Nosotros estamos totalmente de acuerdo en que hay que desacoplar los precios internacionales de los precios internos. Cuando hablamos de retenciones, tenemos que hablar de segmentación de las retenciones. ¿Qué queremos decir con segmentación? Que no puede pagar lo mismo, por retenciones, un productor de 50 hectáreas que Grobocopatel, que trabaja 100 mil o 120 mil hectáreas. Tengamos en cuenta que en la Argentina hay 35470 productores de trigo. De estos, tan solo 4000 producen el 85% del trigo en la Argentina. Son mega empresas que producen 18 millones de toneladas de trigo.
El resto de los 31 mil pequeños y medianos productores estamos produciendo el 15% de la cosecha, cuatro millones de toneladas. Por eso decimos que cuando se habla de retenciones hay que mirar a esos 18 millones de toneladas, y aliviar la realidad de los pequeños y medianos productores.
Tenemos realidades completamente distintas. Por ejemplo, en nuestra zona, el sur de Santa Fe, afectó mucho la sequía. A un productor de 50 hectáreas en la zona de Arteaga, Casilda, que lo agarra la sequía, lo arruina y lo deja casi afuera del sistema. A un pul de siembra también lo afecta la sequía, pero un pul de siembra tiene otra espalda y diversifica el riesgo. Tiene 7000 hectáreas en Entre Ríos, 10 mil en Santa Fe, 20 mil en Buenos Aires, y por eso no le pega de la misma manera que al pequeño y mediano productor.
Los costos de producción también son distintos. Hay un estudio hecho por Gabriela Dounag , que dice que el costo de producción de un pul de siembre es 25% inferior al de un pequeño o mediano productor.
Hay otra realidad. Cuando nos va bien, el productor paga las cuentas, arregla el frente de la casa y por ahí cambia la camioneta, invierte en el pueblo. Cuando a los pules y los grupos concentrados les va bien, agrandan la escala de la producción, es decir que arriendan más, lo que significa más desplazamiento de los pequeños productores, y una hiper concentración de la tierra. Esto es lo que estamos viviendo hoy en el campo.
La movilización que se realizó hace pocos días a Plaza de Mayo por parte de un grupo de productores, fue el absurdo más grande. Fue una reacción a dos medidas: la primera, es el aumento del 2% que se le cobraba a siete grandes empresas exportadoras. Porque pasaron de 31 a 33% las retenciones que se cobran a los que elaboran la harina y aceite. Estas siete empresas hacen el 80% de la harina y el aceite.
Usan a los pequeños productores para defender a esos grandes exportadores que muchas veces nos descuentan a los pequeños más de lo que corresponde. Y el otro punto de esa marcha fue el rechazo al anuncio de un impuesto a la renta inesperada en el marco del gran crecimiento del precio de los cereales. Nosotros decimos que fue uno de los hechos más bochornosos del gremialismo agrario de los últimos tiempos.
Tenemos que volver a hacer el Grito de Alcorta porque están desapareciendo muchos productores agropecuarios. Necesitamos un Grito de Alcorta que pida segmentación de retenciones, que pida una nueva ley de arrendamientos, porque cuando se habla de la renta inesperada se habla de los precios de los commodities, peor hay otra renta, que está oculta en el campo, que es lo que reciben los terratenientes por alquilar el campo. Se calcula que hay cerca de mil grandes propietarios que, por el hecho de ceder el campo para la producción, se llevan cerca de 7.000 millones de dólares.
Hoy N° 1916 08/06/2022