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08 de marzo de 2012

Unas cuatrocientas personas participaron, el sábado 25, de una manifestación en el cruce de las rutas nacionales 143 y 151 y provincial en Santa Isabel. Se reclama que Mendoza vuelva a largar agua para evitar la desertificación del oeste provincial.

Histórico corte de rutas por el río Atuel

Movilización en Santa Isabel, La Pampa

Además de la movilización y los cortes de ruta, impulsadas por el Consejo provincial de lonkos ranqueles, y apoyadas por gran cantidad de fuerzas políticas y agrupaciones, se desarrolló una asamblea popular en el polideportivo de Santa Isabel que aprobó una proclama: “Convocados por las comunidades originarias, ciudadanos de distintos puntos de La Pampa iniciamos este camino de lucha en defensa de los recursos hídricos provinciales y en demanda de un caudal permanente del río Atuel hasta su desembocadura en el Desaguadero-Salado-Chadileuvú. (…) Durante más de medio siglo La Pampa protagonizó una histórica y esforzada lucha por sus ríos en los máximos niveles institucionales de nuestra nación.(…)Convencidos de que las acciones institucionales no producirán por sí solas el regreso del río Atuel, los pobladores afectados hemos decidido encarar un camino alternativo de lucha, sin mengua del de las instituciones y con el único objetivo de hacer visible en todo el país el desastre ambiental y social ocasionado por Mendoza y sensibilizar a los gobernantes sobre la necesidad de atender en forma urgente esta problemática.

Los pueblos originarios se identifican como parte de misma madre naturaleza (Ñuke Mapu) y consideran el corte de un río como un atentado al suelo que nos cobija y alimenta. El único modo para curar a la tierra herida es devolver el río que ha sido robado.”

 

 

Extractos del documento del pueblo rankel

El Pueblo Rankel, a través de su Consejo de Lonkos -máximo órgano político de conducción-, celebró “con beneplácito el acompañamiento -en un nivel más activo- de la sociedad pampeana a esta lucha que ancestralmente han sostenido los kuivikeche (antiguos) del Pueblo Rankel, y aclara su postura ante la injerencia de otra nación india.”

Señala que “este Pueblo, originario de este territorio desde tiempos inmemoriales, con toda una organización política, económica, social y cultural a nivel de un Estado, es el que la historia reconoce con documentos fidedignos como portador de una continua permanencia que lo hace legítimo ocupante ancestral de estos territorios, y que lo identifica ante el concierto de las Naciones Indias que se manejan con respeto y ética, como el Pueblo que desarrolló y desarrolla su existencia en esta tierra que hoy pertenece a la provincia de La Pampa, por lo que el hablar del rankel y hablar de La Pampa no da lugar a confusión, a diferencia de otras naciones indias que ni antes ni hoy podrían justificar su presencia sino a través de actos invasivos.”

“Y este pueblo, y sólo él, es el que sentido más que nadie en carne propia las consecuencias de un atropello y de una contumacia como la de la provincia de Mendoza, de tal manera que hasta podría llegar a decirse que desde antaño es una cuestión rankel y, sólo cuando desaparecen los territorios en la actual organización política de la Argentina, pasa a ser una cuestión de la provincia de La Pampa,” afirma.

Los Lonkos afirman que el pueblo rankel, por el Derecho Romanistico blanco, es el principal afectado. “Derecho que no tiene ningún otro pueblo indio, como no lo tendría el Pueblo Rankel si iniciara una lucha por el Impenetrable del Chaco cuando los principales afectados son los hermanos afectados”, señala el Consejo de Lonkos que realiza la aclaración como una definición política, ante el acompañamiento y la participación de diferentes sectores en el reclamo.

El Pueblo Rankel afirma que “como principal afectado ha sostenido en diferentes ámbitos gubernamentales la necesidad de la reparación histórica y corrección del actual estado de cosas que rodean al conflicto por el Chadi Leuve por parte del Estado Mendocino. Siempre con actitud pacífica, pero firme y decidida a la vez, ha hecho escuchar su voz en diferentes oportunidades.”

“Partiendo de la cosmovisión indígena que difiere de la euro céntrica del blanco, somos parte integrante de un todo como lo es nuestra Ñuke Mapu (Madre Tierra). No estamos en el centro de la escena como sostiene el blanco, sino que compartimos esta vida con animales, las plantas, los ríos, las montañas, somos uno más de esa comunidad.”

“Es por eso que nuestra postura en esta lucha particular es la de exceder la mera recuperación de las aguas del Salado, para involucrarnos también en una defensa del ecosistema y la biodiversidad y la utilización sostenible de sus componentes, tal cual lo prevé el convenio de Biodiversidad suscripto por Argentina, y establecer medidas de precaución y restricción para prevenir que las actividades humanas conduzcan a la extinción de especies, la destrucción de ecosistemas o alteración de los ciclos ecológicos, tal cual lo previsto en su contenido el Proyecto de declaración de Derechos de la Madre Tierra”, expresa el Consejo de Lonkos.

Afirman que “nuestro pensamiento nos lleva a no ser violentos con la Madre Tierra no con nuestros hermanos”

“Nuestro repudio al atropello mendocino es enérgico y firme, pero eso no significa que se ha de plasmar sobre la base de la violencia. Por último, traemos a la palestra la reflexión de un anciano indio del pueblo Hopis (EEUU): “Ningún árbol crece solo. Un árbol es una comunidad. Ciertos árboles y plantas se juntarán alrededor de ciertos árboles. Y ciertas medicinas se reunirán alrededor de esas plantas, de modo que si matáis todos los árboles, si taláis todos los árboles… entonces estáis destruyendo una comunidad entera que lo rodea y prospera a su alrededor, y puede tratarse de una medicina importante para las personas o los animales. Habéis perdido una comunidad, por tanto. Y replantar árboles no equivale a replantar comunidades. Habéis perdido mucho en el proceso. Si no entendéis eso ahora, ya llegará el momento. Y esa comprensión se presentará de un modo duro.”