Falleció Juanita Gigli, el 14 de julio. No quiero dejar pasar mucho tiempo para enviar unas palabras de despedida de esta gran amiga que encontré en los tiempos re-negros de la Argentina dictatorial.
Falleció Juanita Gigli, el 14 de julio. No quiero dejar pasar mucho tiempo para enviar unas palabras de despedida de esta gran amiga que encontré en los tiempos re-negros de la Argentina dictatorial.
Nos conocimos en las visitas de la cárcel, ella acompañando a su hijo Rafael y yo a mi hermano Chiqui, ambos estudiantes de la UNNE detenidos. Lo que nos fue identificando era que no sólo luchábamos por la situación de nuestros familiares, por la libertad de ellos, sino que nos fuimos identificando en la lucha por todos los presos políticos y la solidaridad con ellos.
Una mujer muy cálida, alegre y emprendedora; incansablemente visitó muchas cárceles donde los trasladaban, se presentó ante organismos internacionales y funcionarios y con estilo directo y mucha firmeza nunca vacilaba ante quienes nos culpaban señalando “por algo habrá sido”. Se sentía orgullosa de su hijo y sus compañeros, de las luchas que emprendían, sentía en el corazón el fervor patriótico y popular. “Ni amo viejo ni amo nuevo, ningún amo” parecía brotarle de su amor a la tierra en la chacra. Así se plantaba, enamorada de sus hijos, con gran ternura hacia los amigos, era feliz disfrutando de la música, de la danza folclórica, hasta sus últimos días.
Así la recordaremos, siempre luchadora, revolucionaria como mujer; rompió con sonrisas los moldes de su época. Juanita, solo me queda decirte: ¡Hasta la victoria siempre amiga!
Yayita. Corrientes, 26 de julio de 2017.