Noticias

18 de mayo de 2011

El socialdemócrata Papandreu, el FMI y los imperialistas europeos descargan la crisis sobre el pueblo griego. Nueva jornada popular contra los “recortes”,
el hambre y la desocupación.

Grecia contra el ajustazo imperialista

Hoy 1369 / Paro y a la calle

Un año después de la última huelga general –el 5 de mayo de 2010–, un nuevo y masivo paro de 24 horas paralizó a Grecia el miércoles 11. Convocadas por la Confederación de Trabajadores de Grecia (GSEE) y por la central de los empleados estatales (Adedy), miles de personas marcharon en Atenas en repudio al plan antiobrero de “austeridad” del gobierno “socialista” de Giorgos Papandreu. Cuando todavía está en curso el ajustazo del año pasado, el gobierno griego prepara otro nuevo para seguir descargando sobre los trabajadores el déficit público y el enorme endeudamiento del país, agravados a lo largo del año por las políticas impuestas por el FMI y la Unión Europea (UE).

 

Salvavidas de plomo
El repudio popular golpeó también a las misiones de ambas organizaciones imperialistas que, en esas mismas horas, estaban en Atenas “inspeccionando” la aplicación de los programas de ajuste para garantizarse el pago de la deuda: según el habitual chantaje a quienes demandan su “ayuda”, los organismos imperialistas exigen esos “ajustes” como condición para la continuidad de los préstamos, los mismos que cada día hunden más la economía griega.
El gobierno de Papandreu viene aplicando despiadadamente los “recortes” presupuestarios antipopulares exigidos como condición del “rescate” por 110.000 millones de euros que recibió de la UE y el FMI hace un año, y que para el pueblo y la nación griegos viene siendo un verdadero “salvavidas de plomo”.
 

Menemismo a la griega
El paro mantuvo cerradas las escuelas. No funcionó el transporte público, incluyendo el ferry y los barcos turísticos, vitales en ese país de islas. Pararon los controladores aéreos, por lo que debieron suspenderse los vuelos. Los hospitales y ambulancias sólo atendieron emergencias. Cerraron bancos, farmacias y museos. Pararon abogados, ingenieros, periodistas y otros profesionales. No aparecieron los diarios.
En la combativa manifestación, jóvenes lanzaron piedras a la policía, que pretendía dispersarlos con gases lacrimógenos. Al menos 14 personas resultaron heridas.
La del miércoles 11 es la segunda huelga general del año, y la novena desde que se inició la crisis griega en 2008.
Con el previsible fracaso del ajuste, que no hizo más que profundizar la recesión y la desocupación, el gobierno proimperialista de Papandreu –instruido por la misma banda de usureros y ladrones monopolistas que padecimos en la Argentina– ahora pretende endurecer la “austeridad” intensificando las privatizaciones (por 15.000 millones de euros, según anunció el gobierno en abril).
Como declaró un dirigente sindical, la “ayuda” de la UE y el FMI hundió a Grecia. “De los 110.000 millones de euros, nada fue a parar a las necesidades de la gente: sólo pagamos los intereses de la deuda”. Los sindicatos reclaman que Grecia deje de pagar esa deuda usuraria (que supera los 340.000 millones de euros y a fin de año rondará el 152% del PIB) y que ahora el gobierno pretende pagar con más endeudamiento: “los mercados” –es decir los bancos “inversores” alemanes, franceses y yanquis–, no compran bonos griegos a menos que éstos comprometan pagar tasas de interés de más del 15%.
La otra condición es achicar esa deuda entregándoles las empresas estatales de electricidad, agua y otras. El gobierno se comprometió a privatizar en los próximos años las empresas erigidas con el trabajo del pueblo griego por un total de 50.000 millones de euros. “¡No a la dilapidación!”, clamaban en la movilización las pancartas.
La burguesía griega sigue exigiéndole “sacrificios” a la población. Este mes, como contrapartida de un nuevo crédito de “salvataje” del FMI y la UE, el Parlamento y el gobierno de Papandreu aprobarán nuevos recortes presupuestarios para “ahorrar” de aquí al 2015 hasta 23.000 millones de euros (33.000 millones de dólares) a costa del hambre y la desocupación de millones de griegos.