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26 de julio de 2017

Grandes manifestaciones por la democracia en Turquía

Contra las medidas represivas de Erdogan

Erdogan, después del plebiscito fraudulento que le diera más poder, siguió tomando medidas represivas, dirigidas en primer lugar contra los kurdos y la izquierda, pero también contra antiguos aliados suyos. Un tercio de la cúpula militar fue relevada. A los 103.824 empleados públicos despedidos y 33.483 suspendidos, la mayoría en Educación, se suman ahora otros 7.563, la mayoría empleados del Ministerio de Interior, incluidos 2303 policías. 

Erdogan, después del plebiscito fraudulento que le diera más poder, siguió tomando medidas represivas, dirigidas en primer lugar contra los kurdos y la izquierda, pero también contra antiguos aliados suyos. Un tercio de la cúpula militar fue relevada. A los 103.824 empleados públicos despedidos y 33.483 suspendidos, la mayoría en Educación, se suman ahora otros 7.563, la mayoría empleados del Ministerio de Interior, incluidos 2303 policías. 
Según el texto del decreto, los funcionarios han sido apartados de su empleo por “vínculos con organizaciones terroristas o grupos que, se ha determinado, actúan contra la seguridad nacional del Estado”. 
También sacan sus rangos a 343 miembros retirados de las Fuerzas Armadas, mostrando las contradicciones dentro de los sectores dominantes. Uno de los despedidos es el ex delegado del gobierno en Estambul, Hüyesin Avni Mutlu. Se hizo famoso por la brutal respuesta policial contra manifestantes ambientalistas, que acabó desencadenando las protestas masivas por el parque de Gezi. Se le acusa de simpatizar con el exaliado de Erdogan, Fethullah Gülen. 
En ese marco, el dirigente socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, inició una marcha a pie, a 400 kilómetros desde Ankara, la capital de Turquía, hasta Estambul. Fueron 24 días de caminata contra las crecientes medidas represivas del presidente Erdogan. No llevaban banderas de las distintas fuerzas para evitar divisiones. Solo la consigna de justicia. Decenas de miles de personas se fueron sumando. Unas 100.000 entraron en Estambul para exigir la puesta en libertad de la docena de diputados y más de 150 periodistas actualmente presos en Turquía y reclamar contra la falta de libertad de prensa y de independencia judicial. También está en marcha un cambio en el reglamento del parlamento, para limitar el uso de la palabra también allí. Kiliçdaroglu, declaró que hay que procurar la unidad de todas las fuerzas opositoras en la perspectiva de las elecciones del 2019.
Además de los miembros y simpatizantes del Partido Popular Republicano (CHP), que dirige Kiliçdaroglu, de origen kemalista, pero que se ha acercado a las posiciones de la socialdemocracia europea, marcharon conservadores, prokurdos, comunistas, islamistas. Erdogan acusó de proterroristas a los participantes en la marcha.