Desde todo el país miles de camaradas y amigos vinieron para rendir homenaje a nuestro líder Otto Vargas, tras su partida el jueves (14/2) a los 89 años de edad, con una vida entera al servicio de la lucha por una sociedad más justa, sin explotadores ni explotados.
Fue incesante el paso por la sala velatoria durante el viernes y el sábado, cuando cerca del mediodía marchamos hasta las puertas del cementerio de la Chacarita. Encabezados por camaradas de nuestro Comité Central y familiares de Otto, miles y miles caminamos cantando bien fuerte “Otto Vargas, hasta la victoria siempre”, en un mar de banderas rojas.
Nos acompañaron en la marcha y en el homenaje camaradas del Partido Paraguay Pyahurá, el secretario del Partido Comunista Revolucionario del Uruguay Ricardo Cohen, así como dirigentes y compañeros de distintas fuerzas políticas, sindicales y sociales nacionales.
En las puertas del cementerio en un multitudinario acto homenajeamos a nuestro querido secretario general, a un comunista, a un revolucionario, a un compañero que desde su juventud adhirió a la causa del comunismo. En las palabras de su hija Gabriela, del secretario de la JCR Luciano Álvarez y de Jacinto Roldán en nombre del Comité Central del PCR, se expresaron el dolor que miles sentimos en toda la Argentina frente a esta irreparable pérdida, y la reafirmación de nuestro compromiso de seguir su lucha por la revolución de liberación nacional y social, el socialismo y el comunismo por la que él lucho incansablemente.
Se mencionaron las incontables presencias de amigos, personalidades y las adhesiones nacionales e internacionales. Un grito unánime “Otto Vargas ¡Presente, ahora y siempre!”, dio el último adiós, y sonó La Internacional en miles de voces de sus camaradas con el puño en alto, luego acompañamos sus restos hasta el crematorio entre banderas rojas flameando y cantándole a Otto Vargas por última vez, como homenaje y como reafirmación de nuestro deseo: “Agrupémonos todos en la lucha final y se alcen los pueblos con valor por la Internacional”.
