Según el último informe de prensa del Indec sobre los resultados del balance de pagos, del 26 de junio de 2015, la deuda externa de Argentina –pública y privada– “a fines de marzo de 2015 se estimó en u$s145.931 millones, con un incremento de u$s1.840 millones respecto del trimestre anterior”.
Según el último informe de prensa del Indec sobre los resultados del balance de pagos, del 26 de junio de 2015, la deuda externa de Argentina –pública y privada– “a fines de marzo de 2015 se estimó en u$s145.931 millones, con un incremento de u$s1.840 millones respecto del trimestre anterior”.
El aumento de la deuda pública externa en el primer trimestres de 2015, que registra en su nuevo informe el Indec, sería el resultado principalmente de los nuevos tramos del swap con China, de un año de plazo cada uno, que ya suman actualmente u$s6.300 millones de dólares, “maquillando” las reservas del BCRA (pues se contabilizan como tales, aunque nunca salieron del banco de China y que, en caso de ser efectivamente usados, implicarían una tasa del 7% anual en dólares, una de las más altas del mundo). También el informe registra un aumento de la deuda externa del sector público no financiero de u$s500 millones en colocaciones de títulos realizadas por gobiernos locales y u$s326 millones en préstamos correspondientes al gobierno nacional.
Lo que oculta el gobierno
Al total de u$s78.154 millones de deuda pública externa, que informa el Indec para marzo de 2015, es necesario agregar los u$s3.200 millones que el gobierno no pagó del fallo del juez Griessa en favor de los fondos buitre, que sigue contabilizando como reservas. Y, además, el total de la deuda pública no registrada de los holdouts (tenedores de bonos que siguen en default) con títulos por unos u$s20.000 millones que, con los intereses y punitorios que reclaman, en una renegociación llegaría –en el mejor de los casos, con una quita del 30 al 40%– a los u$s25.000 millones. También siguen pendientes reclamos en el Ciadi –que en general los pierde el país–, por más de u$s5.000 millones.
A todo eso, hay que sumar en lo inmediato la deuda por “el grifo cambiario” a los importadores, de más de u$s5.000 millones, y a los monopolios imperialistas por sus remesas de utilidades y dividendos, que ya significan más de u$s15.000 millones. En definitiva una mayor deuda en dólares que remacha aún más ese eslabón de la dependencia. Además está la letra intransferible en el Banco Central que vence en enero de 2016, por casi u$s10.000 millones, que el gobierno kirchnerista “le cargó” en 2006, para pagar cash al Fondo Monetario Internacional.
Es decir que sumando sólo estas “omisiones” (que los economistas del sistema llaman deudas “eventuales”, como si el resultado no estuviera ya candado) llegaríamos en deuda pública en moneda extranjera a cerca de 140.000 millones de dólares.
Acabar con la dependencia a los imperialismos
De entrada nomás, para 2016, los vencimientos registrados de la deuda pública externa requerirán 10.000 millones de dólares, sin contar los juicios de los holdouts y del Ciadi o los vencimientos de los tramos del swap con China, con los que el kirchnerismo ha reforzado el eslabón del “modelo” latifundista y de dependencia a los imperialismos que significa la deuda externa.
Esto se agravará cargando sobre el pueblo y la producción nacional nuevas devaluaciones y ajustes, como hace el kirchnerismo, y exigen los grandes terratenientes y usureros internacionales para que el país siga atado a la noria de la dependencia. Hay que suspender los pagos para investigar la ilegítima y usuraria. “Las deudas se pagan, las estafas no”, como plantea el Frente Popular, para romper este eslabón de la dependencia que es la deuda externa.
(Nota ampliada en el sitio web).