Cómo fue la participación de las Fuerzas Armadas en los enfrentamientos?
–Hay que decirlo porque es una verdad que las Fuerzas Armadas están cumpliendo en este momento un papel que es positivo, no intervienen en política, han resguardado el orden en la zona de Pando actuando de acuerdo a órdenes del Poder Ejecutivo, haciendo cumplir estrictamente el Estado de Sitio en ese departamento, han aprehendido a los principales instigadores del golpe y su actividad. En este momento, está siendo controlada por el gobierno, no hay signo de un cambio en esa posición de las Fuerzas Armadas.
Nosotros que hemos criticado tanto al militarismo boliviano debemos decir la verdad, y en este momento las Fuerzas Armadas están cumpliendo el papel que les corresponde dentro del Estado burgués en general, nada diferente, pero hay que poner en relieve que no están jugando el papel tradicional que las fuerzas jugaron en el pasado.
–¿Cuál fue el rol que jugó la Unión Juvenil Cruceñista?
–En verdad se tenía la sensación de que la famosa Unión Juvenil Cruceñista –el brazo armado de la derecha en Santa Cruz y también con sus agrupaciones en Beni y Pando– en realidad había sido una fuerza mucho menor de lo que pensábamos: tal vez unos cuántos miles, dos, tres, cuatro y completamente tienen un carácter mercenario, están pagados por la embajada norteamericana.
De modo que con la salida del embajador Goldberg se mostró la debilidad de la derecha en este plano y de los que salieron al combate. Dentro del famoso complot del que hemos hablado, eran grupos delincuenciales de Santa Cruz, lumpen, pagados, muchachos sobre todo de origen occidental que eran subvencionados con 250 bs. al día y fueron los que realizaron los atentados, las tomas de las instituciones y, naturalmente, cuando se acabó la subvención apareció su verdadera capacidad y desaparecieron.
En realidad los líderes cívicos que mostraban tanta agresividad ahora incluso andan pidiendo perdón porque se le están siguiendo los procesos correspondientes.
Entonces la derecha en Bolivia ha sufrido una derrota estratégica. Difícilmente podría levantar cabeza en varios años en nuestro concepto, y esto es muy positivo porque permite un avance.
Lo que notamos es que no se está sabiendo aprovechar desde el campo popular ni desde el gobierno esta ventaja en la correlación de fuerzas. A partir del próximo año, con la aprobación de la Constitución se puede acelerar el rumbo de las transformaciones más profundas en el país.
–¿Cómo se ha acompañado el crecimiento del partido en todo este proceso?
–El crecimiento orgánico del partido no es considerable. En realidad hay una fuerza política que absorbe el movimiento popular que es en este momento el Conalcam, que está incluso superando al MAS.
Es un fenómeno importante que hay que explicarlo: el MAS no ha sido nunca un partido organizado, es un conjunto de movimientos sociales, pero resulta que estos movimientos sociales actualmente, al no encontrar en el MAS su expresión, han organizado lo que se llama el Comité Nacional del Cambio y prácticamente están sustituyendo al MAS en todas las actividades, movilizaciones, marchas, en fin, y el Conalcam es más legítimo porque responde directamente a las bases que son las que apoyan el proceso y las que conducen en realidad el proceso.
Un movimiento por ejemplo social que ha sido uno de los elementos fundamentales del Conalcam es la ciudad de El Alto y sus fuerzas vivas: la COR (Central Obrera Regional) y la Fejuve (Federación de Juntas Vecinales) alteña, que tiene a su haber la apertura de este proceso. Forman parte del Conalcam pero no del MAS.
Nuestro partido forma parte del ARA que es una reunión de partidos de izquierda que, en relación al Conalcam y al MAS, son pequeños.
Nuestro partido está caracterizado por su constitución de cuadros revolucionarios en diversos sectores estratégicos del panorama boliviano: El Alto, el Chapare, Santa Cruz, el Plan 3000, San Julián, que son los centros neurálgicos de los movimientos populares a nivel de dirigentes. Nuestro partido no es una organización masiva, no participó ni ha participado jamás en elecciones, no somos una fuerza electoral ni pretendemos serlo.
Pretendemos crear lo que decía el camarada Lenin: un ejército de cuadros revolucionarios íntimamente vinculados a las masas populares, para coagular en este proceso, profundizarlo, radicalizarlo y convertirlo en un proceso verdaderamente revolucionario.
-¿Qué perspectiva ve para los próximos meses?
–Va a ser un panorama claramente electoral. Tanto en lo que hace referencia a la Constituyente como en la elección ya del presidente y de las autoridades y la elaboración de leyes un debate muy amplio en torno al problema estructural del Estado: las leyes, el código penal, el código agrario, el código laboral, tienen que cambiarse todas las leyes de este país.
Es un trabajo monumental donde vamos a tener participación, no sabemos en qué medida, pero nosotros consideramos que hay que crear el Estado de Nueva Democracia en transición al socialismo y las leyes tienen que adecuarse a ese contenido plurinacional, multinacional de nueva democracia que nos planteamos siempre.
Nuestro proyecto es el socialismo, sin embargo las fuerzas del Conalcam tienen fuerte tendencia indigenista que nosotros apoyamos en lo que se refiere al derecho de las naciones como tales y también desde luego a la preservación, y al estímulo a las formas comunitarias de producción o los ayllus que se pueden convertir fácilmente en cooperativas agrarias. La estructura del Estado tiene que ser cambiada radicalmente y ahí vamos a tener participación.
-¿Cómo ven que va a afectar la crisis económica mundial a Bolivia?
-Algunos ministros bolivianos plantearon que la economía boliviana estaba blindada y que no iba a afectar pero han sido declaraciones muy apresuradas y efectivamente va a afectar, ya está afectando sobre todo los minerales más que el petróleo.
El precio del zinc ha caído por debajo de los límites tolerables y se están paralizando las cooperativas que producen este metal. El estaño también ha caído, el oro, la plata. Como se sabe nuestro partido tiene a su cargo el Ministerio de Minería en el proceso y está elaborando planes de largo alcance para diversificar el panorama minero y hacer que Bolivia produzca minerales que son raros como el bismuto, el litio.
La crisis mundial va a afectar indudablemente, pero si esta crisis nos hubiera encontrado en la situación del neoliberalismo, Bolivia estaría quebrada. Felizmente se ha roto mucho, mucho de la dependencia del país respecto al imperio, se han cortado amarras; no se puede decir que Bolivia ha logrado la independencia, pero hemos avanzado mucho en combate a la dependencia estructural que tenía el país respecto al imperio.