Noticias

26 de noviembre de 2016

El jueves 24 de noviembre la Agrupación Nacional Docente “Ana Sosa” realizó un sentido homenaje a esta docente tucumana, secuestrada y asesinada por la dictadura militar.

Homenaje a Ana Sosa

Capital Federal

El jueves 24 de noviembre la Agrupación Nacional Docente “Ana Sosa” realizó un sentido homenaje a esta docente tucumana, secuestrada y asesinada por la dictadura militar.
 

El jueves 24 de noviembre la Agrupación Nacional Docente “Ana Sosa” realizó un sentido homenaje a esta docente tucumana, secuestrada y asesinada por la dictadura militar.
 
 El Auditorio Eva Perón cedido por ATE Nacional, se llenó de emoción la tarde del jueves. Los docentes homenajearon a la “docente, madre y militante” que llevan como insignia de su Agrupación. Militante del Partido Comunista Revolucionario, secuestrada por la dictadura videlista el 8 de agosto de 1976 junto al camarada Angel Manfredi, mientras se encontraban organizando un Día del Niño en la Colonia del Ingenio Concepción para los hijos de los trabajadores. 
Con la presencia de dos de los hijos de Ana, Lucía y Diego Reynaga, entre otros familiares, y una gran cantidad de docentes, estudiantes y compañeros de distintos sectores, Darío Perillo abrió el acto, invitando a ver un impactante video realizado por una nieta de Ana Sosa, quien lleva su nombre. Durante media hora se entremezclan testimonios de quienes la conocieron, y de sus hijos, trazando una tierna y certera semblanza de Ana: que “sonreía con toda la cara”, y sostenía con firmeza sus convicciones, incluso durante su cautiverio, como contaron algunas de las personas que estuvieron secuestradas junto a ella. El video muestra además la incesante búsqueda de verdad y justicia por parte de sus familiares y de sus compañeros, así como de los organismos de derechos humanos, hasta llegar al reconocimiento de sus restos hace apenas dos meses. Este video es un testimonio de la crueldad del genocidio contado por quienes lo sufrieron, y es a la vez una muestra cabal de cómo, sobreponiéndose al dolor, nuestro pueblo no ha cejado un minuto en la pelea por conocer el destino de los secuestrados, y por el castigo a los culpables. Lo dice todo que sea una nieta de Ana Sosa la realizadora.
 
“Que el nombre de mi madre siga vigente”
Con un salón conmovido por lo visto, subieron al palco los oradores: los hijos de Ana Sosa, Lucía y Diego, así como Marta Gómez, secretaria gremial del Suteba Matanza; y Rosa Nassif, miembro del Comité Central del PCR.
Fue destacada la presencia de Hugo “Cachorro” Godoy, secretario nacional de ATE, Otto Vargas, secretario general del Partido Comunista Revolucionario, Jorge Cardelli, de Emancipación Sur, Ricardo Bordón, dirigente de los mineros de Río Turbio, así como compañeros de Liberpueblo y de la Comisión de Homenaje a las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes.
Lucía, la hija de Ana,  agradeció y se alegró de que “el nombre de mi madre siga vigente”. Diego, por su parte, también agradeció el homenaje y recodó a una parte de los que pelearon en estos años por justicia para su madre, como los organismos de derechos humanos y los equipos especializados en la búsqueda de restos. Luego leyó un texto preparado por él, en el que hace reflexiones sobre su madre partiendo de dos imágenes. Primero sobre los restos encontrados de Ana, su significado para un hijo y el proceso “desde esos huesos para ir de la parte al todo, por eso estos homenajes”. Otra de las imágenes a la que se refirió Diego fue las pantorrillas de su madre, el recuerdo que de ella le queda a quien tenía apenas tres años en el momento de su secuestro, rescatando que “las piernas de mi madre avanzan ante todo y todos, superando los escollos y los imposibles”.
Marta Gómez planteó: “muchos de nosotros nos incorporamos a la Corriente Nacional Docente por lo que representa el protagonismo de Ana: mujer, madre, militante, que nos puede ejemplificar qué es ser un trabajador de la educación, agarrando con orgullo la tiza pero abriendo las puertas para que la escuela sea ese lugar del encuentro con la comunidad, donde las necesidades dan paso a la organización. Y esa forma, ese estilo, ese método en un barrio, en un asentamiento, en una comunidad rural nos acerca a ese gran anhelo que perseguía Ana, la educación como herramienta de liberación, la educación al servicio del pueblo, y no de la ideología dominante que a través del tiempo lucha por someter al pueblo”.
Marta contó: “primero me ganó el corazón la docente, y después me conquistó la mujer comunista, la mujer revolucionaria, la militante. Y ese día del niño se agiganta y nos guía permanentemente ofreciendo un puesto de lucha para terminar con la opresión. Pero nuestro pueblo, nuestra clase obrera no olvida sus mejores hijos y no paramos hasta recuperarla para que Ana nos siga enseñando. Y porque derrota a sus captores con su silencio”.
Para terminar saludó a los compañeros de la Corriente Nacional Docente: “a los que hace 30 años dirigen los sindicatos docentes, como Suteba, a los que se preparan para recuperar los Suteba en las elecciones del año que viene, y a los que queremos seguir sosteniendo la recuperación que pudimos lograr hace cuatro años, teniendo siempre como guía a Ana Sosa”.
 
