Tras cumplirse treinta años de la primera ronda de las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes la Comisión de homenaje, encabezada por su presidenta Cristina Cabib, y acompañados por cantidad de organizaciones sociales y políticas, le rindió un emotivo homenaje, que arrancó con la tradicional ronda de los viernes.
Tras cumplirse treinta años de la primera ronda de las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes la Comisión de homenaje, encabezada por su presidenta Cristina Cabib, y acompañados por cantidad de organizaciones sociales y políticas, le rindió un emotivo homenaje, que arrancó con la tradicional ronda de los viernes.
En el acto estuvieron presentes familiares de Blanquita Ortiz de Murúa; familiares de Luisa Bartomeo de Barceras; Carlos Cúster, miembro del Consejo Directivo nacional de la CTA. Darío Perillo, secretario de Organización de la CTA nacional; Liliana Méndez, por el PCR de Quilmes Berazategui Varela y el PTP de la pcia. de Bs. As. Concejal Mario Sahagún (Mov. Ind en el FAP), Demiám Viglietti y Andrea Frade, Escuela secundaria nº14 “Madres de Plaza de Mayo de Quilmes” y su Centro de Estudiantes; Ricardo Lugo, representante docente electo en los tribunales descentralizados; CCC de Q–B–V; PCR de Q–B–V; PTP de Q–B–V; Olga Villarreal y Martín Ciarcione del MST; Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados-CCC Q-B-V; Suteba Quilmes; Suteba Berazategui; Centro de Estudiantes de Cs. Sociales de la UNQ; CEPA-UNQ; Embate Bellas Artes; Agrupación 824 del Isfd nº24; MUS de Q-B-V; Centro de Estudios Políticos y Sociales Aníbal Ponce; Mirta Ferro, regente de la Emba.
El acto comenzó con la lectura de adhesiones que destacaron la importancia clave de la ronda de las Madres y el rol que cumple hoy la Comisión de homenaje frente a la política del gobierno kirchnerista que criminaliza a los luchadores sociales y políticos con la aplicación de la Ley Antiterrorista. También se recordó el rol destacado del obispo Jorge Novak en su acompañamiento a las Madres durante los duros años de la dictadura.
Levantando sus banderas
Cristina Cabib, presidenta de la Comisión de Homenaje, en su intervención señaló que “Hoy es un día muy especial para las madres de Quilmes que venimos marchando hace treinta años, cuando se decidió que en todas las plazas que se pudiera hacer una ronda, y seis o siete madres acompañadas de algunos amigos, comenzaron a hacer la ronda acá en Quilmes. Entre esos amigos estaba la compañera Luisa Bartomeo de Braceras, para nosotros, una madre más. Por eso hoy es muy emotivo, es muy especial, y el compromiso que asumió ella y el que seguimos nosotras es no a la impunidad de ayer y de hoy. Y decimos esto porque consideramos que en la Argentina queda mucho por hacer con respecto al ayer, con respecto a la apertura de los archivos de la dictadura, con respecto a los juicios a los responsables, a los que torturaron, a los que mataron, a los que violaron durante aquellos años.
Hemos logrado algunas cosas con la lucha, la lucha no sólo de los organismos de derechos humanos sino la lucha de todo el pueblo argentino. Las madres solas no hubiéramos podido hacer correr a esta dictadura. Luchamos junto al pueblo hasta que logramos que se fuera, y hoy a 36 años de ese golpe de Estado, seguimos levantando las banderas y nos unimos a las luchas de nuestro pueblo.”
Nuestro andar por la memoria, la verdad y la justicia
A continuación habló Ana Flores, luchadora del núcleo fundador de madres de Quilmes quien dijo: “Seguramente a Luisa no le alcanzó su vida, a mi tampoco me va a alcanzar la mía para agradecer que las madres nos hayan adoptado como parte de su movimiento. Efectivamente, hace treinta años, el cuarto viernes de octubre de 1982, las baldosas de esta plaza co-menzaban a ser testigo de nuestro andar permanente por memoria, verdad y justicia.
Respondíamos a una consigna armada en la casa de las madres de Plaza de Mayo -movimiento al que en esos años, las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes pertenecían orgullosamente-, que decía que en cualquier plaza que se pueda, fuera testigo del pañuelo blanco. Y así comenzaron las Madres de Quilmes como otras madres en otras plazas habían comenzado”.
Luego recordó las palabras de “Chola” Cabib: “seamos dos, diez o cien, somos la conciencia del pais que camina”, “y así comenzamos a caminar en Quilmes. Y en ese puñadito, había una mujer que no tenía hijos desaparecidos ni familiares desaparecidos. Vino así Luisa a ratificar lo que ya Flora y Angeles habían tirado por tierra: alguna vez se dice el pueblo argentino fue ciego, sordo y mudo, hasta complice… esas mujeres demostraron que no solo el pueblo argentino no fue sordo, ni mudo, ni mucho menos cómplice, sino que fue solidario con los familiares que sufrieron la represión directa de los genocidas.
“Luisa no hubiese dudado en ir cada 24 de marzo, cada 18 de septiembre por la aparición con vida del compañero López y por el juicio a los culpables de su secuestro. Y tampoco hubiera dudado en repudiar el asesinato de Silvia Suppo testigo clave de los juicios de Rosario. y también hubiera estado cuando secuestraron hace un par de semanas a Alfonso Severo, testigo clave en el asesinato de Mariano Ferreira. Y hubiera estado en primera fila contra la ley antiterrorista que este gobierno hizo votar en el parlamento”.
Para finalizar habló Darío Perillo, yerno de doña Luisa Bartomeo de Braceras (ver recuadro); se en-tregaron recordatorios a compañeros a compañeros que marchan en las rondas desde el primer día: a Lidia Braceras, Ana Flores, familiares de Blanquita Ortiz de Murua, Pedro (coordinador del MIJP de CCC de QBV), Mónica (PCR QBV), Cecilia y a Cristina Cabib. Finalmente se depositaron las cenizas de Luisa Bartolomeo en el Monumento a las Madres de Quilmes, con un estruendoso ¡Compañera Luisa, presente, ahora y siempre!
