Decenas de incendios arrasaron regiones enteras de Grecia, en particular el oeste y sur de la península del Peloponeso y Evia. Centenares de poblados se convirtieron en cenizas. Más de 60 personas murieron y otras desaparecieron. Miles debieron huir de sus hogares, convirtiéndose en ciudadanos sin techo en total abandono por parte del Estado. Más 1.500 kilómetros cuadrados de tierra están totalmente quemados. Son incalculables las consecuencias que la catástrofe tendrá a mediano y largo plazo sobre la vida de la gente, la economía y el clima.
Como señala la Organización Comunista de Grecia (KOE), más allá de las causas naturales que contribuyeron a la catástrofe, ésta tiene responsables. El gobierno derechista de Karamanlis deberá pagar por su negligencia criminal. Las políticas neoliberales de “menos estado” aplicadas por los gobiernos del social-liberal Pasok y del derechista Nueva Democracia llevaron al achicamiento o desmantelamiento de organismos estatales decisivos como los cuerpos de bomberos y de protección forestal, servicios de salud y de protección civil. Las brigadas anti-incendio fueron reducidas en 4 mil personas, la mayor parte de los aviones anti-fuego tiene más de 30 años (aunque el gobierno gasta miles de millones de euros en la compra de aviones de guerra F-16). Los hospitales urbanos y rurales no tienen recursos y son impotentes para ayudar a las víctimas. La protección civil está ausente: la gente debió buscar refugio y alimento en casa de familiares y amigos. Los empresarios dueños de lanchas y de hoteles hacen libremente negocio con la desesperación del pueblo.
Ambos partidos burgueses intentan enmendar el artículo 24 de la Constitución griega que prohíbe la explotación de las áreas forestales (como también intentaron hacerlo con el artículo 16 que prohíbe las universidades privadas).
Cuando estallaron los incendios en agosto, el gobierno estaba más preocupado en imponer elecciones adelantadas para el 16/9 que en organizar la lucha contra el fuego. Los servicios públicos estuvieron paralizados incluso cuando el fuego ya estaba en los alrededores de Atenas.
Todavía el viernes 24, cuando ya había decenas de víctimas, el gobierno intentaba presentarse como víctima de misteriosas fuerzas terroristas para silenciar toda crítica. Como la KOE ha denunciado, el gobierno derechista viene advirtiendo que “quien ataque la unidad nacional en esta tragedia atenta contra la legalidad constitucional y deberá atenerse a las consecuencias”. El propio gobierno es el responsable de la tragedia, y encima sigue manipulando políticamente sobre los restos de decenas de personas muertas y regiones destruidas.
Se han llevado a cabo numerosas acciones de protesta. Mientras las fuerzas burguesas tratan de explotar electoralmente la tragedia con toda clase de promesas, la KOE, integrante de la alianza electoral “Coalición de la Izquierda Radical”, movilizó nacionalmente sus fuerzas tanto en el combate contra el fuego como en la denuncia de las criminales políticas del gobierno. No es momento –señala– de mezquinos cálculos políticos, sino de combatir las políticas neoliberales del gobierno saliente dándole voz a la angustia popular y reclamando medidas concretas en solidaridad con los afectados y en previsión de nuevas catástrofes.
