—En Capital, en barrios como Montserrat, San Telmo, La Boca, alrededor del puerto. Lo afro argentino ha permanecido en la música, por ejemplo el candombe…
—En Capital, en barrios como Montserrat, San Telmo, La Boca, alrededor del puerto. Lo afro argentino ha permanecido en la música, por ejemplo el candombe…
—Sí, pero el candombe que se toca actualmente, no es el candombe de la colonia, es el candombe uruguayo. En el siglo 19, posteriormente al derrocamiento de Rosas, Sarmiento hace una invisibilización de los negros en acuerdo con el clero, y se prohíbe sus danzas, la música, su permanencia en la calle. Entonces nuestros antepasados se retraen en sus casas. Alrededor de 1920 tratan de formar comparsas para salir de nuevo, pero grupos de blancos se pintan, los imitan, se burlan de ellos, los parodian. El negro como respuesta se retrae nuevamente, guarda su cultura en su familia, para no ser bastardeada. Al día de hoy en nuestras familias se conserva el candombe de Buenos Aires, en fiestas negras, como la fiesta de San Baltasar donde se toca esa música.
—Gabino Ezeiza decía que la milonga tenía el ritmo afro del candombe, por eso payaba en ritmo de milonga; apuntes de él se hacían en estilo o en cifra.
—Sí, también se dice que la chacarera tiene una influencia afro por el lado del candombe, lo mismo ocurre con el tango. Hubo familias afro que tuvieron posibilidades de realizar estudios que desarrollaron la cultura musical, hay nombres como Enrique Maciel o Zenón Rolón, músico de cámara. No es mi caso.
—¿Cuál es tu origen?
—Yo nací en Chacabuco y Belgrano en un conventillo, pleno San Telmo. En los años 50, se decide que había que sacarnos, derrumban el conventillo y nos mandan a Lacarra al 3.700, al lado del basural de la Ciudad, en medio de un foco contaminante, ahí vivimos 22 años y después eliminan la villa y nos mandan a La Matanza. Nos tenían como desechos sociales.
—Ustedes tienen apellidos españoles. ¿Es una pérdida de identidad?
—Lo que ocurre es que se pierde el nombre africano; al ser propiedad de una familia, le ponían un nombre español, al obtener la libertad para tener un apellido toman el de las familias patricias pero con una modificación para que no haya reclamo de herencias, por ejemplo el general Araoz de Lamadrid tenia esclavos, es el caso de mis ancestros por eso mi apellido es Lamadrid y así sucedía con muchos esclavos libertos. Hemos perdido nuestros nombres de África.
—¿También sienten que han perdido su lugar en la historia argentina?
—Hay que hacer una relectura de la historia, que nos incluya, ya que somos parte, con los aportes de todas las etnias. Para mí la matriz de la Argentina la conforman: pueblos originarios, españoles y africanos esclavizados.
Desterrar de la historia que no hay negros en la Argentina; que los argentinos descienden de los barcos de Europa ocultando los barcos negreros venidos de África producto del tráfico de esclavos de los imperios coloniales, como Portugal, Inglaterra y la propia España; sacaron de África alrededor de 30 millones de africanos. Queremos que en definitiva se reconozca el aporte africano a la historia argentina. Es necesario que esta labor se haga desde las escuelas para educar a las nuevas generaciones y terminar con la discriminación.
Para contribuir a escribir una historia que nos incluya, pedimos a los ciudadanos o investigadores que nos acerquen datos, documentos escritos, imágenes, a nuestra Asociación. Que los investigadores o historiadores académicos o en forma independiente tomen este tema de la negritud. Son escasos los estudios en la historiografía argentina sobre este tópico. Tenemos un antropólogo, Pablo Cirio, que es socio de nuestra Asociación y nos ayuda. Nosotros sólo tenemos la tradición oral y eso no alcanza.
—¿Hay otras asociaciones como ustedes en la Argentina?
—Afro argentinos del tronco colonial hay pocas. Ya que las familias tratan de asimilarse al blanco, por sus historias de discriminación y no quieren que los emparenten con aquellos africanos esclavizados. Se hace difícil revertir esa situación, para que ellos se sientan orgullosos de su sangre, de su matriz. Hay una negación de la negritud a veces en nuestras propias familias. Algunos se miran y dicen que no son negros, no ven sus ancestros, ya que ha habido un proceso importante de mestizaje. Han pasado más de 100 años de esta historia, por eso consideramos importante la labor de los medios de difusión y de las escuelas para que nos inviten y hacer conocer nuestra visión de la historia y que se sepa que estamos presentes los afro argentinos, también como vecinos de La Matanza, en Ciudad Evita.