El jueves 30, justo un jueves, falleció, a los 94 años Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea fundadora, y madre de todas las batallas, como bien la describieron.
Su hijo Gustavo Cortiñas fue secuestrado en 1977, y jamás se supo qué hizo la dictadura con él.
Nora Morales de Cortiñas, Norita, como todos la llamaban, en la Plaza de Mayo donde se sumó a las rondas que recién iniciaban, y en todas las luchas en las que se hizo presente, es un ejemplo para millones, y su lucha será sostenida por las nuevas generaciones. Como ella misma lo dijo hace un año: “Nosotras nos vamos muriendo, pero confiamos en ustedes, en la juventud, para que recoja las banderas que nos dejaron nuestros hijos y nuestras hijas”.
Nuestra compañera Diana Kordon, responsable del área de libertades democráticas de nuestro Partido, quien junto a otras y otros camaradas acompañaron a las Madres desde las primeras rondas, así la recordaba:
“Cómo despedirnos de nuestra tan querida Norita, de la talla de las imprescindibles. Y digo nuestra, porque su presencia está en el corazón de todas/os los que, en cada lucha, en cada rincón de la Argentina, la tuvimos acompañando, impulsando, dando fuerzas con su ejemplo, con su temple, con su sonrisa, con su gesto travieso.
“Todos la quisimos, por lo que supo ser durante la dictadura y por la coherencia de su vida a través de los años.
“Desde la desaparición de Gustavo, Nora compartió la búsqueda con las otras mujeres que serían las Madres de la Plaza. Y desde ese momento, enfrentando el terror dictatorial, hasta el presente, siempre, con su pequeña estatura física, fue una grande en su fortaleza de canalizar el dolor en espíritu de lucha, en la firmeza de sus convicciones, en comprender la necesidad de transformaciones de fondo para conquistar una sociedad justa y solidaria, y en la confianza de que eso es posible.
Una despedida multitudinaria
A las pocas horas de conocerse el fallecimiento de Norita, centenares de personas se convocaron en Plaza de Mayo, en torno a la Pirámide que fue testigo de esa gigantesca lucha por la aparición con vida de los 30 mil desaparecidos, y que continúa hasta hoy por memoria, verdad y justicia.
Allí homenajearon a esta Madre, que trascendió la lucha emblemática del pañuelo blanco que cubría su cabeza. Cientos pasaron el viernes 31 por su velatorio, entre ellos camaradas de nuestro Partido y compañeros de la CCC, en el predio Mansión Quinta Seré, hoy un espacio de la memoria, y donde funcionó un centro clandestino de detención (CCD) durante la dictadura.
Norita dijo alguna vez que quería ser recordada como alguien que “estuvo en todos lados” acompañando las luchas. Las miles de fotos que aparecieron en estas horas en las redes sociales, en cuanto conflicto de derechos humanos, social, sindical o ante la violación de cualquier derecho, así lo testimonian, incluso más allá de las fronteras.
Norita es el puente de los pañuelos blancos a los pañuelos verdes. Ella misma dijo, que con los años entendió que era eso del feminismo, y se puso el pañuelo verde en la muñeca izquierda, esa que vemos en todas las fotos en su puño en alto, simbolizando su pelea por una sociedad más justa.
Como escribió Diana Kordon: “Hoy la despedimos con enorme tristeza, pero con la certeza de que su rostro y su lucha quedarán grabados en la memoria de nuestro pueblo”.
hoy N° 2013 05/06/2024
