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14 de agosto de 2013

Guadalupe Cuenca, esposa de Mariano Moreno

BREVES DE LA HISTORIA ARGENTINA

 Vimos cómo Manuela Saenz, la amante del general Bolivar, era militante. Vamos ahora a difundir algunas cartas de la esposa de Moreno, escritas en 1811 -sin saber que Mariano ya estaba muerto-, que se conocen como cartas que nunca llegaron, y pueden consultarse en la página de Internet de nuestro Partido.
En ellas encontramos muchos temas, entre otros, la confirmación de que la familia de Mariano Moreno, fue una familia pobre, virtuosa, profundamente cristiana y unida por un gran respeto y un gran amor.

 Vimos cómo Manuela Saenz, la amante del general Bolivar, era militante. Vamos ahora a difundir algunas cartas de la esposa de Moreno, escritas en 1811 -sin saber que Mariano ya estaba muerto-, que se conocen como cartas que nunca llegaron, y pueden consultarse en la página de Internet de nuestro Partido.
En ellas encontramos muchos temas, entre otros, la confirmación de que la familia de Mariano Moreno, fue una familia pobre, virtuosa, profundamente cristiana y unida por un gran respeto y un gran amor.
La casi niña María Guadalupe Cuenca, fue elegida por Moreno al ver un retrato suyo en la vidriera de un platero. La conoció y se casó con ella el 20 de mayo de 1804. Chuquisaqueña, huérfana de padre, se educó en un monasterio de monjas. Tuvieron un único hijo, Mariano. Marianito, en las cartas.
Publicamos la carta con su ortografía original, para respetar como escribía Guadalupe, en 1811.
 
14 de marzo de 1811. Mi querido y estimado dueño de mi corazón… nuestro hijo sigue en la escuela, siempre flaquito, le há dado en cara el vino y sólo cuando le digo qe tome a tu salud lo toma. Te resa al lebantarse y al acostarse y me dice mi madre todo lo qe reso en la escuela lo ofresco para mi padre, y el modo de ofrecer es diciendo estas oraciones: te ofrezco pr qe le des buen viaje y lo traigas pronto: darás expreciones a Manuel de y qe te cuide; recivan los dos muchas expreciones de tu madre tus hermanas Marianito y la Marzela y toda la familia y hace lo qe tu madre te dice del cumplimiento de Iglecia, y Dios te dé muchos años de vida y salud para el consuelo, amparo y bien de ésta tu desconsolada esposa Maria Guadalupe Moreno. 
9 de mayo de 1811. El cuarto lo alquilé a un inglés para almacén y había sido ladrón, lo prendieron a los ocho días, y me han venido a tomar declaración, si conocía al inglés, yo declaré que no, como que no lo conozco, y todas aquellas preguntas que se hacen, a las que respondí que después de preguntarle para qué lo quería me dijo que para almacén, le di la llave, me han sacado recibo para entregarme la llave, yo me veo en esta cosa que ni había soñado porque ya vos me conoces que no soy para eso.
29 de mayo de 1811. En esta tu casa no hay nada de nuevo; tus consejos los tengo presentes y los sigo; mi confesor es el provisor Zavaleta, vé si te gusta y si no te parece bien tomaré el que vos quiera.
 
Estas cartas, donde se mezcla lo público y lo privado, dan muestra de las precauciones que la mujer de Moreno tomaba para elegir su confesor, y la importancia política de comunicárselo a Mariano. Al mismo tiempo, toda la carta demuestra que era una creyente y que educaba a su hijo en la religión, al mismo tiempo, denota la presencia de ingleses aventureros o agentes, según los casos, en el corazón mismo de las familias de Buenos Aires.
Son cartas que no llegaron a destino. Las recibió todas juntas el hermano de Mariano Moreno en Londres y se conservaron. Vale la pena leerlas, para aproximarnos al complejo mundo familiar y en cierta medida político de los líderes de la Revolución de mayo.