Entendemos que todo en la vida está en un proceso permanente de nacimiento, desarrollo y muerte; por lo tanto, es necesario en cada momento ver qué es lo que surge y qué es lo que se desarrolla. Qué llegó a su cúspide y qué es lo que va a declinar. Ver qué es lo que hoy es aparentemente pequeño y por una serie de factores concretos e históricos está en proceso de desarrollo y qué es lo que hoy aparece fuerte y poderoso y en definitiva está condenado a declinar y desaparecer. Tomar todo en su movimiento que, en definitiva, expresará la contradicción de cada cosa; ya que todas las cosas son contradictorias en sí; hay un lazo universal que une a todo con todo y el conocimiento es el proceso por el cual el pensamiento se aproxima, eterna e infinitamente, al objeto.
Nosotros tenemos que hacer siempre un análisis histórico. Analizamos siempre al objeto, persona o proceso como es, pero debemos también estudiar cómo era, cómo va a ser.
Por ejemplo, la burguesía nacional es un tema que ustedes han estudiado mucho, sobre el que hay un debate muy grande con estas nuevas posiciones del P “C” sobre capitalismo dependiente, que hace que corrientes del P “C” y otras organizaciones consideren que la revolución en la Argentina es una revolución socialista que opone la burguesía al proletariado, habiendo modificado las concepciones tradicionales que tenía el P “C” sobre esto. A partir de eso hay toda una valoración de la burguesía nacional.
La burguesía nacional tuvo su momento de esplendor en los años 46/47, cuando ganó el gobierno el general Perón, como expresión política de esa burguesía. Era la época en que esta burguesía tenía un exponente típico: Miguel Miranda, que fue el industrial del peronismo. Esta burguesía desarrolló una industria liviana que fabricaba hojalata, textiles, estufas, cocinas, etc. Siempre se desarrolló con el apoyo estatal; por ejemplo, en ese entonces el gobierno promulgó una resolución por la que había que envasar tomates en latas de tal tamaño, que “justo” eran las que fabricaba Miranda; por lo tanto Miranda se desarrolló, y así otros como él. Esa fue la burguesía industrial que surgió con el peronismo. Después Miranda cayó en desgracia. Hubo otro representante: Lagomarsino, que fabricaba sombreros. Fue un momento de esplendor de la burguesía argentina. Después Jorge Antonio, un hombre de origen humilde, pasó a ser testaferro de los capitales que Perón había obtenido en alianza con sectores de esa burguesía, etc. Representantes máximos de la burguesía nacional fueron los Di Tella, de origen socialista, que en determinado momento tuvieron la empresa Nº 2 de América Latina: Siam Di Tella; ocupaba a miles de obreros. Por el año 60 pasó a ser la empresa N° 16, no de América Latina sino de la Argentina; y en la década del 70 fueron liquidadas, quebraron, sus empresas fueron traspasadas al Estado, y ahora, hace poco, se asistió a la privatización de la empresa Siam. Estos exponentes máximos de la burguesía industrial argentina exportaban a toda América Latina. Asociados a los ingleses, a la Westinghouse yanqui; muy ligados posteriormente, a través de distintos negocios, con el sector prosoviético ahora se han transformado en criadores de ganado; tienen estancias en Salta, donde crían miles de cabezas “a corral”. Esa ha sido la evolución en este caso concreto: los Di Tella. La burguesía nacional ha seguido un proceso.
Este es todo un proceso de la burguesía nacional, hasta llegar a la época actual en que han desaparecido muchos representantes de esa clase social, y tenemos una extensa capa de pequeños y medianos empresarios que emplea a la mayoría de los asalariados (más del 50%) en el país, por un lado, y, por otro, tenemos a los “capitanes de la industria”, que en su mayoría son burgueses nacionales transformados en intermediarios de capitales europeos, yanquis, rusos, etc. Los “capitanes” y los “coroneles” de la industria.
