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11 de enero de 2012


Groussac, “un periodista de quinta categoría”

Hoy 1401 / breves de la historia argentina

La novela Respiración artificial de Ricardo Piglia, constituye una síntesis respetable de la relación entre literatura e historia argentina.Su lectura es recomendable, desde el campo popular, para aproximarnos a los grandes nudos de la historia argentina. En ella, por ejemplo, encontramos referencias al papel que jugo Paúl Groussac, en el relato inventivo de la historia argentina. Erigido en autoridad indiscutible por la historia oficial, sus análisis influyeron en la formación intelectual de varias generaciones de cuadros argentinos.
La observación de Piglia es hoy más rescatable que nunca, porque las teorías posmodernas insisten mucho en la construcción de un relato, y lo presentan como una novedad, cuando en realidad, los argentinos hemos sufrido de interpretaciones históricas que presentaron los intereses de las clases dominantes, como si fueran los intereses del conjunto de la sociedad.
Dice la novela: “Se trata de algunos intelectuales europeos, que integrados a la cultura argentina, cumplieron en ella una función par- ticular… El carácter dominante del europeísmo, el caso Groussac, el más representativo de estos intelectuales trasplantados justo cuando el europeismo se constituye en el elemento hegemónico, es el más representativo de estos, el intelectual del ‘80 por excelencia.
Se pregunta luego el personaje que esta opinando sobre Groussac: “Que hubiera sido de él, de haberse quedado en Paris”, y se responde: “Un periodista de quinta categoría, en cambio acá era el árbitro de la vida cultural, la última palabra en la interpretación de los hechos históricos”.Esta observación de Piglia merece respeto. Groussac fue instituido como la última palabra, como el que estaba por encima del nivel medio de la cultura argentina. Es famosa su opinión sobre el Plan de operaciones de Mariano Moreno. Dijo “es falso, pero si se llegara a probar que es autentico, es producto de una mente afiebrada, que no vale la pena tener en cuenta”.Son famosas también sus costumbres de buscar alguna cita equivocada, en los escritos de Alberdi, de Echeverría o de Sarmiento, para demostrar por ejemplo, que habían traducido mal, o que la cita está en otro libro, etc. Por esta costumbre, se lo llamo el jíbaro de la generación del 37.No tendría mayor importancia este personaje, si no fuera por la influencia que tuvo en moldear la historia oficial, relatando aquello que facilitaba a las clases dominantes consolidar su hegemonía, riéndose al mismo tiempo de los imitadores nativos de la cultura francesa: “El sol sale en Buenos Aires, cuatro horas mas tarde que en Paris”.
Las citas son de la novela de Ricardo Piglia, pág. 156. El autor hace reflexionar a varios personajes sobre temas de la historia argentina. Estos personajes, tienen opinión sobre Alberdi, sobre Borges, etc., discuten entre ellos, es muy interesante. Hoy dimos una pista sobre Groussac, en otra nota, tomaremos otro personaje, pero en realidad recomendamos su lectura.