumando los propios reclamos, entre ellos el plan intercosecha, el pedido de altas y bajas automáticas de la AUH (reclamo que ya se había hecho en la jornada del 17) y planes sociales para los trabajadores temporarios, y la necesidad de jardines maternales.
La situación está abierta y este ha sido el primer round, si bien el sector bodeguero buscará represalias, es consciente que se ha despertado un movimiento profundo que no está dispuesto a seguir pagando con su miseria las superganancias del sector monopólico y concentrado de la vitivinicultura.
Hoy N° 1859 14/04/2021