Entonces no podemos analizar, simplemente, qué es la burguesía nacional, sino que tenemos que saber qué fue, cuál es su historia, para saber qué es, y cuál es su perspectiva. Porque han cambiado muchas cosas en la Argentina. Una cosa era América Latina en la crisis del 30, cuando la burguesía aprovechó para desarrollarse, y otra cosa es la crisis actual, con una crisis en el mundo capitalista que está determinada por un gran cambio en los medios de producción con la modernización y la llamada revolución industrial y científico-técnica. Situación que también está caracterizada por un enorme desarrollo de las “transnacionales”, que todos los días nos aporta novedades. Por ejemplo, la semana pasada la Compañía General de Electricidad Francesa compró la ITT yanqui, pasando a ser mayoritario el grupo francés. En este mundo moderno, en la Argentina, el mercado interno ya no lo maneja más la burguesía nacional como en los años de la Segunda Guerra Mundial y la inmediata posguerra, o no tiene ninguna posibilidad de manejarlo…
Otra cuestión sobre el análisis histórico a tener en cuenta para evitar las simplificaciones. Nosotros hoy tenemos un gobierno constitucional, pero antes tuvimos una dictadura militar; esta dictadura no fue barrida en forma revolucionaria. Esa dictadura militar tuvo una característica que unificaba el gobierno, integrando las tres fuerzas. Por lo tanto iban a una repartija de posiciones que significaba 33%, 33% y 33%, para cada fuerza. Esto sucedió en todas las ramas de la política y la economía, donde el Estado tenía injerencia. Esto tiene importancia. Ustedes pueden decir que esto se acabó, y no es así. Así que hay que tener en cuenta ese 33-33-33. Eso es como en Fatre [Federación Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores, hoy Uatre: Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores] a la que no se puede entender si no se tiene en cuenta eso. En algunos gremios la proporción era 60 y 40, como en textiles, donde un amigo de los marinos tenía al lado a un amigo de los “verdes” (el Ejército). En Fatre, por ejemplo, la Aeronáutica tenía algunos representantes, la Armada otros y la mayoría la tenía el Ejército. En determinado momento, en uno de esos líos que había entre ellos durante la dictadura, la Aeronáutica tomó la dirección de Fatre; entonces los prosoviéticos, con el apoyo del servicio de información del Ejército, organizaron un Congreso de rurales en Santa Fe, con Rodríguez, y obligaron a renunciar al interventor de la Aeronáutica, ante “el levantamiento de las bases de Fatre”; en realidad era empujado por el Ejército. Por ejemplo, “X” y “X” han sido “hombres de la Marina”, y mientras no hubo acuerdo con la Armada no hubo acuerdo con ellos; porque ellos tenían posiciones en el Issara. Eso sigue hasta ahora; por lo tanto, si no se tiene un enfoque histórico de Fatre, no se puede entender qué representa cada uno en la dirección de Fatre. Después ya vendrá, para investigaciones más profundas, qué hay detrás de cada una de las Fuerzas Armadas.
Entonces debemos tener en cuenta todo esto, que aún está presente en la política. Después detrás de la Marina operaron intereses europeos, fundamentalmente alemanes e italianos; secundariamente yanquis y un poquito los rusos; y en el Ejército jugaron predominantemente los rusos y en forma menor los europeos y los yanquis. Pero esto hace a que cuando nosotros analizamos un pueblo, una provincia, un proceso, tenemos que tener cuidado con las simplificaciones.
En la Argentina esto es muy importante. También lo fue en la China prerrevolucionaria. Si ustedes leen los Inéditos de Mao verán cómo subraya las diferencias entre China y la India. La Argentina es muy parecida a la India, desde el punto de vista de las relaciones capitalistas, pero es muy parecida a China anterior a la revolución desde el punto de vista de que es un país disputado por varias potencias imperialistas. Por lo tanto, en la política diaria argentina se expresa esta contradicción, en todos los terrenos y en todos los sectores, desde la Universidad hasta el movimiento agrario, etcétera. Y en la época de la dictadura esto se expresaba en una pugna entre tal o cual sector militar. Hoy persiste esta situación.
hoy N° 2027 18/09/2024