“Tenemos un compromiso con Ana”
 Por último habló Rosa Nassif, quien trajo algunas reflexiones y recuerdos. “El video no sólo nos permite recuperar quién fue Ana a través del recuerdo, sino que lo más impactante es que no sólo uno recupera un hecho tan contundente como que Ana pudo derrotar a sus captores con su silencio, sino que a la vez ha logrado derrotar el silencio que quiso imponer la dictadura sobre su memoria, sobre su vida, sobre su verdad. Y lo ha hecho a través de esa cosa tan extraordinaria que nos han mostrado acá sus hijos, de que a pesar de esas hilachitas de recuerdos que les quedaron de su mami, la han sabido recuperar de lo más profundo que tenía ella, que era esta idea de poder trasmitirles la necesidad de seguir peleando a pesar de todo. Y sabemos que pelearon también para, no sólo salvar ese recuerdo de su mamá, sino para recuperar sus restos”.
Resaltó Rosa la integridad de la vida de Ana, de su lucha para poder integrar cosas en las que hay tanto empeño en esta sociedad por disociar y contraponer: la militancia, la familia, los hijos, el trabajo. Y su lucha para que las mujeres asumieran también la defensa de sus derechos y la igualdad en la familia, en el trabajo y en la militancia social y política.
Destacó “la importancia que para Ana tenía la educación en la docencia. Cuando nosotros descubrimos a Mao Tsetung, tardíamente, yo recuerdo que ella rescataba principalmente que Mao había sido maestro, y nos decía ‘por eso cuando fue gran dirigente revolucionario, comunista, de la Revolución China, enseñaba que teníamos dos armas: el fusil y el marxismo, y que había que aprender a usar las dos, para poder comprender no sólo de dónde viene el poder, sino también cómo –junto con la lucha– poder manejar esa otra gran ciencia, que es la ciencia de las leyes sociales’. Por eso Ana a sus alumnos les hacía leer a Marx, a Mao, y les planteaba explícitamente que la educación es un terreno de la lucha de clases; uno de los terrenos en los que se da en forma más aguda. Y que los docentes –ella estaba formando docentes porque enseñaba en la escuela Normal de Tucumán y de Simoca– tenían que liberarse de ese rol que les asignaba este Estado, de ser reproductores de las ideas dominantes y de las relaciones sociales de esta sociedad que había que cambiar, y que era necesario entonces apropiarse –así como hay que apropiarse de la ciencia para transformar la naturaleza–, de esa ciencia social para unir a la lucha concreta”. 
Relacionándolo al momento actual Rosa planteó que: “hoy más que nunca es necesario enfrentar esos planes no sólo en el terreno de la reivindicación por nuestro trabajo, que lo paguen como se merece y el presupuesto, toda la flexibilización laboral que quieren imponer en la docencia como en todo el movimiento obrero, echando la culpa a los maestros, a los docentes de la situación que hay en la educación, cuando son ellos los principales responsables, sino también disponernos a librar esa lucha en los contenidos y en los métodos, a través de los cuales también se anuda esa soga de la opresión y del sometimiento”.
Para concluir dijo: “nosotros tenemos un compromiso con Ana y con todos los que han dado su vida luchando por una sociedad mejor, más justa, más igualitaria. El compromiso es poder hacer en algún momento un gran homenaje, cuando los Macri, los Trump y todos esos sean derrotados por una enorme lucha popular, y que podamos realmente con un gobierno popular, del pueblo, de los trabajadores, decirle entonces a Ana y a todos los que han dado su vida: No vamos a olvidar, no vamos a perdonar, vamos a seguir luchando por la memoria, por la verdad y por la justicia, hasta la victoria final”.
 
Entre aplausos y afectuosos abrazos con los familiares de Ana, cerramos este homenaje, tras la lectura de incontables adhesiones de todo el país.